"Eugénie Grandet"

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El argumento: Felix Grandet reina supremo en su modesta casa en Saumur, donde su esposa y su hija Eugénie llevan una existencia libre de distracciones. Extremadamente codicioso, no ve con buenos ojos a los pretendientes que se apresuran a pedir la mano de su hija. Nada debería dañar la colosal fortuna que oculta a todos. La llegada repentina del sobrino de Grandet, un dandy parisino huérfano y arruinado, pone patas arriba la vida de la joven. El amor y la generosidad de Eugénie hacia su primo hundirán al padre Grandet en una ira sin límites. Frente a su hija, estará más dispuesto que nunca a sacrificarlo todo en el altar de las ganancias, incluso su propia familia.

Conviene ver: “Eugénie Grandet” es la adaptación de una de las grandes obras de la literatura francesa. Publicada en 1833 se adentra en una mujer oprimida por el hecho de serlo y vivir en una sociedad en la que se mueve como un peón por un padre que la utiliza para prosperar económicamente negándole el amor verdadero de sus pretendientes víctima de una avaricia enfermiza que le nubla cualquier acto de buena fe preocupándose sólo por sí mismo y por mantener la reputación de su apellido. Como ya hizo el director con su anterior película, “Cambio de reinas” (2017), imprime un carácter feminista muy contemporáneo a unas historias de época que muestran algunos de los elementos más retrógrados de una sociedad que no ha cambiado mucho en determinados aspectos a pesar de los casi dos siglos de diferencia. Josephine Japy y Olivier Gourmet interpretan a una hija y un padre que son víctima y ejecutor de un sistema que centra la posición capital en la figura del padre de familia, del cual éste se aprovecha al extremo, como sustento y forjador del destino de los suyos, especialmente de las mujeres supeditadas a ello en una comunidad de provincias como la que viven y en la que, además de vivir en modestas condiciones, el entorno que se crea en esa desvencijada casa en la que apenas entra la luz se convierte en una clase de opresión en la que no hay hueco para el amor o la libertad supeditado todo al ordeno y mando paterno, un tipo mezquino que acoge en su casa sin ningún tipo de afecto a su propio sobrino (enviado por un padre arruinado que acaba quitándose la vida) y al cual no puede más que dar un par de consejos siempre sin valor monetario previo a enviarlo casi al destierro sin mostrar un atisbo de consuelo. “Eugénie Grandet” se muestra en esta adaptación que respeta el clásico pero que pule los aspectos que resuenan más contemporáneos como una cinta que habla del poder, de la relación entre padres e hijos y de la codicia de un sistema que prefiere el dinero a la felicidad de los suyos sometiéndolos a la desdicha y a que el paso del tiempo sea cruel al no poder volver atrás sobre los pasos recorridos de un amor que pudo ser pero que nunca fraguó ante las formas déspotas de un hombre al que su propio notable y contable rondan sabiendo su acumulación de dinero con el fin de que sus hijos puedan aprovecharse de ello desposándose con la joven que da título a la película, la cual no estará dispuesta a conformarse con no vivir un gran amor. Una apuesta sobria, que abusa del contrapicado, que convence con la fotografía de los países y, especialmente, los de esa casa jugando con la luz y la oscuridad en progreso funcionando como un personaje más a la hora de retratar esa opresión y que demuestra la vigencia de la obra de un Balzac que, a pesar de su densidad, sigue confirmando indagando en sus obras su vigente lucidez con un mensaje muy rompedor para la época. El final, con una protagonista dispuesta a tomar las riendas de su propia vida por mucho que diga la sociedad, redondea una adaptación más que estimable que saca partido a todos sus ingredientes partiendo de una buena materia prima pero sin que en ningún momento la adaptación del texto se antoje anticuada o aburrida sino intrigante y fascinante a la hora de mostrar las desdichas de una serie de mujeres a las que se privó de tener una vida propia aunque finalmente sea lo que tanto ambicionó el padre, el dinero, sea lo que se convierta en una carta de libertad.

Conviene saber: Marc Dugain adapta la novela de Honoré de Balzac.

La crítica le da un SEIS