"Deadpool y Lobezno"
La web oficial.
El argumento: Un apático Wade Wilson se afana en la vida civil tras dejar atrás sus días como Deadpool, un mercenario moralmente flexible. Pero cuando su mundo natal se enfrenta a una amenaza existencial, Wade debe volver a vestirse a regañadientes con un Lobezno aún más reacio a ayudar.
Conviene ver: “Deadpool y Lobezno” es una muestra de que siempre hay otra opción para seguir estirando el rédito del beneficio juntando a dos personajes que ya son por separado un reclamo. Es verdad que poco tienen que aportar, y que no es del todo orgánico la unión de los universos de ambos, pero estaba claro que desde que Disney absorbió a Marvel y después unió al catálogo a Fox no iba a desaprovechar explotar cualquier marca. Un intento comercial que respeta la esencia de ambos y su carácter malhablado ya que si Deadpool sigue siendo irónico y fanfarrón en el caso de un Lobezno hastiado y respondón se ofrece una nueva variante del personaje que no traiciona lo que se pudo ver en el alabado western apocalíptico con el que el personaje cerraba su andadura. Es por ello que el entusiasmo de Ryan Reynolds y Hugh Jackman, la labor detrás de las cámaras de Kevin Feige, y que se diera luz verde al proyecto por parte del mandamás Kevin Feige, ha dado pie a una película que va de la “buddy movie” y la acción adrenalínica de dos héroes salvajes e incontrolables que con rabian lamen sus heridas sin nada que perder, a través de chistes políticamente incorrectos y episodios sangrientos, desembocando en algo tan solemne como canalla. Se aplaude su carácter caustico pero la cinta va de más a menos conforme la faceta de parodia, ingeniosa e irreverente, con continuos guiños, homenajes y referencias como el hecho de que Deadpool se declara “el Jesucristo de Marvel”, la broma con el gatillazo zarpiano para Lobeznos de más de 40 años o la necesidad de contar con una escena de acción a cámara lenta, da paso a una cinta de acción del montón, en la que Deadpool necesita contar con Lobezno como aliado para que su mundo no se desmorone y pierda todo lo que quiere, que se pierde por su carácter deslavazado, poca capacidad de sorpresa en su desarrollo y el sobado recurso del multiverso, la cuarta pared para forzar la interacción con el espectador y los consabidos cameos que por acumulación termina siendo un recurso fácil. No naufraga (su ritmo, la banda sonora y la química de los actores juega a favor), pero el entretenimiento inicial deriva en una cinta desigual que confirma que quizá sobre el papel la sucesión de ideas no siempre queda bien atado en la práctica. En todo caso funciona como entretenimiento para fans de manera más que digna por su gozoso cachondeo caótico que se atreve incluso por momentos a atreverse a sacar los colores a Disney.
Conviene saber: Shawn Levy dirige la cinta que junta a los dos superhéroes que encarnan Ryan Reynolds (tras las películas de 2016 y 2018) y Hugh Jackman (del que en teoría se había despedido en 2017).
La crítica le da un SEIS