Conexión Oscar 2016: “Spotlight”, el triunfo del consenso
Querido Teo:
Los medios generalistas (aquellos que sólo hablan de los Oscar a partir de sus nominaciones) tildarán el triunfo de “Spotlight” como una sorpresa pero nada más lejos de la realidad. Con mayor o menos fortaleza la cinta de Thomas McCarthy ha estado en todo momento en la pomada durante la carrera al Oscar mientras otras apuestas iban cayendo irremediablemente en un año en el que entre las cintas que no cumplieron las expectativas y las que fueron claramente marginadas (como “Carol” o “Del revés (Inside out)”) finalmente quedó un grupo de ocho películas tan heterogéneas como poco memorables. Es verdad que “Spotlight” parecía haber perdido algo de fuelle pero también que ya lo dijimos en el titular del artículo el día de las nominaciones. El panorama dejaba muy bien las cosas para un triunfo de “Spotlight” con 6 nominaciones en apartados tal como película, director, actor de reparto, actriz de reparto, guión original y montaje.
Los Oscar nos sorprenden edición a edición y, tras romper el año pasado la regla no escrita de que una película que no estaba nominada a mejor montaje no podía ganar el premio a mejor película, algo que desde 1981 con “Gente corriente” no ocurría, muchos dudaban del triunfo de “Spotlight” o “La gran apuesta” sencillamente por el hecho de que, por muy bien que les fuera, no parecía que pudieran aunar para sí un gran botín. Y es que el hecho de que una cinta ganara sólo 2 Oscar (siendo uno de ellos mejor película) es algo sólo repetido en cinco ocasiones anteriores en la Historia, la última en 1953 con “El gran espectáculo del mundo”.
Aunque el cine sobre periodistas nunca había triunfado en los Oscar hasta ahora sí que ha dado grandes ejemplos como “Todos los hombres del presidente”, “Network, un mundo implacable” y “Buenas noches y buena suerte”. “Spotlight” ha sabido contar un tema importante con la intriga necesaria para hacerlo atractivo y el oficio deseable para transformarlo en entendible y ameno para el espectador medio. Todo alejándose de alegorías místicas, el olor a gasoil en el desierto o una maraña de datos hipotecarios. Una película trascendental y nada trivial pero cómoda de ver y honesta que a la hora de poner en la papeleta de votaciones es más fácil de poner en los primeros puestos que en los últimos ya que no es una cinta de opiniones encontradas.
De los 25 oscarómetros publicados durante este año en los cinco primeros nuestra apuesta fue “El puente de los espías” para después continuar con un dominio de nueve semanas en las que “Joy” ocupaba esa posición de manera, como se ha demostrado, ilusoria. Desde el 8 de Diciembre “Spotlight” se ha mantenido firme en la primera posición en los 11 oscarómetros siguientes a pesar de los envites y cantos de sirena que venían de los Gremios. Y es que las circunstancias nos hicieron creer que lo que había hecho Iñarritu en su nueva película era tan mayúsculo que la Academia no tendría reparos en premiarle de nuevo. Primero vinieron los Globos de Oro, luego el DGA y más tarde los Bafta que refrendaron con claridad a Iñarritu, aunque bien es verdad que con la única excepción del citado premio del Gremio, Iñarritu recibió Globo y Bafta con comodidad (y casi como si fuera un combo de conjunto) favorecido por el hecho de que éstos hubieran premiado anteriormente a “Boyhood” y no a "Birdman".
Aunque muchas Asociaciones de Críticos premiaron a la película tuvo que compartir protagonismo con cintas como “Mad Max: Furia en la carretera” o, en menor medida, “Carol”. El resultado en los principales premios no fue muy halagüeño al ganar únicamente el SAG y el WGA como baluartes tras unos Globos de Oro en los que se fue de vacío, unos Bafta que sólo le dieron el premio a mejor guión y un PGA que sorprendió con la decisión de reconocer a “La gran apuesta”, hecho que la mantuvo viva hasta el final. “Spotlight” sí que pudo triunfar en los Critics´Choice y en los Independent Spirit.
Finalmente, la modesta Open Road ha conseguido su primer triunfo en su primera nominación en mejor película. Todo gracias a una campaña sobria pero inteligente, como la propia cinta, que la ha mantenido en la conversación mientras sus otras rivales se desgastaban; especialmente un “El renacido” que ha salido derrotada en el voto preferencial teniendo en cuenta el gran número de "haters" que atesora al ser considerada por muchos simplemente como un ejercicio de estilo como incluso filtró The Hollywood Reporter preguntando sobre su voto a un académico anónimo.
El triunfo de “Spotlight” es el reconocimiento a la pasión de un oficio, casi tan ingrato como el de los altibajos del propio Hollywood, un espíritu vocacional hacia la forma de encarar una profesión que sufre los recortes económicos y las presiones de los poderosos. Todo ello ha sabido reconocerse por una Academia más preocupada por apostar por un cine poco polarizante que por abrir vías nuevas. Los 2 Oscar de “Spotlight” confirman que estamos ante una ganadora de perfil medio/bajo comparada con esos grandes arrases de otras décadas; algo que la Academia parece querer erradicar desde los 8 Oscar de “Slumdog millionaire”, no sólo por el hecho de que el cine de ahora haya cambiado (y sea más difícil dominar todos los apartados al estilo de las grandes epopeyas clásicas); sino por el hecho de querer ofrecer un palmarés equilibrado y justo que no busca la división y la crítica hiriente o la deuda histórica; aún a riesgo de no querer salir de la zona de confort (a pesar del tema espinoso que trata el tema pero que es presentado de una manera tan accesible que parece obviarse trasluciendo más el empeño sacrificado de sus protagonistas) y premiar a cine eficiente y notable pero lejos de los grandes títulos de la Historia del cine a los que los Oscar tendrían que tener vocación de premiar. Y es que, aunque sea tarde, el triunfo de “Spotlight” es respecto a los thrillers de investigación setentera lo mismo que el galardón de “The artist” rememorando “Cantando bajo la lluvia”.
Tampoco se puede objetar nada al triunfo de “Spotlight”, una oscarizada de perfil menor pero que sobresale respecto las nominadas de este año; algo que esperemos que la Academia pueda subsanar en un futuro para evitar el prejuicio y la ausencia de películas que darían sopas con honda a las finalmente incluidas. Ahora manda la división y los resultados cortos (no hay más que ver los triunfos de “Argo” y “12 años de esclavitud”) produciéndose, además, en 3 de los últimos 4 años la separación película y director. El consenso por fin ha tomado el pulso a la carrera y rompe algunas reglas no escritas como el hecho de que el PGA y el Oscar iban de la mano o que, en los Oscar de hoy en día, incluso nos pondríamos encontrar una ganadora de un solo premio a poco que el consenso se ponga juguetón. Y es que lo mejor de eso es que podamos encontrar tan justos y poco reprochables como el de este año, más allá de los gustos personales, en la clara dirección marcada por el debate, la unión y el consenso. La ganadora de este año, sea o no la mejor, sí que es un tanto de la Academia a favor de la intelectualidad, la pasión por lo que hacemos y el compromiso.
Nacho Gonzalo