"La niña de la cabra"
La web oficial.
El argumento: Madrid, 1988. Elena, una niña de ocho años, afronta la reciente pérdida de su abuela mientras se prepara para hacer la Primera Comunión. Su amistad con Serezade, una niña gitana que no se separa de su cabra, le lleva a plantearse si realmente el mundo es tal y como se lo han contado.
Conviene ver: “La niña de la cabra” es una bonita historia de iniciación infantil a partir de la amistad de dos niñas a finales de la década de los 80 que rebaja la crudeza del anterior trabajo de la directora pero que vuelve a apostar por realidades a pie de calle y miradas introspectivas y reflexivas sobre el mundo que nos rodea. Una apuesta abordada con cierto tono de fábula mostrando la inocencia y confusiones de una niña que conoce a otra de raza gitana en el barrio obrero en el que vive junto a su familia y que le hará plantearse si el mundo es tal y cual ella creía y si las cuestiones de la vida que le preocupan, tal y como la religión o la muerte, son distintas a cómo se las han enseñado unos padres que le marcan muy de cerca sobre cómo pensar, vestirse o relacionarse con los demás con el fin de que encaje en el rol convencional que se espera de una niña de esa edad en esa época y en ese lugar. Todo ello a lo largo de 15 días que serán definitorios para ella a las puertas de tomar la Primera Comunión. Un trabajo naturalista, poético y simbólico, con un tono de ensoñación y recuerdo que respalda ese viaje de crecimiento y de ir descubriendo el mundo que a uno le rodea, al que contribuye la propia voz en off de la directora, sobre la forma de huir de la realidad de una cría afectada por el duelo de la muerte de su abuela y que encuentra en esa amistad, en la televisión o en la religión vías de refugio que le harán confrontar el nuevo mundo que empieza a percibir en sus ojos frente al que ella se había movido hasta la fecha. Una película fresca y espontánea, contada y vista desde la altura y mirada de la niña, que no deja de sufrir ciertas irregularidades, algunos riesgos en su puesta en escena algo impostados a la hora de jugar con la luz y los planos, o cierto vacío en la definición de personajes, pero que late viva gracias al desparpajo y fotogenia de las niñas Alessandra González y Juncal Fernández arropadas por veteranos como Lorena López, Javier Pereira, Enrique Villén y Gloria Muñoz.
Conviene saber: Es el segundo largometraje de Ana Asensio tras dirigir “Most beautiful island” (2017).
La crítica le da un SEIS