"Conspiración en El Cairo"

La web oficial.

El argumento: Adam, humilde hijo de un pescador, ingresa en la prestigiosa universidad de Al-Azhar de El Cairo, epicentro del poder del islam sunita. El día en que empiezan las clases, el Gran Imán que dirige la institución muere de repente. Sin ser consciente de ello, Adam se encuentra en medio de una lucha de poder implacable entre las élites religiosas y políticas del país.

Conviene ver: “Conspiración en El Cairo” es la lucha de poder a través de los ojos de un estudiante cuando muere repentinamente el Gran Imán que dirige la prestigiosa universidad de Al-Azhar de El Cairo en la que recibe clases tras recibir una beca, encontrándose en medio de un conflicto entre las élites religiosas y políticas del país. Una situación que supera a este humilde hijo de pescador que se da de bruces con la realidad de un país patriarcal y que delimita sus esferas de influencia cuando la religión, la política y la educación quiere ser controlada desde el poder gubernamental cueste lo que cueste. Un thriller correcto, convincente e intenso que habla de la corrupción y los intereses que hay detrás de una religión confeccionada como espectáculo y parafernalia, convirtiendo una universidad en un centro de adoctrinamiento moral para ganar adeptos a toda costa cuando, bajo la superficie, no se puede decir que haya precisamente buenos propósitos y altruismo. Un retrato de cómo la corrupción brota en cualquier esquina a través de una cinta nada complaciente con un sistema al que retrata sin cortapisas en su vertiente política y humana y que combina la intriga de un John Le Carré con las entrañas de un lugar esquivo como "El nombre de la rosa" (1986) cuando este joven es reclutado por un agente de los servicios especiales para que sea los ojos e impida que el proceso de elección sea amañado.

“Conspiración en El Cairo” convence pero no apasiona funcionando mejor como intriga adictiva que como retrato social, desaprovechando las posibilidades que presenta su alrededor al jugar con espacios cerrados sin llegar a trascender más allá de la premisa de ese protagonista arrollado por las circunstancias y el caos que se origina a su alrededor cuando el cetro de poder queda vacante, lo que muestra un escenario de corrupción, falsas lealtades y profunda hipocresía frente a propósitos de boquilla. Un poder concebido como arma de doble filo que puede terminar hiriendo al que lo empuña en un ambiente de elección de nuevo imán en el que cada pieza del tablero se posiciona, estudiantes que actúan como espías, aliados o traidores según sea el caso, siendo incapaces de que nazcan relaciones sanas por la absoluta desconfianza reinante, y que queda ahogada por la nimiedad de algunos de sus conflictos internos (especialmente las alianzas que establece el protagonista en la universidad o el abrupto descubrimiento para utilizar como chantaje frente a uno de los jefes que aspira al cargo) y por una trama demasiado enrevesada en la que el protagonista tiene que reunirse en un bar fuera de la universidad con el investigador intentando mantener la cordura frente a tanta negrura y con el único atisbo de poder reencontrarse con su padre y sus hermanos. Tarik Saleh, egipcio de origen y sueco de nacimiento, ya sorprendió con la ejemplar intriga de “El Cairo confidencial” (2017) contando ahora con el eficaz trabajo de Tawfeek Barhom como el estudiante desbordado ante una situación incontrolable y el habitual del director, Fares Fares, como un investigador desaliñado que no se casa con nadie y que intenta poner algo de integridad en su trabajo a pesar de que todo el sistema esté podrido.

“Conspiración en El Cairo” destaca por su intriga y la sensación de que en aguas revueltas todo puede pasar y que un paso en falso puede cambiar el destino de muchos pero, en verdad, acaba emergiendo como un lúcido retrato del papel del estado canalizando su poder a través de la religión inmiscuyéndose en la pureza de su fin con el fin de sacar rédito. Todo en un lugar que en vez de crisol de culturas y cuna del conocimiento como bastión del islamismo puro y no fanatizado supone un campo de batalla subterráneo en el que se mueven las piezas del tablero y en el que un paso en falso puede ser fatal quedando a merced de los caprichos de los que mueven los hilos sin oposición. La búsqueda de poder ocultada estratégicamente en ideales esperanzadores que sólo son una dulcificación embellecida del verdadero objetivo de determinados actos. Una circunstancia que convierte al ser humano en una especie condenada a la insolidaridad primando el interés propio cegado por la gloria y el estatus de llevar el mando sin ningún escrúpulo y a cualquier precio. Un thriller conspirativo y político tan intenso y laberíntico como tosco y áspero propio de la institución que retrata pero que siempre mantiene el interés a pesar de una espiral cada vez más asfixiante a través de la mirada de ese joven que tendrá que envilecerse a la fuerza aunque sea para contribuir a hacer justicia ante tantos que se quedaron en el camino víctimas de una causa aniquiladora, partidista y corrupta que sólo ansía control, dominación y poder utilizando un símbolo de la enseñanza como vía para moldear y construir un nuevo país a conveniencia del que manda.

Conviene saber: Mejor guión en el Festival de Cannes 2022 y representante de Suecia para el Oscar 2023 a la mejor película internacional.

La crítica le da un SEIS