Goyas 2022: "El buen patrón" ratifica su triunfo en una edición del reencuentro y sin alma
Querido Teo:
Los Goya 2022 dejan a sus ganadores y un marco incomparable como es el de una ciudad de Valencia que ha lucido de manera espectacular como escenario del reencuentro, el de la industria española citándose y reconociéndose además de volver a sentir el calor de la platea y los abrazos de los equipos tras la edición confinada y solemne del año pasado en Málaga. La falta de frescura y de alma, frente a la emoción y sensibilidad de la edición anterior, ha arrastrado a una de las ceremonias más aburridas que se recuerdan y que más que una fiesta ha supuesto un lánguido expediente hasta llegar a la meta. Una sucesión de entrega de premios con ningún momento para el recuerdo y en el que todo ha estado bastante mecanizado. Ni siquiera el hecho de que hasta la recta final "El buen patrón" no ratificara su previsible triunfo, desinflándose el efecto de su cifra de nominación de record, ha añadido emoción ya que todos sabíamos como iba a terminar la noche. Como así ha sido la cinta se ha llevado 6 premios, entre ellos el tercero en mejor dirección para Fernando León de Aranoa (empata con Pedro Almodóvar como realizador más premiado) y el sexto para Javier Bardem que deja muy atrás los 3 cabezones de Fernando Fernán Gómez, Juan Diego, Luis Tosar y Eduard Fernández. "Maixabel" y "Mediterráneo" han aguantado el tipo, con 3 Goyas para cada una, mientras que, a pesar de la reverencia internacional recibida, "Madres paralelas" se ha ido de vacío.
En definitiva la tendencia general no ha cambiado mucho de aquella ceremonia de hace 19 años en la que "Los lunes al sol", una cinta centrada también en el sistema laboral español, se imponía a "Hable con ella" después de que Aranoa fuera la criticada elección para los Oscar y la cinta de Almodóvar lograra ser candidata en esos premios tanto en dirección como en guión original. La Academia sigue firme en sus filias y fobias y en tender a repartir las noches de gloria aunque muchas veces, desde fuera de nuestras fronteras, no se entienda. Lo que sí que logran Aranoa y Bardem es cerrar su propio círculo pasando de una película que hablaba del paro y del desencanto hacia el futuro a una que retrata la precariedad laboral y el poder alienante de la empresa en el presente representada en el jefe carismático y campechano pero también abusivo y manipulador.
Poco vamos a recordar de estos Goya que prometían con los fuegos artificiales dar empaque al evento recibiendo a Javier Bardem y Penélope Cruz como realeza, ante sus recientes nominaciones al Oscar, dejando la excusa del Año Berlanga en unas cuantas menciones y vídeos breves poco destacables. Carmen Machi ha roto el hielo dando la bienvenida con un discurso que hablaba de la felicidad del reencuentro y de la resistencia de estos dos años siguiendo contando historias y con la cultura como refugio, sucediéndose a partir de ahí la aparición de tandas de presentadores que salían al escenario para anunciar cada categoría mientras el Goya esperaba en el atril evitando la entrega del premio de mano en mano.
El segmento de homenaje dedicado a José Sacristán ha sido impecable, tanto por la declamación emocionada, medida y contundente del premiado, demostrando las tablas, el oficio, la potencia de la voz y la dicción perfecta, así como una expresiva introducción en la que Nora Navas (vicepresidenta de la Academia y ganadora esta noche de su segundo Goya), pierna al aire, ha dado paso a Sacristán sólo a través de títulos de sus películas. Sacristán ha brillado agradeciendo a quienes confían en su trabajo y le permiten "seguir sembrando y cosechando frutos". Todo sin olvidar al pilar de la familia: "Gracias a mi abuela, que sigue siendo mi mejor espectadora. Y gracias a mis hijos, que me dejaron repetir las tomas en las que no supe ir a la marca, aunque el papel siempre me lo supe". Un guiño a la siembra y al cultivo de la tierra que en su metáfora ha culminado con un agradecimiento "a todos los hombres y mujeres que cada año me siguen comprando el ajo".
Por su parte el primer Goya internacional (que en este caso ha recaído en Cate Blanchett) ha confirmado lo innecesario de la propuesta más allá de lucir a una estrella internacional en la alfombra roja y que la actriz se haya desecho en elogios a sus entregadores (Pedro Almodóvar y Penélope Cruz) los cuales le han dado la bienvenida a su rico universo cinematográfico y han tenido incluso que pedir a la platea que ovacionara para salir del estado espasmódico de ésta sin valorar la importancia del momento.
Blanchett no ha dudado en decir que Almodóvar y Cruz forman un tándem ya icónico como el que formaron George Cukor y Katharine Hepburn o John Cassavetes y Gena Rowlands. Lo más llamativo es que Blanchett recibirá este mismo premios en los César 2022 el próximo 25 de Febrero y que la Academia no se ha lucido especialmente con el homenaje ya que las tres imágenes superpuestas han ofrecido una escenografía que no ha creado la atmósfera necesaria como sí hubiera hecho un vídeo introductorio.
No ha hecho más que añadir minutaje a la ceremonia al igual que el interminable discurso de la ganadora a la mejor película de animación, Chelo Loureiro, que todavía debe de estar llevándose a cabo en algún lugar del Palau de les Arts (a pesar de su loable mensaje), la tendencia de los cortometrajistas de que todos los que suban al escenario terminen hablando y sus discursos sean más largos que sus propios trabajos, o el habitual discurso de Mariano Barroso como presidente de la institución que siempre ve como su anodina forma eclipsa su potente contenido (brillante la ironía del “Y tú, además de hacer cine, ¿a qué te dedicas?” con el que el vecino de al lado identifica a los del cine), sin dejar de recordar a nombres como Verónica Forqué, Pilar Bardem, Almudena Grandes o Mario Camus, en el que, a pesar de contar con el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez, la vicepresidenta segunda y Ministra de Trabajo Yolanda Díaz y el Ministro de Cultura Miquel Iceta, no ha habido ninguna reivindicación ni petición más allá de hablar de lo importante que es la cultura para generar riqueza no sólo a nivel de país sino también para el propio individuo.
Tampoco hay este año discursos para el recuerdo, muy cortos de emoción o activismo, más allá de las menciones a esa "fosa común" que es el Mediterráneo, María José Llergo se ha metido al público en el bolsillo recordando a esa niña pequeña que tenía sueños grandes, y que junto a la mención de Aranoa a antiguas reformas laborales lesivas para los trabajadores ha terminado siendo lo más reivindicativo de la noche, ya que todos los receptores han ido a la obvio destacando sobre todo las palabras de Javier Bardem a su mujer, sus hijos y su madre (la añorada Pilar Bardem) o el amor incondicional con el que ha tejido su discurso Blanca Portillo, culminando en el tributo a Maixabel Lasa por "poner amor en el mundo y no rendirse nunca", no sólo la protagonista real en la que se basa una película sino un faro moral y un símbolo de entendimiento especialmente sensible para todos los que han contribuido a la película.
Los Goya, sin tener necesidad de ello, han vuelto a contar con actuaciones musicales a pesar de que ninguna tiene que ver con las películas nominadas. A pesar de tocar fondo con la versión inicial de Libre de Nino Bravo (hay karaokes en los que se han escuchado alternativas más estimables que las abordadas por Jedet, Cristina Castaño y Bebe estando cada una en un show diferente) el nivel ha remontado con C. Tangana que ha estrenado junto a Rita Payés la canción Te venero. Mucho más alabable la sencillez del regreso de Joaquín Sabina (junto a Leiva) en los escenarios, tras las consecuencias de una caída en un concierto hace dos años, interpretando Tan joven y tan viejo, así como Luz Casal poniendo voz al In Memoriam con el tema Negra sombra.
La gala se ha salpicado con tres gags de humor sobre las entretelas del cine (especialmente destacable el de casting para dar vida a personajes inmigrantes o el llevado a cabo por Pantomima Full) y sólo la interacción entre Arturo Valls, Ana Milán y Marta González de Vega con las bromas tan habituales como efectivas sobre los guionistas, o el momento en el que Luis Zahera ha bromeado con Luis Tosar sobre la malignidad de sus personajes, han animado un poco la sensación generalizada de tedio a pesar de la vistosidad de algunos atuendos de los asistentes como el caso de Eduardo Casanova, Paco León o Guillermo Montesinos.
El único atisbo de vida que se ha salido del guión ha sido con los vídeos de los familiares dedicado a los nominados en las categorías de revelación. Una entrega de los Goya, que se ha abrazado al lenguaje inclusivo recalcando lo de "nominados y nominadas", con la que se archiva y pasa página al año pero que, en vez de aprender de errores del pasado, se ha retrotraído sobre sus pasos volviendo a fallar en lo de siempre.
Falta de ritmo, frescura y nula implicación con un público que ya de por sí tiene poca vinculación con unas películas que, más ahora con las consecuencias de la pandemia, no están terminando de llevar a la gente a las salas. Un año más, y tras salir del envite en 2021 con elogiable dignidad y empeño, a la Academia le toca reflexionar sobre el concepto de una gala que, como todas las de premios, ves como su modelo está en crisis y más cuando es el caso de tener que pedir el sacrificio al espectador de aguantar hasta entrada la madrugada partiendo ya de la base de empezar la ceremonia a las 22:00h (tras cuatro horas de previa de alfombra roja) y tener que entregar 28 premios cumpliendo además con todos los condicionantes y peajes de una gala de este tipo.
Los Goya ya piensan en el futuro pero más que aprender y formar un modelo para los próximos año parecen, como el mundo en general, más perdidos y desorientados que nunca quedando a la expectativa de que sea alguna película reclamo o el carisma del presentador de turno el que salve el envite aunque, como es el caso en años como éste, se deben buscar alternativas cuando no se puede contar con esos ingredientes.
Aun así, y a pesar de galas mejores o peores, los Goya 2022 lideraron en TVE la noche del sábado con 2.777.000 espectadores, lo que se tradujo en un 22,9% de cuota de pantalla, cifra y porcentaje que creció en 295.000 espectadores y 7,3 puntos respecto a la edición anterior.
Los ganadores
Película: El buen patrón
Dirección: Fernando León de Aranoa (El buen patrón)
Actor: Javier Bardem (El buen patrón)
Actriz: Blanca Portillo (Maixabel)
Actor de reparto: Urko Olazabal (Maixabel)
Actriz de reparto: Nora Navas (Libertad)
Actor revelación: Chechu Salgado (Las leyes de la frontera)
Actriz revelación: María Cerezuela (Maixabel)
Dirección novel: Clara Roquet (Libertad)
Guión original: Fernando León de Aranoa (El buen patrón)
Guión adaptado: Daniel Monzón y Jorge Guerricaechevarría (Las leyes de la frontera)
Música: Zeltia Montes (El buen patrón)
Canción: "Te espera el mar" (Mediterráneo)
Dirección de producción: Albert Espel y Kostas Seakianakis (Mediterráneo)
Fotografía: Kiko de la Rica (Mediterráneo)
Montaje: Vanessa L. Marimbert (El buen patrón)
Dirección artística: Balter Gallart (Las leyes de la frontera)
Vestuario: Vinyet Escobar (Las leyes de la frontera)
Maquillaje y peluquería: Sara Rodríguez, Benjamín Pérez y Nacho Díaz (Las leyes de la frontera)
Sonido: Daniel Fontrodona, Oriol Tarragó, Marc Bech y Marc Orts (Tres)
Efectos visuales: Pau Costa y Laura Pedro (Way down)
Película de animación: Valentina
Película extranjera de habla hispana: La cordillera de los sueños
Película europea: Otra ronda (Dinamarca)
Documental: Quién lo impide
Cortometraje de ficción: Tótem loba
Cortometraje de animación: The monkey
Cortometraje documental: Mama
Galería de fotos de la alfombra roja
Las películas ganadoras
* El buen patrón: 6 Goyas (película, dirección, actor, guión original, montaje, música)
* Las leyes de la frontera: 5 Goyas (actor revelación, guión adaptado, dirección artística, vestuario, maquillaje y peluquería)
* Maixabel: 3 Goyas (actriz, actor de reparto, actriz revelación)
* Mediterráneo: 3 Goyas (fotografía, dirección de producción, canción)
* Libertad: 2 Goyas (actriz de reparto, dirección novel)
* Tres: 1 Goya (sonido)
* Way down: 1 Goya (efectos visuales)
* Quién lo impide: 1 Goya (documental)
* Valentina: 1 Goya (película de animación)
Nacho Gonzalo
Soporíferos, cada años van a peor.
Como gobiernan los que la mayoría de ellos quieren para qué meter puyas... En cualquier caso, se agradecieron los agradecimientos (y valga la redundancia) cortos y centrados en el trabajo (como el impecable de Sacristán) y no los discursos reivindicativos en consonancia de ciertas modas que ahora se estilan, que fueron realmente escasos.