"En los márgenes"

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El argumento: La cuenta atrás de tres personajes, con senda historias entrelazadas, que tratan de mantenerse a flote y sobrevivir a 24 horas claves que pueden cambiar el curso de sus vidas. El film explora el efecto que una situación de estrés económico tiene sobre las relaciones personales, y cómo el afecto y la solidaridad pueden ser un motor para salir adelante.

Conviene ver: “En los márgenes” se adentra en el drama de los desahucios, realidad que el cine español ya ha abordado en cintas como “Techo y comida” (2015) o “Cerca de tu casa” (2016), abordado con una naturalidad y un verismo bañado de rabia indignada y de furiosa desesperación aliándose con un tándem compuesto por Penélope Cruz y Luis Tosar que dan empaque a una cinta en la que hasta el personaje con menos diálogos está bien definido con un reparto compacto y a favor de obra. Juan Diego Botto se estrena detrás de las cámaras con un guión escrito por él y por su pareja Olga Rodríguez en la que hay decisiones narrativas y de puesta en escena herederas de Ken Loach y los hermanos Dardenne, pero sin ser un mal imitador y manteniendo la consistencia y el pulso emocional del relato. No es que sea un derroche de sutilidad pero se nota que hay pasión y humanidad a la hora de contar una historia que conmueve y enfada a partes iguales ante la pasividad de unas instituciones que prefieren seguir teniendo esta realidad bajo la alfombra ante la incapacidad de abordarlo y dar garantías en el cada vez menos acogedor estado de bienestar. Una burocracia frente a la que sólo queda la solidaridad y la ayuda desinteresada de asociaciones y colectivos que asesoran, acompañan y luchan para que la voz sea escuchada. Muy inteligente el hecho de presentar tres historias corales que comparten espacio y tiempo, y que terminan interconectando, con la incertidumbre y la desolación de la amenaza siempre permanente de quedar desahuciados ganándose el corazón por personajes como el de esa madre interpretada por Penélope Cruz que intenta llegar como puede a fin de mes pero que no ha renunciado a ayudar a los demás, la química que se establece entre esa improvisada pareja de colegas formada por un trabajador social que quiere abarcar demasiado y su hijo/hijastro (estupendos Luis Tosar y Christian Checa) o la madre encarnada por una arrebatadora Adelfa Calvo que no intenta perder la fe de que su hijo vuelva a cogerle el teléfono después de que un negocio que salió mal les terminara separando. Un buen debut que visibiliza a través de la denuncia, siguiendo la fórmula del cine social sin subrayados, y que llega al espectador por una cámara nerviosa y una autenticidad que inunda la historia además de por una buena definición de personajes con unos intérpretes que lo dan todo de sí. Buenas intenciones abordadas con dinamismo y con efectividad y con un poder de denunciar llegando al corazón en un ejercicio sólido, lúcido y potente partiendo de lo cotidiano y de lo más cercano para sentirlo como propio y auténtico.

Conviene saber: Juan Diego Botto debuta en la dirección con una cinta que formó parte de la sección Orizzonti del Festival de Venecia 2022 y de la sección Perlas del Festival de San Sebastián 2022.  

La crítica le da un SEIS