Berlín 2024: El drama romántico de Abderrahmane Sissako no anima una recta final alicaída

Querido primo Teo: 

Mañana por la tarde se dará a conocer el palmarés de la 74ª edición del Festival de Berlín que ha quedado muy por debajo de las expectativas ya que apenas un puñado de películas son las que realmente han llegado a pasar la criba de la crítica. 

Con “Timbuktu” (2014) el director de origen mauritano Abderrahmane Sissako se coronó en el cine francés logrando 7 premios César y optando al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa. Ha presentado en la Berlinale “Té negro”  con la que ha querido mostrar la otra cara de la migración africana a través de un drama romántico e intercultural. Su protagonista es Aya, una mujer de Costa de Marfil que emigra a China después de haberse negado a casarse. Allí encontrará trabajo en una tienda de té, regentada por un hombre de quien acabará enamorándose.

Se esperaba mucho de Sissako que con su exposición del yihadismo en “Timbuktú” noqueó a la audiencia del festival de Cannes pero “Té negro” ha resultado ser una absoluta decepción porque no ha sabido aprovechar sus ingredientes. 

La cantautora y actriz italiana Margherita Vicario ha presentado a concurso su ópera prima, “Gloria!”. Se trata de un drama musical ambientado en un convento veneciano de inicios del siglo XIX, en el que un grupo de huérfanas se preparan para dar un recital en honor al nuevo Papa que va a visitar la institución y tendrán que apañárselas con las partituras ante la incapacidad de su director sumido en una crisis creativa.

Vicario reivindica a las instrumentistas que no han dejado huella en la historia de la música y “Gloria!” ha sido considerada una anécdota en la selección, demasiado viciada de clichés y apolillada pero con un reparto femenino, principalmente con actrices noveles, muy bien cohesionado. 

La tunecina Meryam Joobeur ha defendido en la competición “Who do I belong to” sobre el impacto dejado por el yihadismo en una familia y que está inspirado en el cortometraje de la directora “Brotherhood” con el que optó a los Oscar en el año 2020. Una mujer que ve que sus dos hijos mayores han sido reclutados por el Estado Islámico, tratará de proteger a uno de ellos en su regreso.

Joobeur en su primer largometraje ha querido denunciar los horrores del terrorismo islámico, uniendo el lirismo con el realismo y ayudándose de una cuidada puesta en escena que a juicio de la crítica se pierde demasiado en su envoltorio. 

“Vogter” del danés Gustav Möller es un thriller carcelario que gira en torno a una funcionaria de prisiones que se enfrenta a la llegada de un joven preso que en el pasado formó parte de su vida.

Protagonizada por Sidse Babett Knudsen y Sebastian Bull Sarning, ha sido destacada por sus actuaciones y por la capacidad del director para crear una atmósfera claustrofóbica pero a la que se le achaca que su acto final no esté a la altura, por ir a lo obvio, de una primera parte sorprendente. 

La competición la ha cerrado la nepalí “Shambhala” de Min Bahadur Bham. Se trata de un drama que refleja la situación de la mujer en el Himalaya. Su protagonista es una joven que es entregada en matrimonio a un comerciante, y a su vez a sus dos hermanos menores que son un monje budista y un niño, que es acusada de adúltera por los vecinos, repudiada por su marido y tendrá que iniciar un largo recorrido para demostrar su inocencia.

“Shambala” es un melodrama de dos horas y media de duración que se hace eterno y que ni siquiera la actuación de Thinley Lhamo ayuda a que la experiencia sea más llevadera. 

Mary Carmen Rodríguez