In Memoriam: Claudio Biern Boyd, el Walt Disney español

Querido Teo:

Con la muerte de Claudio Biern Boyd a los 82 años no han tardado las voces que le han tildado de ser “el Walt Disney español”. La descripción podría ser exagerada y superficial pero la verdad es que no es nada desacertada teniendo en cuenta el vasto catálogo del que es responsable este productor, creador, guionista y director que estuvo detrás de esas series animadas que han sido eternas a lo largo del tiempo y que han pasado de generación en generación de niños y niñas (especialmente los nacidos en la década de los 70 y 80) gracias a la empatía de sus personajes, sus buenos valores y unas canciones pegadizas que han entrado de lleno en la cultura popular.

Hijo de padre catalán y madre escocesa, de niño se trasladó a vivir a Barcelona donde se curtiría para convertirse no sólo en un gran talento artístico sino en un destacado hombre de negocios, siendo dos campos que difícilmente van de la mano de la misma persona y que Claudio Biern Boyd equilibró como pocos. Aun así apuntaba para abogado (estudió Derecho) y también hizo sus pinitos en el marketing lo que le hizo conocer tanto la gestión empresarial como la forma de llevar algo a la gente.

El interés profesional fue desarrollado tras gestionar durante años parte del catálogo de Hanna-Barbera, siendo el encargado de traerlas a España. Optando por una forma de hacer las cosas de carácter analógico, con cierta nostalgia por bandera y con una gran capacidad educativa, era cuestión de tiempo que se decidiera por la producción propia (aunque él no era animador) convirtiendo su sello en toda una maquinaria de producciones animadas para un público amplio y con sede en España.

Fundador en 1972 de BRB Internacional (cuyo símbolo no ocultaba su homenaje a Universal Pictures) y de Apolo Films fue artífice de “Ruy, el pequeño Cid” (1980), “D’Artacán y los tres mosqueperros” (1981), “La vuelta al mundo de Willy Fog” (1983), “David el gnomo” (1985), “Mortadelo y Filemón” (1994), “La banda de Mozart” (1995) o “Zipi y Zape” (2003). Años dorados para la animación televisiva en un momento de dos cadenas en televisión y sin la fragmentación audiovisual actual lo que podía fomentar auténticos fenómenos sociales como así fue para los trabajos más emblemáticos de Claudio Biern Boyd generando conversación, una audiencia millonaria y un vasto merchandising.

En todas ellas trató con respeto al público familiar favoreciendo el entretenimiento y también el carácter divulgativo a la hora de conocer a través de estas series a personajes históricos o a obras de la literatura y siempre hablando de honestidad, amistad y el respeto a los demás y a la naturaleza. Eso sí, también fue causante del que es (junto a la muerte de Chanquete) uno de los momentos que más lágrimas hicieron derramar en la televisión de aquellos años con la muerte (física) de David el gnomo. En definitiva, alguien que despertó la curiosidad y que también contribuyó a que fuéramos mejores habiendo tanto que agradecerle porque para más de una generación muchos buenos recuerdos vienen gracias a él.

A lo largo de su trayectoria profesional, recibió más de 40 galardones entre los que se encuentran el Premio Talento Extraordinario de la Academia de Televisión en 2017, institución de la cual fue miembro fundador y vicepresidente de la primera junta directiva. El año pasado estuvo detrás del equipo de producción de la remozada versión digital en película de “D’Artacán y los tres mosqueperros”.

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Nacho Gonzalo