Conexión Oscar 2015: Actriz

Querido Teo:

La categoría de mejor actriz pasó de ser la nadería más absoluta a estar cerrada en un abrir y cerrar de ojos. Y es que la compra de “Siempre Alice” por parte de Sony Pictures Classics en el pasado Festival de Toronto ponía en bandeja el Oscar para Julianne Moore por un doble factor, primero por lograr una interpretación sutil y conmovedora como madre de familia aburguesada que empieza a sentir el mal del Alzheimer al cumplir los 50, y segundo por la posibilidad que se le presentaba a la Academia de saldar una deuda que ya colea muchos años en el corazón de los cinéfilos en general y los seguidores de los Oscar en particular. Las demás candidatas no han tenido ninguna posibilidad de hacer sombra a la favorita a pesar de también ofrecer grandes interpretaciones. Pero cuando un candidato tiene el papel adecuado en el momento justo, poco más se puede hacer.

Actriz

Las candidatas

Marion Cotillard (Dos días, una noche)

Con 39 años Marion Cotillard vuelve a los Oscar tras el premio que ganó en 2008 por “La vida en rosa”, siendo la segunda actriz en ganar en el apartado protagonista la estatuilla por una interpretación no hablada en inglés (Sophia Loren por “Dos mujeres” la precede). A pesar de que las asociaciones de críticos han apoyado claramente la interpretación de Cotillard, las nominaciones de Jennifer Aniston por “Cake” en Globos de Oro y Gremio de Actores, la habitual adorada Amy Adams por “Big eyes” y la siempre amenaza de Hilary Swank por “The homesman” despistaron a más de uno pensando que la Cotillard volvería a quedarse fuera, como le ocurrió con “Nine” o, mucho más flagrantemente, por “De óxido y hueso”. Y es que su interpretación de trabajadora obrera que intenta convencer durante un fin de semana a sus compañeros de que renuncien a su paga extra, con el fin de ella poder mantener su trabajo, es de las que conmueven y te rompen el alma con esa cara lavada y esos ojos que lo dicen todo en una interpretación sutil pero con muchos matices que van desde la rabia, la incomprensión, la lástima y el compromiso. Una buena noticia que haya superado el inconveniente de que “Dos días, una noche” de los Dardenne ni siquiera pasara el corte para el Oscar de mejor película de habla no inglesa. Los Oscar no podían pasar una de las interpretaciones femeninas más rutilantes de los últimos tiempos.

Felicity Jones (La teoría del todo)

La productora tuvo un arrebato de coherencia cuando decidió postular a Felicity Jones como protagonista por “La teoría del todo”. Y es que la tentación de promocionarla como secundaria era muy fuerte teniendo en cuenta el poco bagaje de Jones en su filmografía (despuntando en “Like crazy” y revelándose en “La mujer invisible”) y las mayores posibilidades de premio en la categoría de reparto, algo de lo que puede dar fe Jennifer Connelly. Finalmente, el que la película esté basada en las memorias de su personaje (y que sea soporte del personaje de Redmayne pero claramente coprotagonista) ha impedido que se haya falseado la categoría. Su interpretación ha gustado mucho, especialmente en USA, por la determinación y fuerza que dota a un personaje de esposa sacrificada y abnegada. El estar presente en todos los premios del año ya es un gran reconocimiento para una actriz que hasta hace un par de días seguía intentando hacerse hueco en el mundo del cine a base de dar lustre a una incipiente carrera. La nominación y el papel han sido el mejor trampolín para ella ya que, teniendo en cuenta los próximos proyectos marcados en su agenda, va a dar mucho que hablar los próximos años.

Julianne Moore (Siempre Alice)

A sus 54 años Julianne Moore obtiene su quinta nominación al Oscar tras las incontestables nominaciones de “Boogie nights” en 1998, “El fin del romance” en 2000 y el doblete por “Las horas” y “Lejos del cielo” en 2003. 12 años después vuelve en busca de ese Oscar que muchos coinciden que ya se merecía con creces haber ganado aunque, durante este tiempo, sólo tuvo algunas opciones de nominación con “Un hombre soltero” y “Los chicos están bien”. Quizás no sea la mejor interpretación de Julianne Moore (lo que hizo en “El fin del romance”, “Las horas” o “Lejos del cielo” es antológico) pero en “Siempre Alice” logra transmitir con gran sutilidad y su mirada como esa Alice del título poco a poco va dejando de ser ella, apagándose poco a poco entre intermitentes momentos de lucidez mientras su marido y sus tres hijos intentan adaptarse a la nueva realidad. No necesita de aspavientos ni de desgarros para reflejar con verdad este drama que ella borda dejando sin palabras en algunos momentos compartiendo con ella la angustia de las primeras sensaciones que empieza a sentir. Julianne está en un momento dulce de su carrera (reciente triunfo televisivo con “Game change” haciendo de Sarah Palin, taquillazo con “Los juegos del hambre: Sinsajo” y premio en Cannes y parabienes críticos por su Havana de “Maps to the stars” de Cronenberg). El papel y el momento le acompañan para que rompa la posibilidad de convertirse en una nueva Glenn Close o Thelma Ritter a la hora de hablar de las perdedoras históricas de los Oscar.

Rosamund Pike (Perdida)

Rosamund Pike ha sido la superviviente del drama de “Perdida” en las nominaciones al Oscar. Y es que el nuevo y exitoso trabajo de David Fincher, pese a estar presente en un buen número de categorías en las nominaciones de la temporada, y tener tanto el favor de la crítica como el del público, ha visto como la oscuridad y el mensaje amargo y punzante de la película la ha dejado fuera de todas las categorías en las que podía estar (bastante llamativo lo de guión adaptado o montaje) excepto en el caso de su baza más obvia, que no es otra que la de la Amy que lleva a cabo Rosamund Pike, otro nombre más del factor británico que ha poblado este año la temporada de premios. Rosamund Pike se sumerge en un personaje poliédrico que ni mucho menos ejerce de comparsa en la acción principal, beneficiándose del giro de guión y al que ella dota de fuerza y carisma siendo una de esas rubias que hubiera hecho las delicias de Hitchcock como mujer fuerte y perraca que ha sufrido la exposición mediática desde pequeña por culpa de sus padres, no sabiendo ya hasta qué punto es un personaje de ficción de los mismos. Pike corría el riesgo de quedar oculta en sus mejores años, llamada a ser marca blanca o chica florero con papeles sin ningún riesgo (“Orgullo y prejuicio” o “An education”), pero realmente es más que elogiable el envite que ha resuelto Pike con sobresaliente. Una “Atracción fatal” de las relaciones personales de nuestro tiempo que es un trampolín que supone un papel que ojalá anime a la industria a ofrecer una nueva realidad en el cine de mujeres que llevan la voz cantante a base de fuerza y decisión (ganando ventaja en esto el cine frente a las series de televisión) aunque, por supuesto, no hace falta que lleguemos a los extremos de la simpar Amy, que hasta tiene en la película sus más y sus menos con el mismísimo presentador de la ceremonia de este año.

Reese Witherspoon (Alma salvaje)

Muy felices se las prometía Reese Witherspoon en una carrera en la que ha pasado totalmente desapercibida (con lo chillona que es ella) a pesar de que “Alma salvaje” cimentó sus posibilidades de segundo Oscar, aunque fuera por unos días, tras sus primeras proyecciones a finales del pasado verano. Y es que, además de contar con la película de Jean-Marc Vallée, figuraba como productora de “Perdida”, además de participar en la bienintencionada “La buena mentira” y en la nueva cinta de Paul Thomas Anderson, “Puro vicio”. Reese Witherspoon se aleja de todo glamour para ofrecer, sin duda, su trabajo más complejo que ella resuelve con maestría y una inesperada naturalidad, apoyándose en los recuerdos de una madre a través de flashbacks intentando expiar un pasado tormentoso lleno de problemas, adicciones y frustraciones. Un acertado retrato psicológico sobre el cansancio de una vida de avatares, la culpa, el trauma y la necesidad de desligarse y soltar lastre para seguir adelante, que resuelve con talento una Reese que (intermitente) ha demostrado a la largo de su carrera que es capaz de encarar papeles de peso y descarnados como éste. En todo caso, Reese ya tiene el Oscar de “En la cuerda floja” que ya es mucho más de lo que pueden decir algunas actrices. Ahora le queda mantenerse y demostrar que lo de “Alma salvaje” no es flor de un día y que es fruto de una interesante evolución como actriz que puede darle (y darnos) alguna alegría futura en su carrera.

El dictamen 

Ganará: Julianne Moore (Siempre Alice)
Alternativa: Rosamund Pike (Perdida)
Quiero que gane: Marion Cotillard (Dos días, una noche)
Echo de menos: Shailene Woodley (Bajo la misma estrella)

Nacho Gonzalo