Conexión Oscar 2022: "La tragedia de Macbeth", Shakespeare regresa a los Oscar
Querido Teo:
Por muchas décadas que pasen William Shakespeare sigue siendo el autor de referencia en continuas adaptaciones para cine, televisión y teatro. La última en llegar es "La tragedia de Macbeth", la versión expresionista y pesadillesca que ha hecho Joel Coen de este retrato de ambición, poder, soledad, traición y locura y que llega a cines de manera limitada y a la plataforma Apple TV+ de manera masiva. La historia de un lord escocés que es convencido por unas brujas de que se convertirá en el futuro rey de Escocia. Denzel Washington y Frances McDormand protagonizan una versión con la que Shakespeare puede volver a los Oscar en varias categorías importantes siendo la primera película en solitario del director desde “Crueldad intolerable” (2003).
“El sueño de una noche de verano” de William Dieterle y Max Reinhardt fue la primera adaptación de una obra de Shakespeare en conseguir la candidatura a mejor película. Fue en los Oscar de 1936 llegando a las 4 nominaciones y haciéndose con los premios de fotografía y montaje. El amor juvenil y pasional de la obra más reconocida del dramaturgo, “Romeo y Julieta”, no tardaría en hacerse un hueco. En 1937 la adaptación de George Cukor protagonizada por Leslie Howard y Norma Shearer consiguió 4 nominaciones en los apartados de película, actriz, actor de reparto (Basil Rathbone) y dirección artística.
Ya en la década de los 40, “Muchachos de Siracusa” de A. Edward Sutherland, adaptación de “La comedia de las equivocaciones”, un enredo que supone la obra más corta del autor entre poemas y sonetos, obtuvo en 1941 dos nominaciones técnicas a mejor dirección artística en blanco y negro y mejores efectos visuales. Pero si de alguien era esa década shakesperiana no era otro que de Laurence Olivier que primero presentó “Enrique V”, la historia del joven rey de Inglaterra hacia la conquista de Francia que en 1947 sumó nominaciones en película, actor, dirección artística y música concediéndole a Olivier un premio especial por su arduo y polifacético trabajo a la hora de llevar la obra de Shakespeare a la pantalla.
Eso sí, el triunfo mayor no tardaría en llegar ya que Laurence Olivier dobló la apuesta estrenando “Hamlet”, la historia del atormentado heredero legítimo del trono de Dinamarca que tras la aparición del fantasma de su padre busca venganza contra su tío, el cual llegó al trono asesinando a éste. Hamlet decide entonces contratar a una compañía de actores ambulantes para que representen en la corte una obra en la que se muestra el asesinato de un rey a manos de su hermano, y en idénticas circunstancias, esperando así ver como la reacción de su tío confirma su culpa. Una obra redonda e intrigante que fue la triunfadora de los Oscar de 1949 sumando 4 premios (película, actor, dirección artística y vestuario) sobre 7 nominaciones.
Laurence Olivier continuó con más versiones de Shakespeare pero ninguna repitió el éxito de estas dos. En 1957 con “Ricardo III” sólo consiguió la nominación a mejor actor y la historia de celos de “Otello” se quedó en 1966 con cuatro nominaciones para sus, por otra parte, magníficos actores, el propio Olivier como protagonista y Frank Finlay, Joyce Redman y Maggie Smith en las categorías de reparto.
Antes de todo ello Joseph L. Mankiewicz se reservó para sí “Julio César”, ante un Olivier que acaparaba para sí la obra shakesperiana, consiguiendo en 1954 hasta 5 nominaciones en las categorías de película, actor (Marlon Brando), fotografía, música y dirección artística, haciéndose sólo con esta estatuilla.
Si la contamos como adaptación de Shakespeare, nunca se ha ocultado la inspiración de la obra en “Romeo y Julieta”, no hay que olvidar los 10 Oscar (sobre 11 nominaciones) de “West Side Story” de Robert Wise y Jerome Robbins (este año también con la cinta de Steven Spielberg). Todo ello, no obstante, si bien volvió a recuperar de manera tardía la excelencia del musical en los primeros años de la década de los 60, no implicó un mayor interés por la obra de Shakespeare, ante la complejidad de levantar obras tan ambiciosas en un momento en el que poco a poco iban a primar proyectos más modestos y cercanos a la realidad de la calle.
El testigo de Laurence Olivier lo cogió Franco Zeffirelli, el cual nunca se llevó la estatuilla. “La mujer indomable” fue nominada a vestuario y dirección artística en 1968 mientras que al año siguiente “Romeo y Julieta”, versión más naturista y campestre explorando la sensualidad de los jóvenes cuerpos de Leonard Whiting y Olivia Hussey, se hizo con 4 nominaciones película, dirección, fotografía y vestuario, ganando en estos dos últimos apartados.
Al igual que Olivier esta fue la cinta con la que tocó techo en las lides de Shakespeare ya que el resto no llegaron a tener posibilidades en mejor película. “Otello”, recreación filmada de la ópera de Giuseppe Verdi con Plácido Domingo y Katia Ricciarelli, se quedó con no nominación a mejor vestuario en 1987. “Hamlet (El honor de la venganza)” fomentaba el espíritu de aventura que se impondría en el cine histórico de la nueva década pero esta versión de 1991, protagonizada por Mel Gibson y Glenn Close, se quedó con las solitarias nominaciones de dirección artística y vestuario, siempre los apartados fetiche en las películas del director y escenógrafo.
Era el momento de Kenneth Branagh que se erigió como el heredero de Laurence Olivier, curtido en el teatro y con el mismo espíritu de dominar la dirección, la escritura y la interpretación, quizá no con el magisterio de Olivier, pero sí con mayor complicidad con el espectador contemporáneo demostrando, además, su buena mano con los actores. Primero fue el turno de “Enrique V” que, en 1990, ganaba el premio a mejor vestuario además de acarrear nominaciones para Branagh en su faceta de director y actor.
Con “Hamlet”, cinta que hubiera merecido más en la cosecha de 1997, Branagh fue nominado ahora como guionista además de tener menciones en música, dirección artística y vestuario. Era la tercera versión de la historia que llegaba a los Oscar, tras las de Olivier y Zeffirelli, pero la sombra de la primera (la única adaptación pura de Shakespeare ganadora del Oscar) fue también una losa para las versiones que llegaron después.
El resto de la presencia shakesperiana en los Oscar se quedó con la adaptación de “Ricardo III” de Ian McKellen, sugerente salto en el tiempo para llevar la acción a la Inglaterra de la década de los 30 del siglo XX con la sombra del nazismo acechando, quedándose con la nominación a dirección artística y vestuario en 1996. “Romeo + Julieta” de Baz Luhrmann fue nominada a mejor vestuario en 1997 y “La tempestad” de Julie Taymor obtuvo esa misma nominación en 2011.
El mayor triunfo de Shakespeare en los Oscar, al margen del “Hamlet” de Laurence Olivier, ocurrió en 1999 con "Shakespeare enamorado", un gozoso “crowd pleaser” que reinventaba su figura y su obra dándole el papel de protagonista como personaje en la cinta de John Madden en el que el artista sufría una crisis creativa durante el reinado de Isabel I. Por más que lo intenta y, a pesar de la presión de los productores y de los dueños de salas de teatro, no consigue concentrarse en su nueva obra, "Romeo y Ethel, la hija del pirata", hasta que conoce a su musa, Lady Viola.
Todo un éxito que enamoró al público quitando solemnidad y dramatismo al Shakespeare de tragedias y venganzas con una historia de amor heredera de la “screwball comedy” y sostenida en un ingenio inspirado, un encanto indudable y un reparto en estado de gracia. Un botín de 7 Oscar (de 13 nominaciones) sumando los premios de película, actriz (Gwyneth Paltrow), actriz de reparto (Judi Dench), guión original, música en película de comedia o musical, diseño de producción y vestuario.
“La tragedia de Macbeth” ofrece ahora giro de vanguardia a una de las obras de Shakespeare que hasta ahora no ha tenido una adaptación que haya llamado la atención de los Oscar, a pesar de los intentos, entre otros, de Orson Welles en 1948, Roman Polanski en 1971 y Justin Kurzel en 2015. La cinta de Joel Coen ha ido desinflándose y parece no haber despertado el consenso para poder optar a estar entre las 10 nominadas a mejor película. Son los apartados de mejor actor (Denzel Washington), fotografía y diseño de producción donde sí que parece tener más posibilidades aunque habrá que confirmar el próximo 8 de Febrero si esta nueva adaptación pasa a formar parte del expediente de Shakespeare en los Oscar, autor que más de cuatro siglos después de su muerte sigue teniendo una huella indeleble en cualquier manifestación cultural y artística. Un Shakespeare, que más allá de la lectura de sus obras, el cine no ha hecho más que reivindicar (y también aprovecharse) en el último siglo.
Nacho Gonzalo
Gran análisis, pero falta alguno como por ejemplo Titus, basado en Tito Andrónico, que recibió una nominación a vestuario en 1999.
Y "Ran" está basada en "El Rey Lear".
Si aceptamos que "El rey león" adapta bastante a Hamlet, tendríamos alguna más.