Conexión Oscar 2024: Carey Mulligan, de favorita en redes a ninguneada por la Academia

Querido Teo:

Carey Mulligan es, a sus 38 años, una de las actrices más destacadas de los últimos 15 años con una carrera más que elogiada que le ha convertido en un nombre que atesora inteligencia a la hora de elegir sus papeles, prestigio por parte de la industria y también cariño del público al tenerla presente en algunos de los títulos más apreciados de los últimos años. Eso sí, el calor en redes que despierta (situándola todos los años en los que hay oportunidad como favorita al Oscar) no se traduce igual dentro del seno de la Academia.

Sólo 2 nominaciones al Oscar avalan una trayectoria que no ha defraudado en términos de calidad pero sí en reconocimientos. "Orgullo y prejuicio" (2005) fue la primera vez que llamó la atención como la más inocente de las hermanas Bennet pero fue "An education" (2009) el que se convirtió en uno de esos papeles que valen una carrera y generan comparaciones, tal fue el caso nombrándola muchos como la heredera de Audrey Hepburn.

Carey Mulligan consiguió la nominación al Oscar, al Globo de Oro, al Gremio de Actores (SAG) y al Critics’Choice (BFCA) como esa joven estudiante fascinada por el aire “bon vivant” del hombre mayor que ella del que se enamora. Hollywood se quedó prendado de ella deseoso de nuevas promesas por lo que la vimos en muy poco tiempo en “El mejor” (2009), “Enemigos públicos” (2009), “Brothers (Hermanos)” (2009), “Wall Street 2: El dinero nunca duerme” (2010) y “Nunca me abandones” (2010).

Carey Mulligan aunaba fragilidad y entereza, dulzura y determinación, pero también una sutilidad en sus interpretaciones, sostenidas más en su mirada que en el efectismo, que también han supuesto un hándicap en el terreno de los premios, siempre ávidos de interpretaciones más estridentes. Es por ello que terminó eclipsada por sus compañeros de reparto, actores del momento, tanto en "Drive" (2011) como en "Shame" (2011).

"El gran Gatsby" (2013) fue de todo menos un trampolín y en “A propósito de Llewyn Davis” (2013) volvió a recaer en ese perfil de chica buena a la que proteger y salvar, demasiado plana y poco matizada. Algo que pareció cambiar con las determinadas protagonistas de “Lejos del mundanal ruido” (2015) y “Sufragistas” (2015) pero las cintas no fueron tenidas en cuenta en la temporada de premios a pesar de las expectativas iniciales que despertaron.

Las películas de Thomas Vinterberg y Sarah Gavron suponen un antes y un después en la filmografía de Carey Mulligan aunque no se hable demasiado de esos títulos a la hora de repasar la misma. Y es que, a partir de estos trabajos, la carrera de Carey Mulligan potencia el rol de mujeres que son capaces de construir su propio destino al margen de los hombres sin necesidad de ser salvadas por ellos y a pesar de formar parte de entornos y comunidades profundamente machistas bien sea rechazando pretendientes al no existir amor de verdad o luchando por el derecho al voto de la mujer.

Es el caso de “Mudbound” (2017), no privándose del derecho de amar y desear de verdad en el seno de una comunidad rural racista, o “Lo que arde con el fuego” (2018), harta de una vida como ama de casa y supeditada a los caprichos e inseguridades de su marido y en la inestabilidad que ello puede provocar a la hora de potenciar la faceta creativa del hijo de ambos que asiste al desmoronamiento de esa relación en forma de confort de seguridad.

Con “Una joven prometedora” (2020) llegó toda una revolución aupada por los ecos del #MeToo y construyendo el personaje más complejo de su carrera. El de una chica traumatizada que decide tomarse la justicia de su mano frente a unos hombres parapetados por un machismo y una moral que les protege de sus abusos y acosos.

La cinta de Emerald Fennell fue una de las revelaciones en la temporada de premios (ganando el Oscar al mejor guión original) y consiguiendo en total 5 nominaciones al Oscar en las principales categorías pero, a pesar de ganar el Critics’Choice y ser candidata a todos los premios de la temporada, la Academia prefirió reconocer por tercera vez como actriz protagonista a Frances McDormand como mascarón de proa de la cinta que se haría con el Oscar ese año, “Nomadland”.

En "La excavación" (2021) la vimos como la responsable del hallazgo arqueológico más importante de la Historia de Inglaterra, el llamado tesoro de Sutton Hoo, y en "Al descubierto" (2022) como una de las dos periodistas que destaparon el caso de Harvey Weinstein mientras intentaban lidiar con eso tan quimérico que es la conciliación. Un nuevo ninguneo de la Academia a pesar de que por su trabajo fue nominada al Globo de Oro y al Bafta como actriz de reparto.

"Maestro" se erigía como una nueva oportunidad pero, una vez más, Carey Mulligan ha visto como se ha pasado de tenerla en cuenta como favorita a que, incluso, la nominación penda de un hilo. No sólo debido a que la cinta parece que se vaya desinflando desde su estreno sino también ante el hecho de que su Felicia Montealegre, a pesar de que parecía que iba a pesar más su perspectiva cuando se anunció el proyecto, queda subordinada a la figura de Leonard Bernstein y al ego con el que Bradley Cooper ha enfocado un proyecto en el que para él, lo importante, ha sido mostrar su destreza tanto delante como detrás de las cámaras.

El Oscar de Carey Mulligan tendrá que esperar pero habrá que ver si, al menos, consigue su tercera nominación (nuevamente como protagonista). No parece fácil teniendo a Lily Gladstone (“Los asesinos de la luna”) y Emma Stone (“Pobres criaturas”) como favoritas, a Margot Robbie (“Barbie”) a lomos del fenómeno del año y a Sandra Hüller (“Anatomía de una caída”) como la opción internacional de la temporada. Una quinta plaza que se tendrá que disputar con Greta Lee (“Vidas pasadas”) que sigue con sus opciones intactas.

La historia entre Carey Mulligan y el Oscar sigue siendo una de amor no entendido ya que, si bien la actriz ha logrado convertirse en una de las favoritas del público, no ha sabido encontrar el proyecto que le llevara en volandas a la estatuilla. En algunos casos porque cuando la Academia la tuvo como finalista optó por no premiarla y en otros porque o bien la película no estuvo a la altura o bien su personaje quedaba demasiado eclipsado. A ello no ayuda una sutilidad y un modo de interpretar más orgánico que grandilocuente que suele restar puntos injustamente en materia de premios pero que no le ha impedido ser una de las mejores actrices de la actualidad. Muchas veces menos es más.

Nacho Gonzalo