Conexión Oscar 2013: Ang Lee, de la derrota amarga a la dulce

Querido Teo:

Ang Lee era nuestra arriesgada apuesta en mejor director y, al final, estábamos en lo cierto. En una carrera en la que Ben Affleck estaba fuera y “Lincoln” llegaba demasiado debilitada para querer darle una noche grande a Spielberg por su película más sobria e historicista, Ang Lee era la mejor opción casi por una cuestión de descarte y este año prácticamente se ha encontrado con el Oscar de sopetón y sin esperarlo. Un director querido y valorado por sus compañeros y por los miembros destacados de la industria y que que, con "La vida de Pi" (segunda en nominaciones), ha llevado todo un esfuerzo titánico en 3D del que ha sobrevivido y es que muchas voces relacionadas con la Academia no han dudado en afirmar el mérito del director taiwanés en llevar al cine un proyecto del que muchos directores se bajaron y que parecía imposible de filmar.

Ang Lee declaraba a The New York Times antes de estrenar la película que lo único que quería era sobrevivir a la película: “Me siento como si estuviera a la deriva en el Pacífico. No he finiquitado la película todavía. Hay muchas confusiones, sorpresas constantes. Hay veces en las que te sientes derrotado. Sientes como si estuvieran poniendo a prueba tu fe. Cuando estás en el océano, es algo espiritual. Miro a Dios y pregunto ‘¿por qué?’ pero es un por qué feliz”. La película fue rodada en gran parte en un tanque de agua en Taiwán, pero lo que ha resultó especialmente costoso fue la recreación digital de los animales, especialmente el tigre Richard Parker que es uno de los protagonistas de la cinta y gran artífice de que la película también se haya llevado el premio a los mejores efectos visuales.

Tras recibir dos nominaciones consecutivas en el apartado de mejor película de habla no inglesa con “El banquete de boda” y “Comer, beber, amar” en 1994 y 1995, dio el salto al cine anglosajón con “Sentido y sensibilidad”, perfecta adaptación de la novela de Jane Austen que consiguió 7 nominaciones en 1996 en las categorías más importantes, pero no en la de director. Un feo para el taiwanés al que, seguramente, se le consideraba todavía un extraño en la industria. Con “Tigre y dragón” en 2001 logró ser la primera película extranjera en conseguir 10 nominaciones al Oscar, ganando al final cuatro premios. Muchos le daban favorito como director, pero finalmente se quedó con categorías menores. Con “Brokeback Mountain” iba a lomos del caballo ganador y gran favorita pero, a pesar de ganar el premio a mejor director, la Academia optó por algo más convencional como “Crash” y se quitó de en medio la controvertida historia de los ovejeros enamorados en una de las ediciones más polémicas y cuestionadas de los Oscar. Ahora, a pesar de que tampoco haya ganado el premio a la mejor película, la derrota tiene otro sabor para Lee. Del despago de aquella ocasión, ahora Ang Lee ha salido fortalecido con un proyecto que parecía destinado al público más familiar pero que, no siendo nunca favorito en la carrera al Oscar de este año, ha terminado siendo la vencedora moral con el mayor número de premios, concretamente 4 estatuillas.

Junto a George Stevens, es el único realizador con 2 Oscar al mejor director que no ha ganado premio de mejor película. Un dato curioso pero que Ang Lee ve seguro en esta ocasión con una sonrisa y con la tranquilidad del trabajo bien hecho, circunstancia que no ha impedido que con su franqueza y bondad habitual haya dedicado el premio a Steven Spielberg llamándole "el Dios de las películas". Nos alegramos por Ang Lee, un director que sabe lo que son los sinsabores en los Oscar pero que es algo que no le ha impedido ser honesto consigo mismo anteponiendo sus intereses como autor a los meramente comerciales que la industria espera de él, lo que le permite ser el realizador más versátil del cine contemporáneo.

Nacho Gonzalo