"La furia"
La web oficial.
El argumento: Alex, una joven actriz, es violada en una fiesta en Nochevieja y no reconoce a su agresor. Cuando acude a su hermano Adrián en busca de abrigo y compresión, éste reacciona cuestionándola y presionándola. Así, Alex se distancia de su hermano y de todo lo conocido. A lo largo de un año vive sola el asco, la vergüenza y la culpa. Adrián, consumido por la rabia, toma sus propias decisiones en un camino cada vez más oscuro, muy lejos de lo que Álex necesita. Mientras, ella interpreta al vengativo personaje de Medea y encuentra en el teatro la única forma de canalizar su dolor y su ira.
Conviene ver: “La furia” es un grito de rabia e indignación a través del proceso de una joven que lidia con las consecuencias de la violación sufrida en una fiesta de Nochevieja. Las dudas, las inseguridades, la culpa y la frustración que le genera un episodio que le deja vulnerable, no sólo por sufrir los reproches de su hermano o no saber hasta qué punto el agresor forma parte de su entorno, sino con el hecho de coincidir con el hecho de su preparación para la representación de la obra “Medea” que está preparando como actriz. Dos hermanos que llegan a un punto en el que ella está herida y dejada por los demás ante un hermano que, ante su carácter ultraprotector, quiere ayudarla pero que con sus reacciones demuestra por un lado su egoísmo y por otro que ni sabe ni tiene las herramientas para ayudarla ante una situación que le supera acrecentando todavía más la separación entre ambos en un momento en el que tendría que ser todo lo contrario. El debut en el largometraje de Gemma Blasco, con la valentía y rigurosidad de partir de su propia experiencia personal, presenta una puesta en escena meritoria y una narración fragmentada que potencia esa rabia y esa confusión que vive la víctima entremezclando el drama personal con su viaje artístico y análogo en la preparación de su personaje como respuesta a una sociedad agresiva y desoladora. Un trabajo libre y sensorial que capta todo el torbellino emocional que supone un episodio como este para una mujer y también el cómo se canaliza a través de la incomprensión de un entorno que no facilita las cosas víctima del miedo, el rechazo o la falta de empatía. Una película sobria e introspectiva en el que lo importante no es quién lo hizo sino cómo reacciona la protagonista y los que le rodean por lo que no recae en el morbo de una violación que se presenta a oscuras sólo evidenciada por el sonido. Una de esas películas que más allá de por sus méritos artísticos, con una puesta en escena original y vibrante, con predominio del rojo en su tono visual, pero por momentos también con capacidad para saturar por su grandilocuencia y efectismo no dejando indiferente su simbología ancestral en las escenas con animales (desde la afición a la caza al rito de la matanza), destaca por el descomunal trabajo de Ángela Cervantes, tirando de físico y visceralidad, acompañada por Àlex Monner, a la hora de llevar su proceso de trauma y redefinición canalizando su dolor, soledad a la que se ve abocada y sed de venganza a través de la ficción para así evitar caer en el abismo abrazando su don artístico para sobre él salir de su bloqueo y llevar a cabo su necesaria catarsis y verbalizar y expresar todo lo que siente con la furia dirigida no sólo a quien la violó sino a toda una sociedad agresiva, despersonalizada e inhóspita.
Conviene saber: Mejor actriz, mejor actor de reparto y mejor montaje en el Festival de Málaga 2025.
La crítica le da un SEIS