Cine en serie: "Master of none", aprendiz de todo...
Querido Teo:
Ya era hora que apareciese una serie en nuestras pantallas como ésta. Una serie que golpea donde más duele en la actualidad, una serie que se ríe de nosotros y que nos deja tirados en el sofá sonriendo y llorando a la vez. Una serie que se aprovecha del estereotipo social que hemos ido cultivando tu y yo en los últimos años en el grupo de edad de 30 a 40 años.
No es habitual en nuestro lenguaje actual pero la frase "aprendiz de todo, oficial de nada" resume tan bien cierta actitud respecto a la vida que ha ido creciendo estos últimos años que me extraña que no hubiese aparecido antes una producción semejante a ésta. En este caso, la frase se aplica a esa gente que siempre tiene una coletilla que añadir a cualquier comentario, una opinión formada sobre cualquier tema por raro que parezca (sacada principalmente de la enciclopedia de la GQ o de la Esquire), que sabe que Snapchat sustituirá a Instagram, que habla claramente de cómo acoplar los hijos a su ritmo de vida (o mejor dicho como son incompatibles con los "gin bar" o los "brunch", como pasará en el episodio piloto) y que no salen a la calle cuando no tienen megas en su smartphone por miedo a que San Google no pueda solucionar cualquier diatriba que se les presente en su día a día (cómo saber entonces si escuchar lo nuevo de Kanye era "in" o era "out", ni idea chico).
En el papel de hipster supremo, modernillo gafapástico (que ya no se llevan las gafas, por cierto, ahora mismo es un adjetivo "extracorporal") sabelotodo tenemos a Dev Shah (Aziz Ansari, "Parks and recreation") un actor de perfil bajo (dedicado a anuncios de televisión principalmente, el personaje me refiero) que se pasea por el Nueva York más alternativo junto a un grupo de gente que se mueven entre la rareza absurda y una normalidad social que se ha convertido en incluso más extraña que la modernez convencional que envuelve a Dev.
En el papel de "la chica" tenemos a Rachel (Noel Wells, "Saturday Night Live"), ese antiguo primer amor y moderno comodín al que Dev recurrirá en momentos de necesidad. Una relación que me transporta a mis amigos y en la que veo reflejados a muchos de ellos. En fin, el eterno dilema las relaciones de pareja, "¿para siempre? ¿en serio?". Y finalmente, el amigo raro que todos tenemos y que es capaz de dejarnos en ridículo cuando menos lo esperamos, Arnold Baumheiser (Eric Wareheim), una persona capaz de entrar en un castillo hinchable repleto de niños pequeños y escuchar las críticas de todos los padres alrededor sin inmutarse.
Creado por el propio Aziz Ansari junto a Alan Yang (parte también del equipo creativo de "Parks and recreation"), y basada en gran parte en sus experiencias personales, ayer por la noche me di una vuelta por las calles de moda de mi ciudad y al menos pude ver cinco o seis veces a cada uno de los personajes. Por supuesto que en ciertos aspectos es complicado seguir las situaciones de los personajes, ya que hablan de escenarios muy concretos de su realidad que nos puede parecer raros o simplemente que no conocemos (los famosos "Uber" por ejemplo), pero en líneas generales es sintomático como una actitud respecto a la vida de originalidad, ombliguismo y aparente "pasotismo" respecto al "qué dirán" es tan universal y tan estándar que se contradice con sus propios principios.
Lo dicho, una serie en la que muchos nos vemos reflejados (aunque lo neguemos) o vemos a nuestros amigos y conocidos, que eso siempre tiene su punto. Ya ha sido renovada para una segunda temporada, una serie que se ha granjeado críticas positivas allá donde va y que se une al grupo de series que ya comentábamos hace unas semanas ("Togetherness", "Catastrophe" o incluso "Grandfathered") que se centran en un espectro de edad más adulto y que está todo el día viendo la tele. Otro gran acierto de Netflix y que es digna de seguir en los diez episodios que componen esta primera temporada.
David Volcano