"El señor Wilder y yo"
El señor Coe admira al señor Wilder. Y yo.... y probablemente todos vosotros. Coe ha decidido resucitarlo para cruzarlo con Calixta, una mujer que en la actualidad va a cumplir los 60, compositora de bandas sonoras en declive pero que a sus 21 años vivió la experiencia que sirve a Coe para montar su novela.
Título: "El señor Wilder y yo"
Autor: Jonathan Coe
Editorial: Anagrama
Sería interesante que los historiadores del futuro acudieran a los libros de Jonathan Coe cuando pretendan entender la Inglaterra del siglo XX y actual. En "El corazón de Inglaterra" se sumergió en la ficción del Brexit; previamente lo había hecho con la Thacher en "Menudo reparto". Coe domina la crítica política paródica, y esa faceta es la más valorada por sus compatriotas.
Pero al otro lado hay historias más íntimas, personales, entre las que se encuentran las favoritas de los europeos. Nos acaba de regalar una de las mejores, madura, algo melancólica, agridulce a veces, pero, literalmente hablando, terminado en dulce. Gracias al trabajo de documentación y los muchos libros sobre Wilder, no falla nada en el reflejo de su personalidad, de sus ideas y comentarios. Todo podría ser Wilder. El austriaco vivió plenamente, con éxitos, pero también con los peligros que conllevaba vivir en el Berlín que se iba transformando en nazi. También Coe dedica algunas de sus mejores páginas a esa parte de su memoria.
El Wilder que conoce a Calixta está en los 70 años, y más dispuesto a sostener su mirada sobre el cine, que a pensar en sumarse a la carrera de éxitos de los "chicos de la barba", Spielberg, Lucas o Coppola. El nuevo cine espectáculo enfrenta a Wilder a una nueva etapa de su vida, a la que todavía le quedan 25 años, pero que intuye como de pérdida y aceptación. Calixta recuerda esta historia en un momento semejante para ella, a la espera de llamadas laborales que nunca llegan, y dos hijas, con los primeros problemas reales de adultas, alejándose de ella.
La novela nos llevará desde el Hollywood de los 70 a viajar por Grecia, Alemania y Francia, para rodar "Fedora"; la historia de una estrella inaccesible en su decadencia, tipo Greta Garbo. Una de las películas de Wilder menos populares, pero situada en el tiempo que conviene a Coe. Al igual que en las películas de Wilder, las alegrías y las tristezas, los amores y desengaños, se suceden con intensidad, pero sin extremos sensacionales.
Conocemos al Billy Wilder resucitado por Coe en uno de sus lugares favoritos. Allí es donde se presenta Calixta de manera insospechada. "Los Wilder se encontraban todavía en la cumbre de la escala social —entre los miembros de mayor categoría de un grupo que ya era de elite-. Se dice que Audrey y él «inventaron» The Bistró, por entonces el restaurante más de moda en Beverly Hills. «Mi amigo Romanoff, ya sabe, cerró», dijo Billy. «Y quería que allí hubiera un restaurante al que me gustara ir.» Kurt Niklas, el antiguo maître de Romanoff's que se convirtió en el administrador y principal accionista de The Bistró, comentó que «cuando eres maître todo el mundo te dice: "Si alguna vez quieres abrir tu propio restaurante, ven a verme". Es un camelo. Nunca pasa nada. Billy fue la única persona que he conocido que cumplió con su palabra. Así que cuando cerró Romanoff's fui a verlo. Al cabo de veinticuatro horas Billy tenía cheques en el buzón por noventa mil dólares». Audrey también ayudó: «Tenemos a sesenta accionistas», explicaba Niklas, «y la gente que no encontró Billy, la encontró su esposa». En un principio, Wilder se imaginaba un tipo de lugar rústico, informal, con manteles a cuadros y serrín en el suelo. Se impusieron los gustos de Audrey y The Bistró acabó con alfombras rojas, elegantes paneles oscuros, algunos de los muebles de Irma la Dulce y un montón de espejos en las paredes para que los comensales pudieran espiar otras mesas. Billy se quedó anonadado. Recuperando un viejo gag de El crepúsculo de los dioses, dijo que «el fondo empieza siendo una floristería y acaba como una lancha torpedera».
Carlos López-Tapia