In Memoriam: Kirstie Alley, presencia y vis cómica

Querido Teo:

A los 71 años y víctima de un cáncer ha fallecido Kirstie Alley, la cual fue uno de las actrices más populares en el cine y la televisión de los 80 y los 90 antes de que pasara de moda y se introdujera en una espiral de adicciones y problemas personales que le hicieron desaparecer del mapa volviendo sólo a estar de actualidad por problemas de peso o sus opiniones a favor de Donald Trump y de la Iglesia de la Cienciología de la que formaba parte. Su imponente figura y su vis cómica la convirtieron en imprescindible en su momento de esplendor ganando 2 Emmy (“Cheers” en 1991 y “Un cariño muy especial” en 1994) y 1 Globo de Oro (“Cheers” en 1991).

Nacida el 12 de enero de 1951 era hija de una ama de casa y del propietario de una empresa maderera y estudió en el Wichita Southeast High School, donde fue animadora. En 1974 entró en la Universidad Estatal de Kansas, pero la abandonó al año siguiente para probar suerte con el Arte Dramático. Se pasó cinco años estudiando y haciendo trabajos de diseño interior antes de emigrar a Hollywood. Sus primeras apariciones en televisión fueron como concursante en los programas “Match game” (1979), en el cual ganó 5.000 dólares, y el concurso “Password plus” (1980).

Kirstie Alley tuvo su primer papel destacado como actriz en Star Trek II: La ira de Khan” (1982) a la que seguirían “Reto al destino” (1984), “Cita ciega” (1984), “Runaway: Brigada especial” (1984) y en televisión “Mascarada” (1983-1984), “Una chica de club” (1984) y “Norte y Sur” (1985). En esta última daba vida a Virgilia Hazard mostrando todo su potencial interpretativo como una joven adinerada que se enamora de un esclavo en el conocido título ambientado en la Guerra de Secesión y que tendría continuidad en 1986 con una segunda parte.

Además de ser solicitada por su presencia se descubrió que funcionaba muy bien en papeles cómicos como los de “Juerga tropical” (1987), “Hay un muerte en mi cama” (1990) o “Que suerte… llegaron los parientes” (1990) que alternó con algún thriller como “Dispara a matar” (1988). Su momento de auge lo vivió con la Rebecca Howe de “Cheers” (1987-1993), la gerente del popular bar de Boston que se erigía en punto de encuentro y confesionario en el que Alley vino a cubrir la baja de Shelley Long que abandonó la serie fascinada por su éxito de “Esta casa es una ruina”. El público terminó conectando con el personaje de Rebecca cuando los productores de la serie se dieron cuenta de que aquella aguerrida mujer de negocios era más divertida cuanto más neurótica y sexualmente frustrada fuese. 5 nominaciones al Emmy y 4 a los Globos de Oro (siendo premiada en ambas plazas en 1991) avalan ese éxito.

Coincidiendo con el esplendor de “Cheers” Kirstie Alley estrenó “Mira quién habla” (1989), una comedia sobre las dificultades de salir adelante de una madre soltera coprotagonizada por John Travolta que tuvo tal éxito (hizo 300 millones en todo el mundo y no costó ni 10) que generó dos secuelas e inspiró una serie de televisión.

Cerrado ya el popular bar televisivo se pudo ver a Kirstie Alley de manera muy intermitente sobresaliendo “El pueblo de los malditos” (1995) de John Carpenter o “Desmontando a Harry” (1997) de Woody Allen. Todo sin olvidar su papel en la muy popular “Dos por el precio de una” (1995) a mayor gloria de las gemelas Olsen. Recibió un nuevo Emmy por interpretar a la madre de un niño autista en el telefilm “Un cariño muy especial” (1994) y volvió a ser candidata al premio por la mafiosa “El último Don” (1997) y por “El secreto de Veronica” (1997-2000).

En los últimos 20 años, y muy lejos de su popularidad, languideció en episódicos televisivos combatiendo sus problemas de sobrepeso llegando a tener una serie, “Fat actress” (2005), en la que se reía de ella misma y reality en donde mostraba su proceso de pérdida de peso.

Además lanzó al mercado una línea de productos orgánicos de adelgazamiento y fue demandada por un grupo de consumidores que le acusaba de hacer publicidad engañosa. “Kirstie” (2013-2014) fue su último protagonista televisivo como una estrella de Broadway a la que quiere conocer su hijo biológico y en la que se reunió con otros dos actores de la mítica “Cheers”, George Wendt y Rhea Perlman.

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Nacho Gonzalo