Conexión Oscar 2024: "Saltburn", "Desconocidos", "Los que se quedan", "Rustin" y "Bikeriders. La ley del asfalto" en la lanzadera del Festival de Telluride

Querido Teo:

Un Festival de Venecia menos glamuroso que de costumbre (por la ausencia de estrellas debido a la huelga) sigue ocupando el foco mediático este fin de semana pero frente a ello se rebela un Festival de Telluride que en su 50ª edición se ha hecho con el estreno mundial de algunas de las películas más apetecibles de la temporada y que comienzan a generar inercia en unos días en los que la grandilocuencia festivalera siempre tiende a saltar de obra maestra en obra maestra. Será el tiempo como juez sabio y sumarísimo el que dicte sentencia.

Si había una película especialmente esperada era "Saltburn", el segundo trabajo como directora y guionista de Emerald Fennell después de que las piezas del tablero se voltearan con “Una joven prometedora” (2020). Esta invocación al espíritu de Mr. Ripley pasando por la estética, temática y sensualidad de “Retorno a Brideshead” (1981) y “Call me by your name” (2017) ha generado una división de opiniones que si por un lado le atribuyen audacia y sugerencia por el otro ha dejado a más uno fuera de juego.

Una de esas películas inclasificables que remueven y que parecen que van a generar encendidas conversaciones cuando se estrene por lo impredecible de una propuesta que habla del deseo y de los límites de la moralidad. Una cinta que para unos descarrila y que para otros tiene algunas de las escenas más potentes del año habiendo consenso, eso sí, en su espíritu caótico, su diabólica hilaridad y su capacidad para calentar al personal desde un punto de vista erótico. La unanimidad se la llevan Barry Keoghan (como rey y señor de una cinta en la que ofrece su más compleja interpretación hasta la fecha) y una Rosamund Pike que destaca por un personaje lleno de ingenio y humor negro.

"Desconocidos" es otra de las cintas que más juega con la sensualidad perturbadora de sus protagonistas pero, en cambio, la película de Andrew Haigh ha sorprendido (incluso a los que no esperaban demasiado de ella) con unas entusiastas críticas desde las montañas de Colorado. Andrew Scott y Paul Mescal protagonizan una cinta sobre la soledad, el deseo y el peso del pasado como unos vecinos que coinciden en el impersonal edificio en el que viven siendo un film que no parece que se vaya pronto de la cabeza después de verse. A ello contribuye el poso emocional que deja el nuevo trabajo de un director que ya sabe lo que es sacar lo mejor de sus intérpretes con historias que calan al alma.

Además de la naturalidad que desprende la cinta y su vertiente más sexy es Andrew Scott el que sale mejor parado a la hora de dar vida a un guionista que vive un complejo viaje emocional cuando, además de intimar con su vecino, vuelve a la casa de su infancia, donde descubre que sus padres, fallecidos hace mucho tiempo, viven y tienen la misma edad que el día en que murieron hace más de 30 años. Estética ochentera y también música de la época para una propuesta que golpea y arrebata hablando sin complejos de la muerte, la culpa y la necesidad o no de volver sobre nuestros pasos y conocer nuestras raíces para así saber realmente quiénes somos. Una cinta de la que se hablaba para formar parte de la carrera (desde una posición rezagada) pero que sale lanzada de Telluride.

Hay nombres que nunca decepcionan y uno de ellos es el de Alexander Payne que ha presentado en Telluride "Los que se quedan" en la que es su segunda colaboración con Paul Giamatti casi dos décadas después. Una candidata a todo desde este momento como se confirma en unas críticas que devuelven al director y guionista a la carrera para proseguir el romance académico que le hizo conseguir entre “Election” (1999) y “Nebraska” (2013) hasta 7 nominaciones al Oscar (tres de ellas como director) consiguiendo la estatuilla al mejor guión adaptado con “Entre copas” en 2005 y “Los descendientes” en 2012.

Un film alabado en todos los aspectos, tanto en la dirección como en el guión, así como en el apartado interpretativo con un brillante Paul Giamatti como profesor misántropo y solitario que tiene que quedarse a cargo de la escuela en la que trabaja para supervisar a los estudiantes que no han vuelto a casa por Navidad. Eso le ha llevado a ser comparada con “El club de los poetas muertos” (1989) y “Mejor… imposible” (1997). Una cinta que se considera que tiene humor, corazón y alma destacándose también a la química que mantiene Giamatti con Da’Vine Joy Randolph como cocinera robaescenas y la revelación de Dominic Sessa como el estudiante del que se tiene que hacer cargo el profesor durante esas dos semanas de la década de los 70 en el que estos personajes tienen que enfrentarse a su mayor enemigo, ellos mismos. Una de esas cintas que cuando se repasan la carrera de un director ocupan un hueco de honor si nos atenemos a tan elogiosas palabras.

"Rustin" de George C. Wolfe se centra en la figura del brillante estratega que estuvo detrás de la trascendental March On Washington de 1963 y que asesor cercano de Martin Luther King, Jr., el cual dedicó su vida a la búsqueda incansable de la igualdad racial, los derechos humanos y la democracia mundial. Una propuesta que aborda temas difíciles y complejos, en una época de convulsión social, de manera enérgica e inspiradora gracias a un Colman Domingo que es la mejor opción de la película de Netflix para esta carrera de premios por un trabajo carismático, poderoso y sensible tanto en la efervescencia de sus discursos como en los momentos más íntimos de un biopic abordado con clasicismo y dignidad por parte del director de "La madre del blues" (2020).

“Rustin” no carga tintas y sabe aunar lo histórico con lo didáctico aunando rebeldía y emoción sin renunciar al humor. Una opción a tener en cuenta que, si bien ha tenido buenas críticas, parece que será la típica opción que basa sus opciones en el apartado de mejor actor (con un Colman Domingo que amenaza con asentarse en la categoría como una opción más que sólida) y en el de guión original a cargo de Dustin Lance Black acostumbrado ya a revisiones históricas centradas en líderes históricos emblemáticos de Estados Unidos en la lucha por los derechos civiles ya que ya obtuvo un Oscar por su trabajo en "Milk" en 2009.

"Bikeriders. La ley del asfalto" de Jeff Nichols es una historia original ambientada en la década de 1960 tras el surgimiento de un club de motociclistas ficticio del Medio Oeste. Una cinta de la que se ha alabado sobre todo el trabajo de Tom Hardy y de Jodie Comer frente a un Austin Butler al que se le han valorado otras circunstancias más primarias y frívolas como el estilo sexy que desprende en la cinta recordando por momentos la iconografía de James Dean.

Un recorrido por la América profunda de una época representada en una juventud que buscaba libertad y cambio centrado en estos jóvenes rebeldes que derribaron puertas y contribuyeron a romper con la asentada generación de sus padres traumatizada por la guerra y la precariedad económica. Una cinta que, como es habitual en el cine de Nichols, parece que se terminará quedando en tierra de nadie ya que, a pesar de destacar la labor de los citados actores, ni el guión ni en su conjunto parecen haber terminado de apasionar.

Nacho Gonzalo