Conexión Oscar 2024: El año en el que rendirse a Christopher Nolan

Querido Teo:

Hay grandes directores que nunca supieron lo que es ganar un Oscar a la mejor dirección. Podemos hablar de Charles Chaplin, Orson Welles o Alfred Hitchcock como casos más paradigmáticos pero en la actualidad ya hay una serie de realizadores que, de momento, también forman parte de esa lista tal es el caso de David Fincher, Paul Thomas Anderson o el que hoy nos ocupa. Un Christopher Nolan que se enfrenta a su mayor oportunidad para confirmar en los Oscar su estatus, ya ganado hace tiempo ante el público, de ser uno de los nombres imprescindibles del cine de nuestra época y uno de esos pocos realizadores que sólo con mencionarlos suponen un reclamo para ir a las salas.

Una defensa de las salas de la que ya hizo gala en plena pandemia con “Tenet” (2020), la cual no funcionó en taquilla ante la situación imperante de restricciones pero que hizo que Christopher Nolan no diera marcha atrás en su empeño de que su cine se disfrute como todo un evento en un momento en el que películas así son un necesario balón de oxígeno para las taquillas y también para la experiencia cinematográfica desde un punto de vista colectivo.

Así ha ocurrido también con "Oppenheimer" (2023) que, con “Barbie” o sin ella, ha superado todas las expectativas este pasado año con 952 millones de dólares a nivel mundial. Un hito para un drama de tres horas de duración ambientado en la época de la II Guerra Mundial sobre el científico que creó la bomba atómica. Ello le ha colocado en la mejor posición para que, al final, pueda ser entronizado en los Oscar aunando calidad y sentido del espectáculo convenciendo por igual a crítica y público.

Christopher Nolan no sabe todavía lo que es ganar un premio importante, bien sea como director, guionista o productor, en algunas de las citas destacadas de la carrera de premios. 5 nominaciones al Oscar, 4 al Globo de Oro, 4 al Gremio de Directores (DGA) y 5 al Bafta que en ningún caso se han materializado. Todo ello por una sucesión de prejuicios por un lado sobre el cine como espectáculo a la hora de ser tenido en cuenta en este tipo de galardones, ciertos recelos por su grandilocuencia técnica y, sobre todo, por el hecho de que en todos los años en los que tuvo oportunidad siempre hubo otra película que supo crear una narrativa a su favor.

En todo caso Christopher Nolan se ha convertido a lo largo de sus 12 largometrajes en uno de los directores que mejor ha sabido conectar con la audiencia contemporánea como uno de los máximos exponentes del cambio de siglo. "Memento" (2000) fue buena muestra de ello tanto en narrativa como en estilo formal con una segunda película que fue una de las revelaciones de la temporada. “Memento” fue nominada al mejor guión original y al mejor montaje en los Oscar y a la mejor dirección por el Gremio de Directores (DGA).

Si hay una película que marca un antes y un después en la carrera de Christopher Nolan esa no fue otra que "El caballero oscuro" (2008), la cual no sólo dotó de solidez, trascendencia y calidad al cine de superhéroes que a partir de ese año (junto a la irrupción de Marvel con “Iron Man”) inició una edad de oro para el género sino que fue capaz de tocar el cielo con una historia y un personaje del que parecía que ya se había contado todo en anteriores versiones pero que ahora alcanzaba cotas de magisterio tras ya dar muy buenas sensaciones con su trabajo en “Batman begins” (2005) que optaría al Oscar a la mejor forografía.

"El caballero oscuro" no sólo encabezó tops críticos y taquillas, con una unanimidad pocas veces vista que llevó a que muchos la catalogaran como una película definitoria y una de las mejores de todos los tiempos (sigue siendo la tercera en la clasificación del portal IMDB), sino que terminaría provocando que desde ese momento la Academia de Hollywood iniciara un movimiento aperturista ampliando a 10 las nominadas a mejor película después de que muchos se llevaran las manos a la cabeza cuando "El caballero oscuro" no estuvo entre las nominadas al Oscar de ese año (fue el último con cinco). Lo que sí consiguió fue el Oscar póstumo para Heath Ledger pero una sensación agridulce ya que (salvo la estatuilla en mejor actor de reparto) el resto de las 8 nominaciones de la cinta fueron en apartados técnicos.

Christopher Nolan tenia el favor del público y de buena parte de la crítica pero el dotar de dinero a la industria y de lustre de calidad al cine como espectáculo no era suficiente para conseguir un prestigio por encima de toda condescendencia. Algo así tuvo que sufrir Steven Spielberg con continuas omisiones y desplantes en los Oscar hasta que la Academia consideró que con “La lista de Schindler” (1993), a base de clasicismo, calidad, emoción y empaque, ya había llegado el momento. Como si sus años centrados en la ciencia ficción o en el cine de aventuras no le hubieran hecho ser tomado en serio.

"Origen" (2010) fue un gozoso galimatías entre leyes de la física, conspiración empresarial, trama de espionaje y el papel que juegan los sueños y las distintas realidades a los que nos llevan, con el reclamo de Leonardo DiCaprio a la cabeza de uno de esos repartos de ensueño. Una gran función llena de valentía y riesgo que queda en lo más alto dentro del género de ciencia ficción y también de los otros con los que confluye confirmándose Nolan con este trabajo como heredero de Hitchcock, Lynch o del “Blade Runner” de Ridley Scott y con la habilidad de que más de una década después su final con esa peonza girando siga resonando en sus múltiples interpretaciones

Un éxito absoluto siendo una de las cintas más recordadas del siglo XXI por el público más general pero que, si bien consiguió la nominación a mejor película, volvió a dejar fuera a Christopher Nolan en mejor dirección aunque sí que le brindó su segunda nominación al Oscar como guionista (nueve años después de “Memento”). Algo que ya parecía empecinamiento académico teniendo en cuenta que sí que fue nominado como realizador en los Globos de Oro, el Gremio de Directores (DGA) y el Bafta. 8 nominaciones que se saldaron con 4 Oscar en las categorías de fotografía, efectos visuales, sonido y montaje de sonido.

"El caballero oscuro: La leyenda renace" (2012) no estuvo a la altura del listón tan alto que se había logrado con la anterior cinta de Batman por lo que, sin ser una mala película, eso le pasó factura aunque con ella se culminara una de las mejores trilogías de la historia del cine que dejó a Batman y a todo su universo en un olimpo difícil de volver a alcanzar por mucho que todo lo relacionado con Gotham siga teniendo tirón tanto en cine como en televisión.

Por su parte "Interstellar" (2014) combinaba un viaje espacial a través de un agujero de gusano con un drama familiar a través del tiempo siendo una de esas cintas que ha sido más comprendida y puesta en valor con el paso del tiempo al emerger toda la fuerza emocional que encierra sobre la propia condición humana y nuestro papel en el mundo. 5 nominaciones al Oscar en apartados técnicos haciéndose con el premio a los mejores efectos visuales. Uno de esos títulos destinados a perdurar aunque en su momento no fueran del todo comprendidos.

"Dunkerque" (2017) sí que supuso cierta consagración abandonando el cine de superhéroes o el de ciencia ficción para adentrarse en el drama bélico e histórico a través de la operación de rescate durante la II Guerra Mundial que pudo salvar a más de 300.000 personas de una muerte segura tras el acorralamiento por parte de las tropas nazis de un gran número de soldados británicos y franceses que contaban con muy pocos medios de resistencia ante las diezmadas fuerzas militares y la ayuda de barcos civiles a cargo de marineros tan aficionados como implicados en la causa.

Una experiencia inmersiva con la que Nolan no sólo siguió innovando con la fusión de imagen y sonido (con un estilo de banda sonora ya muy característico en su cine del que ha hecho gala primero Hans Zimmer y después Ludwig Göransson) sino que pudo jugar con la acción a través del espacio-tiempo tanto por tierra, mar y aire. Nolan entraba en las páginas de oro del cine bélico y, sobre todo, demostraba su brillantez en todos los aspectos cinematográficos siendo una proeza con imágenes que se te quedan en la retina; ambiciosa, sensorial y, sorprendentemente, emocionalmente épica por toda la verdad y oficio que rezuma.

Una obra apabullante y absorbente que nos lleva directamente a las playas que dan título a la película y que fue el escenario en el que la fe y el espíritu colectivo llevó al hombre a una victoria con la que Nolan recibió al fin el bautismo académico con su primera nominación a mejor dirección, la segunda en mejor película y la quinta a nivel global. "Dunkerque" se llevó 3 Oscar de 8 nominaciones (montaje, sonido y montaje de sonido) pero pronto terminó descabalgada durante los meses de la carrera para optar de verdad a mejor película.

"Tenet" (2020) fue azotada tanto por su ambición como por una ejecución alambicada que en esta ocasión daba el triple salto mortal pero no llegaba a caer de pie. Eso se notó en los Oscar (sólo dos nominaciones llevándose el premio a los mejores efectos visuales) y en el divorcio del director con Warner Bros. tras tantos años de exitosa relación pero desgastada tras el distinto enfoque a la hora de pensar la mejor manera de distribuir un título tan ambicioso como “Tenet” en el verano de la pandemia.

Universal Pictures es el Estudio bajo el manto en el cual Christopher Nolan ha dirigido “Oppenheimer”, un proyecto que le ha hecho llegar (por primera vez a estas alturas del año) como el favorito por defecto de la carrera al Oscar antes de que comiencen a entregarse los galardones más importantes. Un ahora o nunca para un nombre que desde hace tiempo cuenta con el favor de un público y de una industria agradecida y que ahora parece reunir todas las claves (temática, prestigio, buen hacer, estadística y narrativa) para que con “Oppenheimer” sea el momento definitivo en el que se incluya en su expediente la distinción del Oscar así como del resto de premios que preceden.

Una oportunidad para que la Academia pueda conseguir lo que por mucho que quiera parece empeñada en impedir, que el sentir de los Oscar y el de las salas vuelvan a ir de la mano. Algo necesario, aunque sea de vez en cuando, tanto para que un nombre como Christopher Nolan vea refrendado el valor de su trabajo y su posición en el panorama cinematográfico actual como para que los Oscar no sigan desfilando hacia la intrascendencia.

Nacho Gonzalo