"Greenlights"

A los 50 años Matthew McConaughey ha decidido dibujar una línea y reflexionar sobre lo que ha sido su vida. La ha titulado "luces verdes", jugando con la metáfora de un semáforo que prohíbe y permite, con la capacidad de transformar el rojo en verde en un sentido amplio y variado. McConaughey se considera además de un actor, un antropólogo de salón, un filósofo popular y un poeta callejero. La lectura de esta biografía salpicada de mensajes con sabor de autoayuda también demuestra que es el superviviente de una familia donde el afecto convivía con la violencia y valores inspirados en la lectura de la Biblia con la delincuencia.

Título: "Greenlights"

Autor: Matthew McConaughey

Editorial: Libros Cúpula (Planeta de Libros)

El primer recuerdo que nos ofrece McConaughey es una bronca doméstica entre sus padres, cuchillo en mano incluido, resuelta sorprendentemente con "amor". Refleja muy bien el sentido que ha dado a su historia, una luz roja convertida en verde. La manera de entender la vida durante su adolescencia y juventud se produce en Texas, donde son capaces de etiquetar una pelea a puñetazos como "buena", o donde un padre puede considerar poco importante incitar a su hijo a cometer un robo, y al mismo tiempo valorar por encima de muchas otras cosas el decir siempre la verdad.

En ese caldo de cultivo teñido de puritanismo y nacionalismo republicano tópico, McConaughey recuerda el contacto con la naturaleza salvaje, sus intenciones de convertirse en abogado para sacar a la familia de líos, o enriquecerla con demandas, la explosión de la pubertad (literalmente gracias a una madre crédula y un negocio tipo teletienda) e historias de instituto que le llevaron a un intercambio educativo que convirtió una estancia de un año en Australia en una experiencia de humor negro tan terrorífica como divertida.

Entre las primeras palabras que escribe define su libro como “…un manual de estrategia, basado en las aventuras de mi vida. Aventuras que han sido significativas, reveladoras y divertidas, en ocasiones porque estaban destinadas a serlo, pero la mayoría de las veces porque no pretendían serlo. Soy una persona optimista por naturaleza, y el humor ha sido uno de mis grandes maestros. Me ha ayudado a lidiar con el dolor, la pérdida y la falta de confianza. No soy perfecto; no, piso mierda todo el rato y lo reconozco cuando lo hago. Pero he aprendido a quitármela de las botas y seguir adelante".

McConaughey aborda su biografía extrayendo enseñanzas de coach de todas las experiencias que ha seleccionado. A los 45 años comenzó un diario, ha anotado sensaciones, momentos y situaciones, que van desde una detención por tocar tambores a todo trapo completamente desnudo y sumergido en la excitación de las drogas, a un combate de lucha libre con un forzudo de Mali, o a los tres años cuando vivió en una caravana y recorrió Estados Unidos.

Durante casi dos meses se confinó en solitario junto a las libretas y cuadernos que reunían ese diario y escribió a un ritmo medio de 17 a 21 horas diarias. "Estaba como delirando. Reí, lloré. Fue un paseo maravilloso y salvaje", ha señalado en varias entrevistas sobre su libro.

Este texano capaz de meterse en una jaula con un puma y comer peyote en México; de hacerse dar 78 puntos de sutura en la frente por un veterinario; de sobrevivir a cuatro conmociones cerebrales por caerse de árboles; y de renunciar a decenas de miles de dólares por estar cansado de hacer comedias románticas, consigue atrapar con su historia, aunque no esté entre tus actores favoritos. Lo he experimentado con una persona cercana, que no tenía mayor interés, y que no ha querido devolverme el libro hasta terminarlo.

Carlos López-Tapia