Cine en serie: “Dragon Ball Super”, una nueva decepción
Querido Teo:
En mi infancia no había muchos canales de televisión, ni por supuesto internet, así que dependíamos del buen criterio de las cadenas de televisión a la hora de escoger las series que podíamos ver. Entre ellas, pocas marcaron época en mi entorno como “Dragon Ball”, la divertidísima y muy recomendable obra de Akira Toriyama. Lo malo de su éxito lo hemos sufrido años después, con unas continuaciones que nunca llegan a cumplir nuestras expectativas, y esta última entrega no se diferencia de las anteriores.
“Dragon Ball Super” nos presenta un mundo posterior a los eventos de “Dragon Ball Z”, con Goku y los demás disfrutando de una merecida época de paz y tranquilidad. Pero claro, sin conflicto no hay serie y pronto aparece un nuevo personaje empeñado en acabar con el planeta. De nuevo corresponderá a estos expertos en Artes Marciales con habilidades sobrehumanas la tarea de derrotar a este siniestro visitante y evitar la catástrofe.
Pues sí, solo te he comentado la sinopsis y seguro que ya ves algún problema en el planteamiento. Una vez más repetimos el manido esquema del malo de turno que llega prácticamente de la nada, que a continuación anuncia que va a destruir el mundo por puro capricho y que inicialmente parece ser mucho más poderoso que nuestros protagonistas. Y si el planteamiento ya suena a refrito, la ejecución es para echarse las manos a la cabeza. Y es que esta serie adolece del pecado capital de muchas series de animación japonesa que se producen hoy en día, el de las producciones hechas con prisa.
Los episodios dan la impresión de tener un guion improvisado cada semana y la calidad del dibujo y la animación es muy inconsistente, con algún episodio que ha provocado las iras de los fans por parecer hechos por algún artista amateur que pasaba por ahí. Y cuando no, resulta muy evidente la diferencia de estilo gráfico entre unos episodios y otros, haciendo que muchas veces estemos más pendientes de la técnica que del contenido (que debería ser lo importante, aunque deje bastante que desear). El motivo, la sobrecarga de trabajo de los dibujantes. Hace unos días leía un artículo acerca de las condiciones de trabajo de estos estudios de animación, con jornadas maratonianas, sueldos bajísimos que obligan a trabajar en varios proyectos a la vez, y unos calendarios de trabajo que hacen que muchas veces se acabe de dibujar un episodio tan solo un par de horas antes de su emisión por antena. Ya te puedes imaginar el resultado.
La verdad es que es una lástima que después del desastre del último spin-off de esta saga, “Dragon Ball GT”, volvamos a encontrarnos con un producto de tan baja calidad y que parece orientado únicamente a despertarnos el gusanillo de la compra de figuritas, posters y videojuegos relacionados con la saga. Lo peor es que se ha perdido por completo esa sensación de aventura de la primera entrega, en la que semana tras semana esperábamos pacientemente una nueva sorpresa, un nuevo personaje o un lugar fantástico al que viajaban Goku y Bulma. Con la estructura que sigue ahora la serie la única duda que tenemos es cuánto tardará el protagonista principal en superar su límite actual de fuerza y cargarse al malo. Atrás queda el humor original, y ahora cuando lo intentan resulta forzado o una excusa para meter de refilón a personajes de la saga original que llevaban mucho tiempo en segundo plano.
En definitiva, si lo que quieres es ver “Dragon Ball” lo mejor es que vuelvas a ver la saga original, y ya de paso echarle un vistazo a otra de las grandes series de Toriyama de la época, “Dr. Slump”. En lo que respecta a esta serie, tiene muy poco de “Super”.
Atentamente.
Profesor Falken
Estoy de acuerdo,es de escandalo lo que estan haciendo con la serie.
Encima luego vienen niños de 15 años a decirte que la serie es buena,cuando llevan 1 año viendo dragon ball...lo mejor es que dejen a la serie en paz,y que quede en nuestro recuerdo dignamente