"Los renglones torcidos de Dios"
La web oficial.
El argumento: Alice, investigadora privada, ingresa en un hospital psiquiátrico simulando una paranoia. Su objetivo es recabar pruebas del caso en el que trabaja: la muerte de un interno en circunstancias poco claras. Sin embargo, la realidad a la que se enfrentará en su encierro superará sus expectativas y pondrá en duda su propia cordura. Un mundo desconocido y apasionante se mostrará ante sus ojos.
Conviene ver: “Los renglones torcidos de Dios” llega en un momento en el que el debate sobre la salud mental está en los medios y con más visibilidad que nunca aunque aquí sólo sea un leitmotiv con sello efectista y vocación comercial para el gran público siendo una cinta que llega a salas pero que conecta mucho con el perfil de film que ahora triunfa y genera boca-oreja en plataformas. Dos horas y media en el que vemos a una investigadora privada que simula tener problemas mentales para adentrarse en un sanatorio y así investigar desde dentro la misteriosa muerte de un interno lo que le llevará a toparse con la burocracia, los recelos y con la actitud del director del centro que maneja la institución con mano de hierro. Un entretenimiento estiloso de gran ambientación que juega con el suspense y con ese cine setentero, europeo y enigmático del que hicieron escuela gente como Claude Chabrol, lo que se evidencia en el look que luce la protagonista, una Bárbara Lennie estupenda como detective llena de arrestos y con halo de "femme fatale" que es toda presencia, aunque la cinta no puede ocultar referencias a otros títulos como “Alguien voló sobre el nido del cuco” (1975) o “Shutter Island” (2010) con esa panoplia de internos que generan una honda sensación de soledad e inquietud ante una investigación que pronto se irá de las manos cuando el estrecho se cerque sobre la propia protagonista y se tope con la nula colaboración de un director (un siempre magnífico Eduard Fernández) que parece no tener mucho interés en que se resuelva el caso si no es con la versión que a él más le interese. Una trama adictiva que se disfruta si se perdonan algunos agujeros de guión y que luce gracias a un estupendo reparto, una música de Fernando Velázquez arrolladora y al hecho de saber dar al público los giros y la tensión que pide sabiendo tocar las teclas necesarias para preguntarse que es realidad o ficción y que es el fruto de la mentalidad de una protagonista que durante el metraje pasa de víctima, villana, interesada o manipuladora con suma facilidad según el prisma desde el que se mire y la versión que se desee aportar. Cine popular magnético, fascinante y con recovecos, imperfecto pero que sabe dar lo que promete en un circo de tres pistas que pasa como un suspiro a pesar de su duración, algún momento de reiteración y de bajón y un final tramposo.
Conviene saber: Oriol Paulo dirige la adaptación del bestseller homónimo escrito por Torcuato Luca de Tena que participó en la sección Perlas del Festival de San Sebastián 2022.
La crítica le da un SEIS