Conexión Oscar 2025: Sean Baker, el cronista de la América que no tiene motivos para sentirse grande
Querido primo Teo:
Por “Anora” el estadounidense Sean Baker ha sido galardonado con la Palma de Oro del Festival de Cannes 2024 consagrándose como el narrador de la América que no tiene motivos para sentirse grande. Con su obras el director ha dado voz a personajes que suelen ser ignorados o están mal representados en el cine más comercial y, en su compromiso con la autenticidad, ha recurrido a las técnicas cinematográficas más innovadoras, como por ejemplo rodar con un teléfono móvil. En esta última década, Baker se ha ganado la reputación de ser uno de los directores más importantes del cine independiente contemporáneo.
Nacido en New Jersey en 1971 en el seno de una familia de clase media, rodó su primera película “Four letter words” (2000), con la que ya demostró cuáles eran sus inquietudes como cineasta. La película se desarrolla durante el transcurso de una noche en una fiesta entre jóvenes veinteañeros de clase media. Los personajes se encuentran en ese limbo existencial entre la adolescencia y la edad adulta, explorando temas como la masculinidad, la sexualidad, la alienación y las inseguridades típicas de esa edad.
El film es un retrato íntimo de las conversaciones cotidianas y las dinámicas de poder que surgen entre estos jóvenes. Más que confeccionar una historia a Baker lo que realmente le interesa es mostrar la autenticidad de unos personajes pertenecientes a una sociedad despreocupada.
Cuatro años después estrenó en el circuito festivalero de muy bajo coste “Take out” (2004), una cinta codirigida con Shih-Ching Tsou sobre la vida de un inmigrante ilegal chino en Nueva York que trabaja como repartidor y a quien le urge reunir dinero para pagar una deuda a los contrabandistas que le ayudaron a llegar a los Estados Unidos.
Rodada con presupuesto muy reducido, utilizando principalmente cámaras portátiles, escenarios reales y actores en su mayoría no profesionales, la película tiene un espíritu documental ya que se captura con autenticidad el ritmo de la vida urbana de Nueva York, particularmente la frenética rutina de los repartidores de comida a domicilio. “Take out” se beneficia de las limitaciones al ofrecer una visión directa y no idealizada de la vida de los inmigrantes.
Sean Baker estaba completamente al margen de la industria, ni siquiera se situaba bajo el radar de los modernos que van a la caza de nuevas tendencias. Baker era un cineasta que escribía, dirigía, rodaba con los sistemas menos sofisticados, editaba y se encargaba de distribuir sus trabajos.
Logró cierto respaldo con “Prince of Broadway” (2008) que logró estrenar en el Festival de Los Ángeles, nuevamente interesado en representar de manera cercana a personajes marginales que tratan de encontrar un sentido de pertenencia en una sociedad que no siempre los acepta. El protagonista es un inmigrante ghanés que vende falsificaciones cerca de Broadway y que se ve obligado a asumir la paternidad mientras evita ser deportado.
Determinante en su carrera fue “Starlet” (2012), rodada con un presupuesto de 235.000 dólares, que logró vender para su distribución, que tuvo su recorrido en festivales internacionales como el de Locarno y que se llevó el premio Robert Altman de los Independent Spirit Award al mejor reparto, encabezado por Dree Hemingway y Besedka Johnson, destacable su caso ya que era una antigua modelo de 85 años que debutaba como actriz profesional y que no tuvo mucho tiempo para disfrutar de su éxito ya que falleció meses después del estreno del film.
En “Starlet” Baker nos habla de la inesperada amistad que surge entre una aspirante a actriz que acaba de ser captada por la industria del porno y una anciana que se convertirá en su cómplice en el hallazgo de un importante botín. El director, con su enfoque naturalista, explora en el submundo de la industria del entretenimiento para adultos en Los Angeles y también habla de la soledad y la conexión intergeneracional, mostrando que las diferencias entre sus protagonistas se desvanecen a medida que se encuentran en sus respectivas luchas.
Sean Baker se convirtió en el niño mimado por la crítica a raíz de “Tangerine” (2015), presentada en el Festival de Sundance. La película sigue la historia de dos trabajadoras sexuales transgénero en Los Ángeles en la víspera de Navidad. Esta obra fue aclamada por su retrato auténtico de una comunidad marginada, su sentido del humor y la energía frenética que capturó.
“Tangerine” fue especialmente innovadora por haber sido rodada en su totalidad con un iPhone 5S, lo cual no sólo resaltó la estética vibrante y el ritmo acelerado de la historia, sino que también mostró una nueva posibilidad para el cine independiente de bajo presupuesto. Baker y su equipo usaron lentes adaptadas y aplicaciones especiales de grabación para lograr una imagen visualmente impactante y sorprendentemente profesional. Protagonizada por Kitana Kiki Rodriguez y Mya Taylor, “Tangerine” fue elogiada por su representación respetuosa y sincera de personajes transgénero, para ello el director trabajó en colaboración estrecha con la comunidad trans de Los Ángeles.
El éxito entre la crítica de “Tangerine” puso a Sean Baker bajo el foco del Festival de Cannes que se llevó a “The Florida project” (2017) a la Quincena de Realizadores. La película, comprada por A24, ofrece una visión cruda y cercana de la vida de una niña y su madre que viven en la pobreza, en las afueras de Disney World, en un motel llamado "The Magic Castle". La historia sigue a Moonee, una niña de seis años interpretada por Brooklynn Prince, y su madre Halley, encarnada por Bria Vinaite, mientras luchan por sobrevivir.
A lo largo del verano, Moonee y sus amigos encuentran aventuras y diversión en su entorno, pero la película muestra el contraste entre su inocencia y la realidad económica que enfrentan. El gerente del motel, Bobby (Willem Dafoe), se convierte en una figura paternal y de apoyo para los residentes, aunque también lidia con las dificultades de mantener el lugar funcionando. El trabajo de Dafoe fue galardonado por la crítica y le permitió ser nominado al Oscar al mejor actor de reparto.
“The Florida project”, rodada en colores vibrantes y con una perspectiva casi documental, capta la contradicción entre el ambiente de fantasía de Disney y la realidad de las personas que viven en los márgenes de ese "mundo mágico". Baker, especialmente premiado por la crítica, trabajó con actores no profesionales para reflejar la autenticidad de la historia y utilizó un enfoque visual que mezcla la estética colorida y casi surrealista de la infancia con la dureza de las condiciones sociales. La cinta fue aclamada por su sensibilidad hacia la pobreza infantil en Estados Unidos y su habilidad para mostrar la resistencia y el optimismo de los niños frente a la adversidad.
Baker debutó en la competición de la sección oficial del Festival de Cannes con “Red rocket” (2021) sobre un ex actor porno, interpretado por Simon Rex, que regresa a su pequeña ciudad natal en Texas, después de haber perdido su éxito en la industria del entretenimiento para adultos, para tratar de reconstruir su vida mientras lidia con su ex mujer y la madre de ésta. Baker con su estilo realista y querencia por mostrar la vida de personajes en los márgenes de la sociedad, rodó "Red rocket" en lugares auténticos de Texas y mezcla tanto actores profesionales como "amateurs" para crear una atmósfera cruda y auténtica.
El director nuevamente habla del fracaso del sueño americano, la explotación y la lucha por la supervivencia en un sistema que deja a muchos a un lado. Rodada durante lo peor de la pandemia, la película recibió una clamorosa ovación en su premiere en el Festival de Cannes aunque finalmente salió con las manos vacías de la croisette. El trabajo de Simon Rex fue especialmente elogiado y se llevó el premio de la Asociación de Críticos de Los Ángeles (LAFCA).
El pasado mes de mayo Sean Baker se alzó con la Palma de Oro con “Anora” (2024). La película, protagonizada por Mikey Madison, sigue a una stripper de Brooklyn cuya vida da un vuelco cuando inicia una relación con Ivan, el hijo de un oligarca ruso, cuya intensidad les hace contraer matrimonio. Inicialmente la historia tiene un tono de cuento de hadas moderno, con la joven protagonista seducida por el mundo de lujo y opulencia de Ivan, pero adquiere un cariz mucho más oscuro cuando la familia de él trate de anular el enlace y quitársela de encima.
Baker habla de las diferencias entre las clases sociales, así como del amor y la explotación sexual, usando su característico estilo naturalista y recurriendo nuevamente a actores no profesionales. “Anora”, que cuenta con el respaldo de NEON, quedó entre las finalistas del Premio del Público en el Festival de Toronto y el trabajo de Mikey Madison está siendo especialmente promovido para esta temporada de premios que tenemos cada vez más cerca.
Mary Carmen Rodríguez