"Hermanos del viento"

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El argumento: Un chico trata de salvar la vida de una cría de águila que se ha caído de su nido. Todo comienza cuando un águila cría dos polluelos. El destino del más fuerte es arrojar al más débil desde el nido. También el hombre también tiene sus costumbres y a menudo hace daño a los que más quiere. Lukas sufre a manos de un padre, encerrado en sí mismo desde la pérdida de su esposa. Murió cuando rescataba al recién nacido Lukas y ahora el muchacho lleva la carga de su muerte. En el nido, el polluelo que nació primero empuja a su hermano más débil a una muerte segura en el suelo del bosque. Pero el destino interviene y Lukas encuentra al polluelo. Lukas le llama Abel, y cuida en secreto al pajarillo, buscando el amor y la compañía que le niegan en casa.

Conviene ver: “Hermanos del viento” es una cinta que se queda a medio camino entre el drama social y familiar y el documental de naturaleza. Logra engrasar, no sin dificultades, la casual conexión entre un chico que sufre el maltrato en su entorno familiar (tras la pérdida de su madre y un padre abusivo) y una cría de águila que sufre ser el segundo de la camada abocándose por el hermano dominante a un triste final. Una tierna historia, libre y auténtica, que se ve favorecida por su tono humanitario y de valores así como por unas imágenes preciosistas, con una cámara patentada para la ocasión a vista de águila, en esta historia de superación que tiene algo de Dickens, por eso de la sensación de miseria y desamparo pero siempre con un punto de esperanza, en una cinta protagonizada por Jean Reno y Manuel Camacho, nominado al Goya gracias a “Entrelobos”, y que ha costado tres años de preparación para contar una historia de amistad que sirve también para conocer algo más a esos animales conocidos sólo desde la superficie.

Conviene saber: Gerardo Olivares sigue apostando por el cine naturista tras títulos como “Entrelobos” (2010) y “El faro de las orcas” (2016) completando su trilogía de la relación entre la infancia y los animales en naturaleza.

La crítica le da un CINCO