"El abuelo que saltó por la ventana y se largó"

Cójase un poco de ADN “Forrest Gump” de Tom Hanks, añádase otro poco de Mr. Chance de Peter Sellers, fumíguese todo con un sentido del humor de buena calidad y obtendremos una historia divertidísima que exigiría la tecnología más avanzada para reunir en una película a Franco, Mao, Truman, De Gaulle y Stalin, cruzándose en la vida de un sueco que andaba por allí, y que el día de su centenario decide largarse de la residencia por una ventana.

Título: “El abuelo que saltó por la ventana y se largó”

Autor: Jonas Jonasson

Editorial: Salamandra

Nota de la Redacción: Este libro es una manera perfecta para exhibir inteligentemente algunos de los momentos y personas que mejor reflejan la estupidez humana de todo un siglo, el vivido por su protagonista. Tras unas primeras páginas de auténtico desconcierto, en que el abuelo centenario se va por una ventana de la residencia perdida en un pueblo sueco, la aventura se dispara y comienza la diversión. Jonasson exhibe dotes de sobra para una narración directa e imaginación suficiente para una acción que progresa con rapidez. Pero además su humor y sus personajes están a la altura del mejor Tom Sharpe.

El veterano experto en explosivos que resulta ser el abuelo, se encuentra con compañeros de viaje tan chocantes como un delincuente maduro con antecedentes penales, un vendedor de salchichas que ha estudiado diez carreras universitarias para poder disfrutar de una herencia, una mujer madura que vive aislada con una elefanta, y algunos perseguidores entre delincuentes y policías que acabarán tras los pasos de todos ellos. Al tiempo vamos conociendo el pasado del abuelo, que, como Forrest Gump, se cruzará con algunos de los hombres más importantes de su tiempo, incluido un familiar de Einstein, para participar en momentos cruciales del siglo XX. El autor logra hacer creíble las situaciones, destilando un sarcasmo, una ironía y un humor que alcanza la carcajada en ocasiones.

Excepcionalmente no es recomendable incluir fragmento alguno por una razón: las primeras páginas no reflejarían gran cosa y cualquier otro fragmento posterior podría dar una impresión equivocada. La progresión narrativa que propone el autor es indispensable para entrar con suavidad en un mundo tan desconcertante como posible en apariencia y muy divertido.

Suecia se ha enamorado de este abuelo convirtiéndolo en uno de los súper ventas del año. Es tan infrecuente tropezar con un libro como este, donde el humor se eleva por encima de todo lo demás, incluido el homicidio involuntario y voluntario, que no debía quedar fuera de esta sección, aunque de momento no haya nada concreto sobre su transformación en cine o televisión. Una rara avis para días de playa o piscina, si no te importa que el vecino te pregunte que lees al ver tu cara.