"Las chicas de la estación"
La web oficial.
El argumento: Jara, Álex y Miranda son tres chicas que han crecido en un centro de menores sin saber qué es el amor sin condiciones. Es el cumpleaños de Jara y las tres quieren celebrarlo en el concierto de su “trap queen” preferida. Necesitan dinero y no tienen muchas opciones para conseguirlo. Pero conocen a una chica algo mayor, ex interna de su mismo centro, que se dedica a conseguir citas con adultos en los baños de la estación de autobuses, y que les va a ofrecer ganar algo de dinero fácil.
Conviene ver: “Las chicas de la estación” se introduce en el mundo de la prostitución juvenil y de las menores tuteladas a partir de la noticia de una violación grupal ocurrida en Mallorca. Un drama social adolescente de unas jóvenes captadas por una organización criminal de explotación sexual aprovechándose de su vulnerabilidad y su deseo de dinero y autodeterminación a la hora de ir a un concierto para celebrar el cumpleaños de una de las tres amigas. Una cinta naturalista generada desde la rabia y la indignación de un tema oculto formando parte de esos grupos de población marginados y desprotegidos que no interesan ni a los medios ni a los políticos conformando, en su día a día, la otra realidad a la que muchos prefieren no mirar siendo conocedores de ello. En este caso unas jóvenes, sin referencias ni entorno familiar estable, que, a pesar de su aire de suficiencia ante unas circunstancias que les llevan a ser continuas supervivientes, son fácilmente engañadas por el dinero fácil y que se meten en una espiral de amenazas y autodestrucción que todavía ahonda una situación nada halagüeña en la que no parece haber posibilidad de levantar la cabeza. Unas chicas que no son sólo víctimas de la falta de afecto que acrecienta su soledad, lo que les lleva a influir en sus actos y decisiones sin ser conscientes de todas las consecuencias que ello puede implicar, sino también de la de recursos por parte de unos gobiernos que dejan a muchos de esos centros tutelados desprotegidos y con monitores poco implicados ante la falta de medios y la deshumanización persistente del sistema. Quizás algo obvia y esquemática por momentos sí que es una mirada dura, descarnada y sin concesiones, sin necesidad de recrearse o tirar por el morbo, que tira de nervio, agilidad en el relato y autenticidad urbana en una historia de vacío bañado de desesperación pero también de esperanza y sororidad elevada por el compromiso y respeto de la directora y por el talento natural de unas jóvenes que suponen toda una revelación.
Conviene saber: La película está dirigida por Juana Macías.
La crítica le da un SEIS