"El imperio del dolor"
Es probable que nunca hayas oído hablar de la familia Sackler, salvo que hayas vivido en Nueva York o en Londres durante algún tiempo. En el mundo anglosajón son reconocidos con facilidad. La revista Forbes los incluyó en la lista de las veinte familias más ricas de Estados Unidos, con una fortuna estimada en más de 10.000 millones de euros, superando a familias legendarias como los Bush o los Rockefeller. El apellido Sackler ha adornado museos de arte, universidades e instalaciones médicas de todo el mundo. Instituto Sackler de Ciencias Biomédicas, en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York; Centro Sackler de Investigación en Biomedicina y Nutrición; Centro Sackler de Formación en Arte, del Museo Guggenheim, o el Ala Sackler del Museo Metropolitano de Arte. En otras partes del mundo la presencia de la familia es igual de importante: la Biblioteca Sackler de Oxford, el Ala Sackler del Louvre, la Facultad Sackler de Medicina de Tel Aviv, o el Museo Sackler de Arte y Arqueología de Pekín.
Título: "El imperio del dolor"
Autor: Patrick Radden Keefe
Editorial: Reservoir Books
El apellido ha estado en las listas de personas influyentes durante casi un siglo, y su ascensión a la "nobleza del dinero" se basa en el esfuerzo, el talento para la publicidad y la falta de escrúpulos del primero de tres hermanos, de padres inmigrantes desde Polonia y Austria, a principios del siglo XX.
Muchos de los que se han relacionado con algún miembro de la familia en las pistas de los Alpes suizos, las cenas de caridad en Mónaco, las galas benéficas en Londres o las reuniones de auténticos "influencers", no sabían con exactitud cuál era la fuente de semejante fortuna, pero sí que no estaba en la época de los "barones ladrones" del siglo XIX, los creadores del capitalismo desbocado norteamericano. El pedigrí que les faltaba quedaba compensado de sobra con su fama de benefactores generosos.
El periodista de investigación que ha escrito "El imperio del dolor", Patrick Radden Keefe, que también es la base del documental "El crimen del siglo" (2021), sitúa el comienzo de esta estupenda historia familiar y comercial, de codicia y corrupción, en 1949, y su final por el momento hace dos años, cuando puso el punto final al texto y la investigación. Durante el tiempo que ha durado el trabajo periodístico, las presiones han venido de todas partes, no solo a él, sino a directores de medios y personas relacionadas con el tema.
El precio de la fortuna de la familia lo han pagado cientos de miles de personas, norteamericanos sobre todo, muertos por sobredosis o drogodependientes crónicos. Los cómplices necesarios para la crisis sanitaria más importante y voluminosa conocida no son sólo los herederos multimillonarios de la familia. Hay funcionarios sobornados, médicos corrompidos, autoridades "cegadas" y medios de comunicación sordos a cualquier “ruido” que apuntara al prestigio de los Sackler.
El libro no tiene desperdicio y responde a las preguntas que deberían haberse hecho con más constancia muchos de los que compartieron mesa, cubiertas de yates, o inauguraciones políticas presididas o coprotagonizadas por esta familia.
La industria farmacéutica ha dado pie a más de una película, centrada sobre todo en el abuso y la corrupción, en los agujeros hechos por la corrupción en el tejido legal y el control de las autoridades. La cuarta temporada de la estupenda serie "Goliath" (2016-2021) también la ha seleccionado como tema, aunque ha optado por emplear el apellido de una familia ficticia para evitar demandas, por mucho que sea evidente qué familia se encuentra tras el argumento. En cualquier caso, son varias las empresas implicadas en la crisis de opiáceos que ha matado al menos a medio millón de americanos en las últimas décadas.
Carlos López-Tapia