Cine en serie: "La fiebre", una enfermedad social con causas conocidas
Querido Teo:
Racismo, populismo político y fútbol; los tres componentes que vuelven a demostrar la habilidad de la industria televisiva francesa para poner el dedo en una llaga de sociedades que se sienten muy avanzadas. El responsable de esta inquietante historia repite. Fue él, Eric Benzekri, quien sacó adelante la estupenda "Baron noir" (2016-2020).
La televisión transmite una de esas galas que lo han ido llenando todo de premios, esculturas, medallas y bandejas. La gala en este caso es la que celebra cada año al final de la temporada la liga de fútbol francesa. La estrella de uno de los equipos, el Racing, es negro y en pleno escenario le da un cabezazo a su entrenador, blanco, al grito de «toubab», un apelativo despectivo. No es difícil imaginar las consecuencias.
El revuelo mediático alcanza la estratosfera gracias al combustible sensacionalista, abundante y barato, y a una sociedad que se ha acostumbrado a tolerar las demostraciones fanáticas violentas tanto de palabra como físicas, en aras de una libertad de expresión casi ilimitada. El asunto no es nuevo. Compartimos las mismas creencias y ejecutamos los mismos actos a través del abismo del tiempo.
Los manifestantes incendian efigies de sus enemigos, por ejemplo, y los hinchas deportivos queman las camisetas de las estrellas que abandonan su equipo para jugar en otra ciudad. El más antiguo de los faraones o de los asistentes al Circo Máximo romano ya hubieran reconocido esa actitud.
En el ojo del huracán la historia coloca a dos mujeres, dos expertas en analizar comportamientos derivados de la influencia de los medios y las redes sociales. Ambas se conocen de atrás y su evolución ha sido distinta.
Nina Meurisse da vida a la experta en comunicación de una empresa privada que se convierte en la gestora de la crisis para el Racing, que se juega su propia supervivencia como club. Es un ejemplo de destreza y cautela que no son siempre bien recibidas.
Al otro lado, Ana Girardot interpreta a una humorista provocadora que no tiene el menor escrúpulo en instrumentalizar el acontecimiento y en explotar las tensiones raciales y políticas exacerbadas por la extrema derecha para llegar al poder.
El conflicto está muy bien salpimentado de emociones, desde la ira al enamoramiento o el sexo, hasta la intimidad familiar o la envidia y la crueldad. "La fiebre" es una visión cruda de cómo la interpretación interesada de un incidente, el racismo, la manipulación mediática, y la polarización política, desencadenan una crisis de proporciones nacionales.
"La fiebre" merece más interés del que ha despertado hasta el momento, porque activa una reflexión sobre nuestro presente sin alejarse del entretenimiento.
Carlos López-Tapia