El cine más erótico: "Match Point", un golpe de suerte

Querido Teo:

Ahora que está de actualidad con el estreno de su nueva película, “Si la cosa funciona”, no podemos evitar recordar una de las películas de Woody Allen más logradas de la década. No puede ser otra que "Match Point", su primera incursión en Londres con un resultado magnífico. La cinta, un fiel retrato de la ambición y la pasión, logra también ser una de las películas más “calientes” del popular cineasta. Todo gracias a la explosiva pareja formada por Jonathan Rhys Meyers y Scarlett Johansson. La cinta se ambienta en las clases altas inglesas conformando un triángulo amoroso que acaba derivando en una parábola sobre la fortuna, la casualidad y el destino. La película “menos Allen” de todas las de Woody pero, quizás, una de las que más merece estar en lo más destacado de su filmografía de las dos últimas décadas.

Pocas veces Woody ha indagado tanto en la fuerza del destino a través de la metáfora de una pelota de tenis que, al tocar la red, puede caer hacia delante o hacía atrás marcando el devenir de sus protagonistas. El azar no existe, sino que todo es la fortuna que cada uno tiene marcada. Redonda es la escena del anillo que sigue exactamente el mismo camino que la pelota de tenis. “Match Point” cobra visos de tragedia griega, con referencias al “Delitos y faltas” del propio Allen, y, también a obras shakesperianas como “Otello” y “Macbeth”. El uso de la música, ópera en su mayor parte, nos introduce más si cabe en el caprichoso círculo del destino.

Lo pasional está muy presente desde el momento que el protagonista conoce a la que es novia de su mejor amigo, que además es su futuro cuñado. En una fiesta conoce a Nola, una impresionante Scarlett Johansson (quizás en su mejor momento) que luce curvas y sensualidad y nos hace sentir, al igual que al protagonista, un irrefrenable deseo hacia ella. Una femme fatale como las de antaño que, poco a poco, se va quitando toda esa capa quedando como una pobre chica enamorada víctima de los acontecimientos. Una película para recordar con alguna escena más que turbadora como ésta en la que los dos protagonistas no pueden refrenar la pasión bajo la lluvia en un acolchado campo de maíz.
                                                                            

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Nacho Gonzalo (Coronado)