In Memoriam: Alfredo Landa, el actor reinventado
Querido Teo:
A los 80 años nos deja Alfredo Landa en un año que se confirma como el del fin definitivo de toda una gran generación. Landa era el superviviente de esa generación de los Fernán Gómez, Rabal, López Vázquez, Alexandre, Cassen, Bódalo, González, Alonso, y un largo etcétera. Lo hace habiendo puesto su apellido a todo un género, “el landismo”, y llevándose todo el respeto de la profesión con 3 Goyas, por “El bosque animado”, “La marrana” y uno honorífico el mismo año que estrenaba su última película, la de su retirada, “Luz de domingo”, bajo las órdenes de José Luis Garci con quien trabajo también en “Las verdes praderas”, las dos películas de “El crack”, como el inolvidable y sobrio detective Germán Areta, “Canción de cuna”, “Historia de un beso” y “Tiovivo c. 1950”. De carácter campechano pero firme y volcánico, además de un maestro haciendo gin tonics y buen jugador de mus como muchas veces afirmó, la publicación de sus memorias fueron muy comentadas al escribir sin cortapisas de su carrera y compañeros. Un ictus, que padeció poco tiempo después de recibir el Goya honorífico donde sorprendió su balbuceante discurso, ha marcado sus últimos años de vida.
Nacido en Navarra un 3-3-1933, se trasladó a Madrid en 1958 habiendo abandonado la carrera de Derecho y trabajando en teatro, su gran vocación, hasta que en 1962 debuta con todo un clásico como “Atraco a las tres”. Especializado esos años en la comedia, Alfredo Landa supo adaptarse a los nuevos tiempos y su filmografía lo deja patente. Tras ser el típico vecino del quinto en la película de Ramón Fernández, o el españolito de a pie fascinado por las suecas en la época del desarrollismo en la mayor parte de las películas de los 70 (su década más prolífica) como "Cateto a babor", "Vente a Alemania, Pepe", "Manolo, la nuit" o "Jenaro el de los 14", dirigidas por Mariano Ozores, Pedro Lazaga, José Luis Sáenz de Heredia o Tito Fernández, en los 80 vimos otra cara de Landa que sorprendió a muchos al estar encasilladísimo en esos papeles del “landismo”. Trabaja con los mejores: Juan Antonio Bardem (“El puente”) Luis García Berlanga ("El verdugo", “La vaquilla”), Mario Camus (“Los santos inocentes”), Basilio Martín Patino (“Los paraísos perdidos”), José Luis Garci (“Las verdes praderas”, las dos películas de “El crack”, "Canción de cuna", etc...), José Luis Borau (“Tata mía”), José Luis Cuerda (“El bosque animado”), Antonio Mercero (con la muy emotiva “La próxima estación”) o Manuel Gutiérrez Aragón (“El rey del río”). En total, más de 120 trabajos sólo en cine.
En 1984 es aclamado fuera de nuestras fronteras compartiendo con Francisco Rabal el premio al mejor actor en el Festival de Cannes por su genial Paco el Bajo. Todavía pudo ser candidato 7 veces al Goya como actor protagonista (“El bosque animado”, “Sinatra”, “El río que nos lleva”, “La marrana”, “Canción de cuna”, “La luz prodigiosa” y “Luz de domingo”). Ganó por “El bosque animado”, donde el simpático y pícaro asaltador Fendetestas, y “La marrana” completando el círculo con el Goya honorífico en 2008. Popular también por incursiones televisivas como “Ninette y un señor de Murcia”, “El Quijote”, “Lleno, por favor” o “¡Por fin solos!”, se lleva el cariño y el respeto de todos los que han sido testigos de su talento a lo largo de sus distintas etapas como actor. ¡Gracias Don Alfredo!
Nacho Gonzalo
Todo un actor de una generación que se nos está yendo poco a poco. Alfredo Landa fue un trabajador incansable y si hubiera nacido en América, hubiera conseguido un par de Oscar.
Se le echará mucho de menos.