"La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun)"
La web oficial.
El argumento: Una carta de amor al mundo del periodismo, ambientada en la redacción de un periódico estadounidense en una ciudad francesa ficticia del siglo XX, con tres historias interconectadas entre sí.
No conviene ver: Wes Anderson no engaña y “La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun)” es una cinta hija de su padre, una nadería impostada y artificiosa muy bonita de ver pero con menos sustancia que el algodón de azúcar. Una propuesta en la que su característico estilo se transforma en parodia tocando fondo en un pastiche en forma de viñetas y de historias que homenajean al periodismo de mediados de siglo en el que el gran entretenimiento de "La crónica francesa (del Liberty, Kansas Evening Sun)" es jugar al "¿Dónde está Wally?" y ver lo que deben de querer a Wes Anderson determinados actores que se prestan a salir en la película poco más de un segundo; tal es el caso de Edward Norton, Saoirse Ronan o Christoph Waltz. Una historia coral, vistosa e irregular que no carbura en ninguno de sus relatos, puras bagatelas con pretensiones estéticas y mucha palabrería, que se mueve en un ritmo frenético y en el que se ven los brochazos de un director, el máximo exponente de la simetría cinematográfica, que deja un buen envoltorio pero poco poso en un film que en comparación convierte a “Moonrise kingdom” (2012) y “El Gran Hotel Budapest” (2014) en obras maestras. Desde luego parece evidente que más que perfeccionar la fórmula lo que hace es abusar de ella e incluso llevarla a terrenos paródicos olvidándose de dejar poso narrativo y dejándolo todo en manos de la estética vintage bombardeante, tanto en blanco y negro como en color, la animación o el uso de figuras, y de un gran número de actores que son cómplices del tono excéntrico, surrealista e imaginativo del director sobrevolando el espíritu de Jacques Tati. No ayudan tampoco los distintos segmentos que parten de una redacción de periódico, encabezada por Bill Murray, y que se van sucediendo viendo a Benicio del Toro, Adrien Brody y Léa Seydoux en una intriga pictórica y carcelaria, a Frances McDormand y Timothée Chalamet como pareja improbable unidos por un manifiesto reivindicativo con los ecos del Mayo del 68, o a Jeffrey Wright filosofando como chef que tiene que evitar el secuestro de un niño. Si en “El Gran Hotel Budapest” sobrevolaba la figura de Stefan Zweig y el devenir de Europa aquí la propuesta se deja llevar por ese aire bohemio y desenfadado, a través del arte del reporterismo, embellecido por el idealismo del paso del tiempo con todo el imaginario colectivo a través noticias reales de la época y utilizando como referente las ilustraciones de The New Yorker. En esta ocasión no hay espacio para que los personajes respiren o se maticen, desfilando de manera guiñolesca, en una cinta llena de interiorismo simétrico e indudable gusto por el color de sus decorados y vestuario, que parte de la redacción de un periódico estadounidense (y la muerte de su creador que deja como voluntad que sin él ya no se publiquen más números) en una ciudad francesa ficticia del siglo XX, con tres historias que vertebran el conjunto entre varios prólogos y epílogos, que ofrecen una experiencia visual fascinante pero también un visionado agotador que se antoja una broma pesada con aire pretendidamente juguetón pero resultado absurdo, inane y aburrido que no funciona ni por separado ni como suma de las partes de estas historias recargadas, vacuas y condenadas a acrecentar la rabia de los detractores y dejar algún fan del director por el camino ante lo difícil que es defender una imaginativa oda al placer de contar y difundir historias pero presentada de manera tan boba y vacía. Un exceso agotador que se queda en un envoltorio lleno de ego que deja al espectador frío ante la superficialidad reinante, personajes que son un mero esbozo e historias que no interesan.
Conviene saber: A competición en el Festival de Cannes 2021 (tras un año de retraso) y en la sección Perlas del Festival de San Sebastián 2021.
La crítica le da un UNO
Hola.
Es que no entiendo ese uno de puntuación, a mi me pareció original, diferente a lo que se puede ver hoy en el cine, áunque solo sea por su estética tan impresionante, la fotografía de esa Francia o las escenas tan teatrales es muy recomendable, claro que no para todos los gustos .... A mi me ha encantado y la veré otra vez.
Saludos