La Música Clásica De Nuestro Tiempo: "La casa del dragón" // Ramin Djawadi
El 22 de agosto de 2022 volvía a la parrilla televisiva el universo de Poniente, con el primer y nuevo spin-off de "Juego de tronos", "La casa del dragón". Había escepticismo después de un final que a muchos dejó regusto agridulce, pero la nueva serie de Ryan Condal y Miguel Sapochnik ha sorprendido a todo el mundo, trayendo de vuelta lo mejor del universo tanto a nivel visual como narrativo. Pero claro, una de las cosas que más destacaron de la serie creada por Benioff y Weiss fue la música de Ramin Djawadi. Más allá de la intro, de la que no, no hablaremos porque no hay absolutamente nada de lo que hablar, la música del compositor alemán se caracterizaba por temas muy concretos de todos los personajes, familias y regiones de la serie y cómo los interconectaba y jugaba con ellos a lo largo de ella, teniendo un gran calado y fanatismo dentro de la cultura pop. En "La casa del dragón" vuelve por la misma senda y nos adentraremos en la medida de lo posible en las diferencias y nuevas incorporaciones de la música de este universo.
Ramin Djawadi, nacido en Duisburgo, Alemania, en 1974, es conocido no sólo por "Juego de Tronos" sino por componer también "Iron Man", "Pacific Rim" o "Westworld", banda sonora que recomiendo mucho porque, además de unas composiciones originales maravillosas, Djawadi suele versionar, llevándolos a un sonido clásico o incluso western, temas famosísimos como House of the rising sun, Heart-shaped box o Sweet child O'Mine, entre otros. Además ha sido 7 veces nominado al Emmy y lo ha ganado 2 veces, ambas por sus composiciones en "Juego de tronos".
Djawadi comenzó trabajando para Klaus Badelt, mítico compositor de la primera película de la saga "Piratas del Caribe", donde conoció al que fue otro de sus mentores, Hans Zimmer. El resto es Historia, y Djawadi se ha convertido en uno de los compositores referencia de los últimos años. Para preparar la banda sonora de "La casa del dragón", tanto Djawadi como los showrunners tenían una tarea complicada, pero no por ello desafiante y atractiva de forma que pudiesen conseguir crear algo nuevo pero que nunca sonase demasiado alejado a lo que fueron las composiciones de "Juego de tronos".
Para ello, Djawadi se reunió en varias ocasiones con Miguel Sapochnik y Ryan Condal para ver el episodio completo, y decidir dónde incluir música y dónde no, dónde entrar en más detalle, descubrir cuáles podrían ser las instrumentaciones correctas, todo encaminado para brindar inspiración y dirección al compositor. Después de esto, ya Djawadi escribía la música y creaba diferentes demos digitales que después mostraba a los showrunners, comprobando cómo funcionaba con las imágenes de la serie. Después de este largo proceso, cuándo decidían qué funcionaba y qué no con las demos, era cuándo se disponían a grabar la música con la orquesta.
De todas formas, Djawadi destaca que lo que al final del día más le inspira e influencia son las imágenes. Todo el vestuario, arte y ambientación de la serie es lo que le provoca, y es cuando observa esas imágenes que se da cuenta también de cuándo es mucho más potente incluso no incluirla porque, según el compositor, la falta de la propia música a veces puede hacer que una escena sea mucho más emotiva o aterradora.
La elección de aprovechar la familiaridad de la audiencia con la música y jugar con las expectativas, en lugar de tratar de inventar un lenguaje completamente nuevo, permitió a Djawadi y a los creadores de la serie conseguir mucha riqueza emocional en secuencias aparentemente simples. La partitura también sigue el ritmo de la narrativa visual, en los giros instrumentales que le permiten a Djawadi encontrar nuevos engranajes sorprendentemente frescos.
Pero Djawadi también agrega nuevo vocabulario musical a la nueva serie y encontrando nuevas identidades musicales para sus personajes. Al igual que la serie original, que, por ejemplo, generó distintas melodías para Arya Stark y Jon Nieve desde el corazón del tema de los Stark, los personajes de Viserys y Rhaenyra, padre e hija, encuentran identidades musicales lentamente, mientras luchan por mantener sus roles como rey y heredera, y los ecos del tema original de los Targaryen utilizados para ellos se fusionan con el piano y los elementos corales que tan a menudo presagian destrucción. De esta forma se consigue una nueva paleta de sonidos, manteniendo vivo el ADN de la serie original.
El timbre diferente es apropiado para esta era diferente en la historia: una época en la que algunas de las antiguas normas de Poniente aún están vigentes, pobladas por un conjunto diferente de personajes. Lo que Djawadi crea en la música tiene una especie de peso melancólico; la pesadez del sonido habla de cómo gran parte de la tragedia está hecha por el hombre aquí y la recursividad a las frases melódicas hacen eco de los ciclos de violencia de los que la mayoría los personajes no pueden escapar. Y escondido debajo de las melodías al final está, por supuesto, el leitmotiv principal de "Juego de tronos", que nos recuerda cómo, para bien o para mal, el juego de tronos nunca termina.
Para hablar de los instrumentos, hay que hablar del piano. Los creadores sabían que iban a usar el piano nuevamente al final del primer episodio de "La casa del dragón". El tema de este instrumento es realmente curioso, porque en la serie original no se llegó a utilizar de forma absolutamente predominante hasta la sexta temporada, en aquella secuencia de montaje tan icónica del septo de Baelor, y donde el tema titulado Light of the seven se convirtió, junto con el tema original, en el tema más popular de la serie. Incluso más adelante, volvieron a realizar algo parecido con el tema The night king en la última temporada.
Esta vez, al final del primer capítulo de "La casa del dragón", vuelve ese piano en el tema The prince that was promised, donde llega en un punto crucial de la trama y del arco no sólo de la protagonista si no del principal de la serie. Este tema ha vuelto a causar sensación y por esto lo escucharemos al final del programa.
Aun así, para el tema principal de la protagonista, se decidió usar unas voces femeninas que definiesen de forma tan característica que el peso de esta serie recae en las mujeres. Y que, a pesar que para los temas de los dragones, que al fin y al cabo son absolutamente definitorios para la protagonista, son con cuerdas de violonchelos que suenan de forma omnipotente y casi primitiva, resultan ser esas voces las que definen y hacen sentir una sensibilidad que es la que termina definiendo a Rhaenyra.
En mi opinión, Ramin Djawadi ha vuelto a crear una obra maestra, una consecución de definición, emoción y concreción al alcance de pocos y que los más analíticos disfrutamos por su complejidad pero Djawadi es, además, uno de los pocos que tiene esa sensibilidad con la que consigue conectar con el gran público.
Hasta la próxima banda sonora.
Iker González Urresti