Conexión Oscar 2018: Festival de Toronto (IV): “Madre!”, “La guerra de las corrientes”, “Lean on Pete”, “Disobedience” y “Woman walks ahead”
Querido Teo:
La jornada de hoy ha tenido de todo empezado por la esperada y controvertida “Madre!” de Darren Aronofsky, el biopic “La guerra de las corrientes”, la devastadora “Lean on Pete” y las estimables y femeninas “Disobedience” y “Woman walks ahead”.
Darren Aronofsky presenta en "Madre!" un auténtico delirio que empieza con un tono gótico para terminar en una deriva satánica y gore que removerá estómagos y con el que el director se suicida directamente dentro de la industria de Hollywood. Y es que, después de todos los intentos de amoldarse al cine más convencional con películas como “Noé”, parece que avergonzado de todo ello vuelve a sus orígenes y a lo que realmente quiere hacer teniendo la fortuna (y valentía de los productores que han validado este proyecto) de contar con estrellas y medios para conseguir su propósito. La aparente e idílica vida en una casa apartada de un poeta en crisis profesional y su joven esposa se ve interrumpida con la llegada de un doctor y su mujer lo que terminará encadenando una serie de hechos imprevisibles que amenazarán la estabilidad y la cordura del entorno, especialmente el estado mental del personaje interpretado por Jennifer Lawrence que ve su vida desestabilizada y su casa patas arriba. La cinta destaca por una primera parte que recuerda más al subgénero de residencias con misterio oculto, por cómo juega con la atmósfera y los espacios de una manera que recuerda al cine de Hitchcock y Polanski, abrazando definitivamente a este último en una deriva que recuerda a “La semilla del diablo” e incluso a los asesinatos satánicos de sectas como la de Charles Manson. No conviene desvelar mucho más del argumento pero es verdad que Aronofsky desbarra, escandaliza e irrita de una manera abusiva para el espectador y excesiva con un propósito como sólo es el de incomodar más que el de pretender sugerir o dar un paso adelante en una filmografía que, no sólo ahora involuciona en calidad, sino que amenaza con volverlo a convertir en un outsider del que la industria retire su apoyo ya que estamos ante una cinta altamente polémica y con un mensaje muy cuestionable como autor.
En el reparto destaca Jennifer Lawrence como una mártir tanto a nivel interpretativo ante semejante circo como con un personaje que sufre ser la única que desde el minuto uno comienza a sentir que algo no va bien. Ella corona un reparto grotesco en permanente estado de desquicio en el que vemos a Javier Bardem, Ed Harris, Domhnall Gleeson, Kristen Wiig y, sobre todo, una Michelle Pfeiffer que no ha estado más diva y magnética en los últimos 20 años ante la ausencia de papeles merecedores de su talento y físico. En el apartado técnico el director se rodea de su equipo habitual destacando la dirección de fotografía de Matthew Libatique. A pesar de todo, Aronofsky sí que va a conseguir algo con esta película y esa no es otra cosa que generar división de opiniones entre fieles enfervorizados a los que le va la marcha y detractores escandalizados por su propuesta por un lado y también deseosos de tirarlo del pedestal por otro.
"La guerra de las corrientes" es lo nuevo de Alfonso Gómez-Rejón que tras la indie y refrescante “Yo, él y Raquel” se pasa al biopic más academicista de la mano de una productora que ha sacado petróleo de ello como es el caso de The Weinstein Company. La compañía de Harvey está en momentos críticos y ha perdido el toque tanto de arrastrar el público a las salas como de llegar con aspiraciones a los Oscar. Siguen detrás de películas que terminan emocionando al espectador y llegando a los premios (“Philomena” o “Lion”) pero en verdad la formula se antoja ya tan calculada que resulta caduca siendo esta cinta un claro exponente de ello.
En la ocasión asistimos al talento y rivalidad de dos genios como Thomas Edison (Benedict Cumberbatch) y George Westinghouse (Michael Shannon) con el fin de crear una red eléctrica eficiente y rentable a finales del siglo XIX. Edison defendió el empleo de una corriente continua para la distribución de energía eléctrica sobre una corriente alterna, que fue apoyada por Westinghouse Electric y una multitud de empresas europeas. La película explora la realidad de la época, la personalidad de ambos y ese duelo que en el fondo les hacía estar en el mismo barco en pro de los avances técnicos. Una película hecha de carril, convencional y con esos momentos accesibles por un lado y emotivos por otro que en este caso se centran sobre todo en la vertiente personal del personaje de Edison. El oficio de Cumberbatch y Shannon hacen que la cinta se vea con interés pero ellos han estado mucho más brillantes en otras ocasiones y sufren tener que levntar un guión tan convencional como atropellado en la narración que no logra de transmitir la pasión e importancia de este hecho histórico. Weinstein vuelve a pinchar en hueso este año.
"Lean on Pete" de Andrew Haigh es una mirada más (como “American honey” y “The Florida project”) a la USA suburbana de caravanas, barrios residenciales y desesperanza generalizada a través de una premisa casi dickensiana con un huérfano de 15 años abandonado por su padre que inicia un camino hacia la supervivencia y la motivación personal que le llevará, entre otros, al mundo de los rodeos y de la cría de caballos en búsqueda de su tía con la que buscará formar parte de un nuevo hogar. Uno de los aciertos de la película es abandonar ese tono de feel good familiar con el que se vendía (casi como si su relación con un caballo la tuviera que emparejar de manera automática con algo tipo “Seabiscuit”) optando por un tono mucho más duro y descarnado que resuelve con brillantez como suele hacer Haigh, ya que en sus anteriores trabajos como “Weekend” o “45 años” ya renunciaba a la pulsión emotiva más evidente optando por la austeridad del impacto ante la dureza de lo que cuenta. Cabe destacar el tono auténtico y veraz de la película a lo que contribuye un reparto entregado por sus papeles; especialmente el joven Charlie Plummer secundado por Travis Fimmel, Steve Buscemi, Chloë Sevigny o Steve Zahn.
Sebastián Lelio se está haciendo un nombre en el panorama festivalero como exponente de la nueva corriente del cine latino. Tras despuntar con su recordada “Gloria”, este año estrena dos películas como es el caso de “Una mujer fantástica” y la "Disobedience" que nos ocupa. En este caso presenta un triángulo de personajes a través de sus relaciones en la férrea comunidad judia ortodoxa de Nueva York cuando una mujer, criada en esos ritos y costumbres, regresa a la comunidad tras la muerte de su padre rabino. La película quiere hacernos creer en su inicio que es una especie de “Young adult” (con la chica que quiere recuperar al que fue su ex) pero deriva en un tono mucho menos evidente y sí más sugestivo a lo que contribuyen los trabajos de Rachel Weisz, Rachel McAdams y un Alessandro Nivola que sorprende en un papel de rabino atormentado por la responsabilidad y por el peso de la tradición en ese triángulo en el que se ve envuelto; retratando de manera notable también ese ambiente dentro de una comunidad religiosa que se sustenta en el ritual y en sus normas generación tras generación. Aunque el tono sea algo lánguido por momentos, la potencia de algunas escenas (tanto sexuales como religiosas a la hora de retratar esos ritos) y la acertada definición de la psique y la convivencia entre sus personajes, tanto desde la vertiente familiar como institucional, la convierten en un nuevo acierto para Lelio brindando a sus tres actores la posibilidad de lucirse como pocas veces han podido hacerlo antes, especialmente en el caso de McAdams y Nivola. Al margen de eso, la cinta es una de las mejores cintas en retratar el culto ortodoxo y el peso de la raigambre generación tras generación.
“Woman walks ahead” de Susanna White nos presenta el segundo protagonista en Toronto de Jessica Chastain, ahora como una mujer que se mudó de Brooklyn a una reserva india en Dakota para ayudar al jefe Sioux, Sitting Bull, a intentar mantener las tierras para su pueblo. Weldon escribió cartas al gobierno federal en nombre de Sitting Bull y vivió en la tierra durante varios años con su hijo. Una película correcta y clara en su mensaje de integración y de preservación de las reservas a través de la determinación de su protagonista en un papel que Chastain resuelve casi sin despeinarse y en el que destaca el guión de Steven Knight, con algunos puntos de humor destacables, y la música de George Fenton.
Nacho Gonzalo
Felicitar a Nacho Gonzalo por sus excelentes crónicas y comentarios de las películas del Festival de Toronto. Todas sus crónicas son amenas y gracias a ellas nos podemos hacer una idea de cada una de ellas sin destripar el contenido de las mismas. Le sigo desde hace mucho tiempo.Tambien me encanta el seguimiento del Festival via Twitter y que vaya comentando cada película que ve. Gracias a ti podemos seguir seguir el Festival. Enhorabuena por tu trabajo