In Memoriam: Helmut Berger, belleza, perversidad y tragedia
Querido primo Teo:
A la edad de 78 años falleció el actor austríaco Helmut Berger poseedor de una turbadora belleza que le convirtió en una fantasía sexual de tres cuartas partes de la Europa de hace algo más de medio siglo. Alcanzó la gloria de la mano del cineasta Luchino Visconti, pigmalión y amante, cuya muerte en el año 1976 le condujo al abismo y prácticamente a depender de la caridad de las pocas amistades que le fueron quedando. Cuando le dábamos por perdido fue rescatado por el cineasta Bertrand Bonello para encarnar al anciano Yves Saint Laurent, un hecho que le permitió trascender de vivir de las rentas de haber sido el hombre más guapo del mundo.
Nació en Salzburgo (Austria) en el año 1944 bajo el nombre de Helmut Steinberger. Con 18 años se trasladó a vivir a Londres para estudiar interpretación y para pagarse las clases trabajaría como modelo y en el mundo de la publicidad. En 1964, cuando tenía 20 años, conoció en Italia al cineasta Luchino Visconti que se quedaría fascinado con su belleza, le recordaba indudablemente a quien había sido su actor fetiche, Alain Delon. Al mismo tiempo que iniciaban una relación, Berger comenzaba a trabajar en el mundo del cine haciendo pequeños papeles en títulos como "Juegos de amor a la francesa" (1964) de Roger Vadim.
Visconti le convertiría en su talismán y le dirigiría en "Las brujas" (1967) y en “La caída de los dioses” (1969), por la que Berger lograría una nominación al Globo de Oro en la ya extinta categoría de intérprete revelación, “Luis II de Baviera, el rey loco" (1973), por este trabajo el actor lograría el David di Donatello, y “Confidencias” (1974). Al mismo tiempo se convertiría en uno de los rostros más representativos del nuevo cine europeo. Trabajaría en otras producciones como “Salon Kitty” (1976) de Tinto Brass, “El retrato de Dorian Gray” (1970) de Massimo Dallamano y dio el salto a Hollywood interviniendo en “Miércoles de ceniza” (1973) junto a Elizabeth Taylor, Henry Fonda y Burt Lancaster.
Luchino Visconti falleció en 1976 y el mundo se acabó para Helmut Berger. Cayó en un pozo del que difícilmente saldría. Al año de fallecer su pareja intentó suicidarse y para ahogar sus penas no encontró mejores aliados que el alcohol y las drogas. Los excesos comenzaron a dejar huella en el hermoso rostro de Berger y ya no provocaba ningún tipo de interés cinematográfico, así que no tuvo más remedio que trabajar en producciones de serie B.
Consiguió algo de relevancia cuando se animaría a participar en la serie “Dinastía”, como bien aseguró él, “por dinero” y cuando por este mismo motivo se convirtió en una figura habitual de ciertos programas de entrevistas en donde siempre hablaba de su vida sexual, no se cortaba para contar detalles de sus aventuras con personalidades como Rudolf Nureyev, Marisa Berenson, que se quiso casar con él, Mick Jagger, Helmut Lang, Bianca Jagger o Jerry Hall.
Francis Ford Coppola le brindó la oportunidad de trabajar en “El padrino III” (1990), esto pudo relanzar la carrera de Berger pero el actor estaba tan desfasado que no aprovechó tal ocasión. Llegó a confesar en la televisión alemana que el Estado italiano le concedía una pensión mensual de 200 euros y que sobrevivía como podía gracias a la ayuda de sus amistades.
En el año 1994 se casó con la actriz Francesca Guidato de la que se separó diez años después. En estas últimas décadas Berger ha ido asistiendo a homenajes brindados por los festivales de cine y se ha dejado ver en los programas de televisión. En 2014 nos sorprendió su participación en “Saint Laurent”, el biopic dirigido por Bertrand Bonello del diseñador Yves Saint Laurent, y que coincidió en Francia con otro film sobre la figura dirigida por Jalil Lespert y que tuvo suerte similar aunque se hiciera con el César al mejor actor para Pierre Niney. Esa resurrección momentánea llevó a Helmut Berger a una nueva era que le reivindicó como mucho más que un icono sexual. A destacar su participación en “Liberté” (2019) de Albert Serra y en el documental “Helmut Berger, mi madre y yo” (2019) de Valesca Peters.
Mary Carmen Rodríguez