Cine en serie: “The interceptor”, circulen, no hay nada que ver

Querido Teo:

Mientras te escribo estos comentarios acerca de las series que veo, una de las cosas que hago es echar un vistazo a lo que los críticos profesionales hablan de ellas. Y cuando el tema recurrente es acordarse de otra serie similar ya finalizada, en general las conclusiones no pintan bien. En el caso de “The interceptor”, la serie es la galardonada “Spooks”. Y las comparaciones no benefician en nada a la nueva serie de la BBC.

La serie está protagonizada por Ash, un miembro del cuerpo británico de aduanas que empieza a estar un poco cansado de dedicar su jornada a capturar a los mindundis del tráfico de drogas mientras los peces gordos se escabullen una y otra vez. Su oportunidad para jugar con los mayores le llegará, irónicamente, después de un fiasco que casi resulta en la muerte de su compañero.

Ash recibe una oferta de una agencia especializada en combatir el tráfico de drogas, pero que pretende centrarse en los líderes de las redes de contrabando y distribución. Dada su experiencia en el mundillo, y a que una de las jefas del departamento le conoce personalmente, acaba formando parte de este equipo (sí, has leído bien, al final todo se reduce a una sana dosis de enchufismo).

A partir de ahí se encargarán de desenmascarar a los jefazos de la organización con la que Ash se topó en su anterior departamento y contarán con la ayuda de su compañero una vez salido del hospital (y llevamos ya dos enchufes). ¿Su arma secreta? Los pinchazos telefónicos. Nada de complejos sistemas de inteligencia artificial y esos juguetes tecnológicos que tanto gustan a los americanos, esto es la BBC y aquí los métodos son algo más de andar por casa. Así que prepárate para ver a los protagonistas escuchando muchas conversaciones telefónicas, esperando en el coche frente a la casa del sospechoso y siguiendo al sospechoso cuando por fin decida salir.

“The interceptor” tiene sus momentos de acción, de hecho casi podría haberse llamado “The running man” por las incontables carreras que se da a pie el protagonista persiguiendo a los malos (bueno, eso y que el nombre ya estaba cogido). Pero sus creadores pretenden dar más importancia a mostrarnos que este tipo de crimen no afecta sólo a los que están directamente implicados, como los policías que arriesgan su vida, sino a su entorno (la serie insiste mucho en la preocupación de la mujer y el suegro de Ash por lo peligroso de su trabajo) e incluso a los que simplemente pasaban por allí, como el chico que muere por una bala perdida de un traficante durante una persecución.

Querer dar más importancia al aspecto personal no es mala idea, pero la serie no consigue vendernos ese drama y tampoco termina de darle forma a la parte policial, que termina recurriendo al recurso de “gente que Ash conocía de su trabajo anterior” para hacer avanzar la trama. También se nos sugiere que esta organización tiene algún tipo de influencia en las altas esferas y en la policía, pero la verdad es que no resulta nada intrigante.

Al frente cuenta con O.T. Fagbenle (“Looking”) como Ash (del que he leído en alguna de las críticas que se da un aire a Craig David, ¿pero alguien se acuerda de Craig David?). A su compañero Tommy le da vida Robert Lonsdale (“Silent witness”). En su nueva unidad trabajará al lado de Martin (Charlie de Melo, que aparecerá en la nueva entrega de “Jarhead”) y Mia (Anna Skellern). De la parte de los malos podemos destacar a Trevor Eve (“Caso cerrado”) como jefe de la banda de traficantes, Roach.

Al final tenemos una serie más, que no destaca en nada y no ofrece nada nuevo, que por lo que he leído deja un final medio abierto pero pocas esperanzas de una segunda temporada, así que va a ser mejor esperar a la siguiente serie policiaca británica y confiar en que será mejor.

Vídeo

Atentamente.
Profesor Falken