Cannes 2023: "Jeanne du Barry", cumpliendo el expediente con dignidad pero sin pasión
Querido Teo:
La polémica iba a estar servida y si bien Cannes quiso esquivarla al no acoger los últimos trabajos de Woody Allen o Roman Polanski no ha querido renunciar a la expiación de Johnny Depp en la jornada inaugural con "Jeanne du Barry" de Maïwenn, la cual ganó el Premio del Jurado por "Polisse" en 2011 y volvió a competir por la Palma de Oro por "Mi amor" en 2015, completando el círculo de la vergüenza al ser ésta acusada de agredir hace unas semanas a una periodista. Cómo están las cosas en un lugar (que al igual que en San Sebastián) ha servido para dar una palmada en la espalda (casi por los servicios prestados en la cultura popular) para un Johnny Depp que en Estados Unidos forma parte de esa lista cada vez más larga de "cancelados".
Johnny Depp, lejos de sus años de gloria en el que era el actor más popular y querido del planeta, anquilosando interpretativamente y presente en los medios por motivos extracinematográficos, interpreta a Luis XV en la Francia del siglo XVIII, habiéndose no obstante reducido bastante su metraje aunque se le presente como la estrella de la película. Es precisamente Maïwenn la que da vida a la protagonista, una joven que a base de inteligencia y atractivo asciende desde lo más bajo hasta convertirse en “la favorita del rey”.
“Jeanne du Barry” no compite por la Palma de Oro aunque sea la primera película que ha asomado por la sección oficial amparándose en ese factor mediático que todavía atesora Johnny Depp y en el hecho de ser una película francesa que utiliza esta inauguración como trampolín de cara a su estreno en salas.
Un Cannes que ha dejado bien patente (a cargo de su director artístico Thierry Frémaux) que lo único que le interesa de Depp es precisamente su faceta como actor, en este caso dando vida a un rey carismático y libidinoso que se queda fascinado por esa chica que pasa de la pobreza a la clase alta sabiendo apretar los resortes necesarios para ello. Un Depp que se defiende con el francés (estuvo casado con Vanessa Paradis) pero que sobre todo basa su trabajo en los gestos y la contención de un rictus que parece haber perdido la expresividad de antaño tan característica del actor. Frémaux también se defendió de las acusaciones de la actriz Adèle Haenel que dijo que era "un festival de violadores" recalcando que es no era más que "falso" y un "disparatado dislate".
“Jeanne du Barry” muestra a una mujer, hija de monje y de cocinera criada entre monjas, que sabe sacar partido a su cuerpo para prosperar, no siendo ésto una denigración para ella sino una manera de enfrentarse a una corte que no la ve como una igual por su origen plebeyo y por el hecho que tiene ella de rebelarse frente al protocolo de manera procaz y desinhibida. El conde Barry introduce a Jeanne en la corte para ganarse los favores del rey en un Versalles que se presenta en el film con detalle y minuciosidad y también con cierto tono de sátira (con gracias repetidas y personajes caricaturescos) ante la adulación excesiva de un sistema enfocado a adorar al monarca que colecciona un buen número de amantes, hecho que se permite siempre que encajen en el rol y comportamiento asignado a ellas y que no es en el que se cataloga a la impulsiva Jeanne.
Una cinta cuidada en la ambientación, regodeándose en los jardines, salones de espejos y banquetes, en un momento de cambio y de tensión en la calle que desembocaría en la Revolución Francesa poniendo fin a la ostentación y privilegio monárquico a través del auge y caída de una mujer que se aprovechó del sistema para desafiarlo desde dentro y, precisamente por ello, ser condenada por su carácter y falta de complacencia. Todo ello provoca que en la cinta resida un mensaje feminista muy fuerte que hace emerger lo que no deja de ser una historia de amor frente a la adversidad marcada por la fascinación mutua con una cárcel de oro como escenario y un nido de víboras como custodios de la buena moral en el que el enfrentamiento entre el colonialismo y el absolutismo está candente.
Calificada de correcta pero de apática y de algo insulsa por su falta de química y exceso de palabrería, siendo una triste sombra de la "María Antonieta" (2006) de Sofía Coppola y quedándose muy lejos del empaque de series como "The crown", “Jeanne du Barry” sufre además un guión poco inspirado, una realización plana y una banda sonora insistente por lo que no parece que vaya a ser recordada en cuanto se desate el fragor de verdad de un certamen que ahora sí ha comenzado para ofrecer casi dos semanas de su particular oropel en el Versalles cinematográfico que tiene todos los años su cita en la Costa Azul.
Nacho Gonzalo