"El gran Gatsby"
“El gran Gatsby” es una referencia literaria de los aficionados al cine clásico que nadie ha logrado convertir en cine de éxito, ni siquiera teniendo como guionista a Coppola, porque Gatsby no está, y es difícil alcanzar al gran público sin protagonista. Eso no ha impedido el culto por el escritor de una buena novela y la prueba está en el 1443 North Hayworth Avenue de Hollywood. Es un edificio que atrae todavía a la gente suficiente, de la que disfruta mapa en mano del recorrido en busca de casas de famosos, como para justificar que hayan pegado un aviso: “Se ruega no molestar a los inquilinos”. El cartel defiende de curiosos a los habitantes, que pagan unos 4.000 dólares mensuales por ocupar el apartamento que fue de la columnista de la época dorada de Hollywood Sheilah Graham, último romance de F. Scott Fitzgerald, y el lugar donde murió el escritor. Nos llega ahora una nueva traducción de este clásico de la literatura norteamericana, que incluye dos buenas aportaciones además de la propia traducción.
Título: "El gran Gatsby"
Autor: F. Scott Fitzgerald
Editorial: Siruela
La primera aportación es un prólogo inteligente, un llavero para las muchas cerraduras que tiene esta novela. Me ha interesado tanto como la propia novela, que exige del lector un mínimo conocimiento del entorno que la produce, apasionante, revolucionario y, a veces, detestable. Para empezar tenemos el placer de pasar el verano entre la élite de Long Island, donde asistimos a fiestas elegantes y escuchamos jazz a la luz de la luna, y toda la historia sería otra si no estuviéramos en la época del jazz, así que sugiero leer con la música adecuada. Entonces, al igual que Nick, el narrador, nos sentimos intrigados por ese enigmático hombre, Gatsby. ¿Quién es? ¿De dónde ha venido? ¿Qué es lo que más desea? Quizá a la esquiva Daisy, una de esas mujeres que el dinero no puede comprar. Resulta agradable que nos recuerden que los ricos no siempre son felices.
La segunda aportación la valora el autor del prólogo, Jesús Ferrero: "Otra peculiaridad de nuestra edición es que hemos decidido recuperar la portada de la primera edición de El gran Gatsby, por lo definitiva que acabó siendo para Fitzgerald. Resulta que el autor estaba retrasando la entrega de la novela y ya había recibido la ilustración de la portada. Al verla, Fitzgerald experimentó una iluminación y escribió a Max Perkins, su editor, una carta en la que le decía: «Por el amor de Dios, no le pase a nadie la portada que tiene reservada para mí, pues la he integrado en la novela». Todo indica que, al analizar la ilustración, Fitzgerald decidió incluir los ojos que flotan en el aire, convirtiéndolos en los ojos de la valla publicitaria del doctor T. J. Eckleburg, uno de los símbolos fundamentales de la novela. La ilustración fue realizada por el pintor barcelonés Francis Cugat (hermano del célebre músico Xavier Cugat) que al llegar a los Estados Unidos comenzó a trabajar como pintor e ilustrador en la industria editorial y cinematográfica".
"El gran Gatsby" es una biblia para muchos traductores del inglés a otras lenguas, empezando por Haruki Murakami, así que bienvenida la nueva traducción al castellano.
Carlos López-Tapia