"Jurassic world: Dominion"

La web oficial.

El argumento: Cuatro años después de la destrucción de Isla Nublar, los dinosaurios ahora conviven (y cazan) con los seres humanos en todo el mundo. Este frágil equilibrio remodelará el futuro y determinará, de una vez por todas, si los seres humanos seguirán en la cúspide de los depredadores en un planeta que comparten con los animales más temibles de la creación.

Conviene ver: “Jurassic world: Dominion” era la esperada película que completa la nueva trilogía jurásica sosteniéndose en el regreso de Colin Trevorrow (la segunda parte dirigida por Bayona fue un valle dentro de este recorrido de películas) y, sobre todo, en el trío mítico y nostálgico representado por Sam Neill, Laura Dern y Jeff Goldblum uniéndose a Chris Pratt y Bryce Dallas Howard. Lamentablemente ese reclamo y los nuevos mimbres no ha sido suficiente construyendo una entrega que demuestra que no hay mucho más que contar y que no todo vale ya que tras la refrescante “Jurassic world” hace siete años el resto de cintas han sido lánguidas e injustificadas continuaciones. Empieza ya a ser realmente denunciable esas duraciones ambiciosas (146 minutos) más cuando poco hay que rascar y las apariciones del mencionado trío de la original no logra emocionar como se esperaba. Se ha apostado por la acción pura y dura al ya no saber que más ofrecer más allá de esa convivencia y tensión latente supremacista entre humanos y dinosaurios que es lo que vertebra esta entrega. Los cuatro años que han pasado desde la anterior nos llevan a esa nueva realidad en la que tampoco se exprime las consecuencias de todo ello, volviendo a centrarse en los personajes de Owen y Claire, un bosque desde el que resisten a la amenaza y esa antigua cría de velociraptor, Blue, que se ha convertido para la saga en el Scrat de “La edad de hielo (Ice Age)” pero viajando también hasta Malta en un corre que te pillo fruto de una conspiración internacional con persecuciones rutinarias y un cambio de tercio poco justificado que parece que estemos ante la nueva "Fast & furious" y que lleva a empañar los buenos recuerdos de la cinta que provocó que el interés por los dinosaurios estuviera de moda. Un espectáculo prefabricado con remate ecologista a calzador que no funciona en el anclaje emocional ni cuando intenta homenajear a la saga sin disimulo ni siendo capaz de hacer que nos quedemos con algún momento. Se cumple con pereza el expediente siendo un entretenimiento de acción inferior al legado de la marca que representa al que le falta imaginación y alma dando la impresión de que podía haber hecho mucho más con todos los ingredientes que tenía a su disposición queriendo ser más una película de la saga de Jason Bourne o una adaptación del videojuego “Uncharted” que realmente una reformulación de lo vivido desde la primera película hace casi 30 años optando por quemar las naves a efecto de acumulación con más dinosaurios, más peligro y más acción, aunque sea incluso introduciendo una plaga de langostas que resta presencia a los bichos que realmente nos interesan. Una saturación que se ha ido de las manos y que no lleva a ningún lado con escenas sin sentido, un guión lleno de lagunas, diálogos bochornosos y motivaciones injustificadas no existiendo una cohesión o una razón de ser en ningún ningún momento mostrando, eso sí, como ha cambiado el mundo con una tecnología apabullante en la que internet lo domina todo, la mayor presencia del feminismo, lo que se muestra en la diversidad de su reparto, y la preocupación (aunque sea de boquilla) por el cambio climático alterando con productos químicos la naturaleza de las cosechas y las especies, pero perdiendo por el camino la capacidad de sorprender y de cierta energía inocente y contagiosa que residía en la primera de todas y que aquí brilla por su ausencia por lo arquetípico de la fórmula y una realización sin personalidad. Ni siquiera el cast original está bien aprovechado ya que se introduce forzadamente sin crear ese caldo de cultivo emocional que les enlace con lo que aquí se cuenta siendo un mero pegote nostálgico no existiendo desarrollo ni conflicto y confiando en que el espectador ya los conoce de sobra y que están simplemente porque les han logrado convencer para ello no porque exista una justificación que complete el viaje de los mismos. Entre tanta parafernalia queda el mensaje de convivencia y concienciación para que, como ocurriera hace tantos millones de años, el mundo no quede extinguido, en este caso no por un fenómeno ajeno a nosotros sino por la consecuencia de los actos y la culpa compartida de generaciones y generaciones a lo largo de los años.

Conviene saber: Colin Trevorrow regresa a la saga jurásica que completa su nueva trilogía tras "Jurassic world" (2015) y “Jurassic world: El reino caído” (2018).

La crítica le da un CINCO