Cine en serie: "La luz que no puedes ver", la radio que unió
Querido Teo:
"La luz que no puedes ver" es una de las series más atractivas de los últimos meses. Transcurre en la liberación de un pueblo francés en la II Guerra Mundial. Un radioaficionado anónimo, al que basta con llamar "el profesor", alienta a los jóvenes que puedan escucharle. Entre ellos está Werner Pfennig, un alemán crecido en un orfanato y obligado a formar parte de las juventudes hitlerianas por su talento natural para la ingeniería. Las ideas del profesor contradicen las del entorno en el que trabaja como operador de radio, intentando "cazar" señales de la resistencia francesa. El joven conecta a diario, vulnerando órdenes estrictas, con el profesor, que tiene muy cerca al otro personaje protagonista.
Marie-Laure es una joven francesa inteligente y curiosa. La adolescente vive su ceguera aprendiendo todo lo que puede y aprovechando las dotes de su padre para construir maquetas que le sirven para orientarse en el exterior y poder moverse fuera de su casa. La interpretación capta perfectamente la inteligencia, la curiosidad y la vulnerabilidad del personaje.
Basada en la novela homónima de Anthony Doerr, enganchó desde el primer momento al director Shawn Levy y a Steven Spielberg. A medida que la guerra avanza, las vidas de Marie-Laure y Werner se entrelazan porque los dos están aprendiendo a sobrevivir en un mundo cada vez más peligroso. Ambos deben encontrar la luz de la esperanza en medio de la oscuridad.
Esa metáfora que da título al libro es conmovedora y emocionante. Los seis personajes esenciales están bien desarrollados y son creíbles, incluyendo al nazi encargado por el gobierno de Hitler de localizar y apoderarse de joyas y objetos de valor histórico. Es este personaje quien inyecta el suspense en la trama.
Una de las cualidades de la serie es la inmersión en la historia usando una banda sonora evocadora, el sonido y una selección cuidada de muchos detalles; también una reflexión sobre el significado de la vida en tiempos de guerra. Es de esas series que tardan en olvidarse.
Carlos López-Tapia