Conexión Oscar 2022: ¿En qué ha quedado el que iba a ser el año de los musicales?
Querido Teo:
Cuando terminó la pasada carrera y se pusieron sobre el tapete las películas que podían llegar a aspirar al Oscar 2022 se comentaba que podía ser un año para que reverdeciera el género del musical de cara a premios. La relación de este tipo de cintas con los Oscar ha estado llena de altibajos habiendo sólo ganado la estatuilla 10 películas pertenecientes al género y en la última década habiendo sólo tres nominadas (“Los miserables” en 2013, “La la land” en 2017 y “Ha nacido una estrella” en 2019). Hay interés por el género, que siempre atrae a su público, generando en algún caso concreto fenómenos populares, pero en verdad existe una mezcla de atracción y miedo por parte de la industria a la hora de dar luz verde a un proyecto de este tipo. A pesar de que este año prometía mucho en este aspecto parece que la representación del musical este año en los Oscar será más reducida de lo que se pensaba.
"West Side Story" sigue siendo una incógnita pero el material de partida y tener a Steven Spielberg como responsable hace que se confíe en que la película pueda desbaratar las predicciones al Oscar si termina teniendo buenas críticas y lleva a gente a las salas.
Frente a otros musicales más desconocidos y contemporáneos, la obra creada por Leonard Bernstein es uno de los grandes tótems del género, representada en todo el mundo y popularizada no sólo por sus montajes teatrales sino por la magnífica cinta de Jerome Robbins y Robert Wise que es la cuarta película con más Oscar de la Historia (10) arrasando en una edición en la que sólo perdió el premio al mejor guión adaptado.
Su hándicap viene precisamente por la losa de existir ya una versión previa considerada magistral y multipremiada. Es por ello que las posibilidades de la cinta radican sobre todo, primero, en salvar los muebles y después en aspirar a los principales apartados aunque con pocas opciones de triunfo, más todavía cuando parece improbable que esta nueva versión tenga a algunos de sus intérpretes nominados cuando en la anterior tanto George Chakiris como Rita Moreno se hicieron con los premios de actores de reparto. Seguramente eran otros tiempos que no volver´án.
“Tick, tick… Boom!” es el debut en la dirección de Lin-Manuel Miranda, uno de los nombres que ha revolucionado el panorama de Broadway y que también está dejando su huella en el cine. Fue candidato al Oscar 2017 por la canción de “Vaiana” y es cuestión de tiempo que vaya acumulando nominaciones ya que los Estudios no parece que vayan a dejar de explotar el filón de su talento (podría repetir este año en esa categoría con la animada "Encanto").
En esta ocasión ha llevado al cine un musical que el mismo representó en 2014 y que es un tributo a la figura y legado de Jonathan Larson, creador de “Rent”, así como a la escena musical neoyorquina y a todos esos creadores que pelean por sus sueños.
“Tick, tick… Boom!” ha contado con muy buenas críticas pero la mayoría centradas en su protagonista, Andrew Garfield, teniendo lejos sus opciones en otros apartados. Al menos Garfield (nominado por “Hasta el último hombre” en 2017) podría convertirse en el primer actor en ganar en la categoría protagonista por un musical desde Rex Harrison por “My fair lady” en 1965. Los últimos tres actores nominados en ese apartado (Johnny Depp por “Sweeney Todd”, Hugh Jackman por “Los miserables” y Ryan Gosling por “La la land”) se hicieron con el Globo de Oro pero no llegaron a materializar el premio.
Siguiendo con Lin-Manuel Miranda, el fiasco en taquilla de “En un barrio de Nueva York”, adaptación de su propio musical con el que se intentaba revitalizar la asistencia en salas, ha minado sus opciones respecto a las tempranas quinielas de primeros de verano.
Jon M. Chu, director de origen asiático, ha sabido plasmar el alma de la historia que se mueve entre la sensación continua de desarraigo de los inmigrantes de segunda generación, especialmente de aquellos que no se sienten ni del lugar que vinieron ni del que ahora pisan, pero también el orgullo que sienten a la hora de reivindicar la cultura que todos ellos comparten en una serie de números que alternan el inglés y el español con suma facilidad y que deja momentos espectaculares con otros más cómicos, clasicistas, así como íntimos y demoledores.
Un musical vitalista, latino y algo vertiginoso en su montaje que hacía pasar un buen rato pero quizá sin lograr esa electricidad que se presumía en el teatro. A día de hoy no está presente en las quinielas de mejor película y ni siquiera su opción más razonable en su momento, la abuela Claudia encarnada por Olga Merediz, está ya en las apuestas. Una pena porque da la impresión de que en otros tiempos, de mayor asistencia a salas. y en los que era más fácil que el boca-oreja levantara fenómenos populares, esta cinta hubiera corrido mejor suerte.
Fiasco absoluto para "Querido Evan Hansen" que en Estados Unidos ha tenido que sufrir chanzas generales desde el momento en el que el primer avance vimos cómo se intentaba rejuvenecer a Ben Platt haciéndolo pasar por adolescente inadaptado, un recurso mejor utilizable con la suspensión de la incredulidad que genera el teatro pero que de cara al cine provoca que se destapen todas las vergüenzas.
“Querido Evan Hansen” se centra en un tímido estudiante de último año de secundaria con problemas de ansiedad y su viaje de autodescubrimiento y aceptación tras el suicidio de Connor, un compañero de clase, entrando en contacto con el dolor y el sentimiento que arrastra la familia del fallecido encontrando, en parte, reparo a su trauma pero valiéndose de una mentira para acercarse a ellos, el hecho de hacerse pasar por un amigo de él cuando nunca fue así.
Unas canciones magistrales, a cargo del entonadísimo tándem Benj Pasek y Justin Paul (“La la land”, “El gran showman”), un buen reparto, la dirección de Stephen Chbosky (“Las ventajas de ser un marginado”, “Wonder”) y temas como el acoso o la impresión que se tiene de uno a través de las redes sociales, convertían a “Querido Evan Hansen” en una gran opción para repetir en los Oscar su triunfo en los Tony pero a nivel de premios no existen las matemáticas ni las fórmulas mágicas y lo que en teatro pudo ser un monstruo imbatible en cine se ha convertido en un proyecto fallido que de cara a los Oscar ya se está promocionando únicamente de cara a las categorías de mejor canción y mejor sonido.
"Cyrano" de Joe Wright es uno de los títulos que fue lanzado en el Festival de Telluride y que después deleitó con un trailer lleno de fuerza y vistosidad que promete un regreso por todo lo alto de un director que, aunque ha sido capaz de lo mejor y lo peor, y de que todavía no ha sido candidato en los Oscar a nivel personal, sí que ha visto como dos de sus películas entraban entre las mejores de sus años respectivos (“Expiación” en 2008 y “El instante más oscuro” en 2018).
Ahora presenta una cinta que, aunque se centra sobre todo en las opciones de Peter Dinklage como mejor actor y en apartados técnicos, hay que tener muy en cuenta.
Es por ello que tiene mucho interés el hecho de que ahora se lleve al cine el musical "Cyrano", inspirado en el personaje de Edmond Rostand, y que se estrenó con éxito en el off-Broadway a finales de 2019. Una obra de Erica Schmidt, guionista y autora, cuyo esposo es el actor Peter Dinklage que (sin nariz postiza) interpreta al protagonista de la historia prescindiéndose ahora de esa característica física sustituyéndose por el enanismo del actor que hará que Cyrano se sienta indigno del amor de Roxanne. La obra cuenta con música de Aaron y Bryce Dessner y con letras de Matt Berninger, todos miembros de la banda de rock The National.
"Annette" llegó a salas como uno de los acontecimientos que levantaron más expectación entre la cinefilia tras su paso por el Festival de Cannes donde Leos Carax ganó el premio a la mejor dirección, merecedor de ello siendo uno de los nombres más sugerentes e inclasificables del panorama internacional que no duda en provocar al espectador y abrir nuevos caminos en el lenguaje fílmico como ya ocurriera en su último trabajo, “Holy motors” (2012).
Casi una década después nos llegó su nuevo trabajo, una ópera rock que tira de alharacas pero también de drama introspectivo con marionetas contando como baza con la música de la banda Sparks (compuesta por los hermanos Ron Mael y Russell Mael), hilo conductor y envolvente de la historia, y que pega un puñetazo en la mesa a la hora de hablar de frustraciones artísticas, roles de pareja y la forma de equilibrar los sueños y los proyectos de futuro de uno sin dañar al que está al lado.
“Annette” es una tragedia romántica contemporánea sobre el arte y el deseo en clave musical interpretándose las canciones en directo y con Adam Driver y Marion Cotillard dándolo todo como protagonistas en una pieza operística sobre la dependencia de una relación, la maternidad, el duelo, la violencia y los sacrificios y egos profesionales. Todo en un viaje desaforado que lleva a la cinta a ser una pieza compleja, difícil de encuadrar y sobre todo moldeable para cada tipo de espectador. A día de hoy la cinta parece haber caído en el olvido siendo uno de esos fenómenos de nicho experimentales que tienen difícil encontrar el consenso para grandes premios. A día de hoy, y como única opción, podríamos pensar ver a la película en mejor canción.
"Todos hablan de Jamie" es la adaptación del afamado musical que se centra en un adolescente de 16 años que sufre acoso y que encuentra un refugio en el mundo drag.
Jamie, a la pregunta de su profesora de que quiere ser de mayor, responde que un artista pero en realidad quiere ser drag queen, sentimiento que se refuerza cuando su madre le regala unos tacones y también conoce a una drag queen, Loco Chanelle. Un canto a la libertad y a la identidad que refleja el Reino Unido de finales de los 80 en el que la intolerancia y la enfermedad del sida como estigma campaba a sus anchas.
Jonathan Butterell, tras encargarse de la obra en el teatro, debuta como director en un largometraje, con guion y letra de Tom MacRae, canciones de Dan Gillespie Sells y una partitura compuesta por Sells y Anne Dudley. Una historia que sigue en la época "millennial" la senda de la rebeldía y diversidad que enarbolaban "The Rocky Horror Picture Show", "Priscilla, reina del desierto" y "Hedwig and the angry inch" inspirándose en una historia real. Retrasado su estreno por la pandemia, unas críticas irregulares y ser un musical muy de nicho le relegó a plataformas sin apenas hacer ruido y dejando desterradas sus mayores opciones, poder formar parte de las categorías de actor de reparto (Richard E. Grant), diseño de producción y vestuario.
Nacho Gonzalo