"Exodus: Dioses y reyes"
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El argumento: Aventura épica que narra la historia de Moisés un hombre cuyo coraje desafió a un imperio cuando se rebeló contra el todopoderoso faraón Ramsés, liberando a 600.000 esclavos en una épica huida a través Egipto, llena de peligros y mortíferas plagas, en busca de la Tierra Prometida.
Conviene ver: “Exodus: Dioses y reyes” es un gran espectáculo que queda en agua de borrajas por un guión limitado y una nula tensión dramática. No se puede negar que luce en lo visual y las batallas son una gozada de ver, pero la cosa se queda en eso ya que esta cinta con aire a superproducción clásica se basa en el empaque más que en otra cosa. El apabulle termina siendo cansino a los ojos del espectador a lo que no ayuda la machacona música de Alberto Iglesias. La cinta se pasa de solemne y no aporta nada a la versión de Cecil B. DeMille e, incluso, no supera el criticado “Noé” de Aronofsky siendo ésta más política que religiosa. Un aplauso para fotografía y diseño de producción, aunque tampoco es que se innove especialmente, pero la cinta no consigue interesar y los actores tampoco ayudan a ello. Christian Bale acomete el papel con frialdad y tormento, entre la racionalidad y el mensaje divino que aporta un niño inquietante, y el Ramsés de Joel Edgerton no pasa del suficiente mientras que la presencia de Ben Kingsley, Sigourney Weaver, Aaron Paul o una convincente y hermosa María Valverde (que mantiene una relación con Moisés que es el colmo de la melosidad) se queda en la anécdota. A las dos horas y media le falta consistencia y claridad de ideas.
Conviene saber: Ridley Scott vuelve al cine épico e histórico que tocó en “Gladiator” (2000) y “El reino de los cielos” (2005).
La crítica le da CINCO