Berlín 2023: La mexicana "Tótem" y la despedida de Philippe Garrel no pueden eclipsar al homenaje a Steven Spielberg
Querido primo Teo:
No deja de ser curioso en un certamen como el Festival de Berlín, que está siendo considerado cada vez más elitista, más enfocado a la izquierda pija más clasista que desprecia todo lo que sea dirigido al público, que el mejor momento de su edición sea el homenaje que se le ha brindado a Steven Spielberg, alguien que hace casi medio siglo sentó las bases de ese género tan de consumo masivo como es el blockbuster con “Tiburón” (1975). La Berlinale ha dejado sus prejuicios a un lado y se ha rendido entregándole el Oso de Oro honorífico a Steven Spielberg, manifestándolo con una atronadora ovación de esas que superan con creces cualquier protocolo.
Spielberg, que está nominado al Oscar por “Los Fabelman”, su autobiografía cinematográfica, comentó con modestia que para haber sido reconocido en uno de los certámenes más prestigiosos del mundo ha tenido que hacer algo bien a lo largo de su vida. Para complementar el tributo a Spielberg la Berlinale ha proyectado una selección con los títulos más emblemáticos de la carrera del cineasta, quien no quiso mojarse y elegir los grandes hitos de su filmografía pero sí que fue contundente a la hora de señalar que lo mejor que ha hecho ha sido crear la Fundación Shoa, a raíz del rodaje de “La lista de Schindler” (1993), para recordar a las millones de víctimas del Holocausto nazi.
Adentrándonos en la sección competitiva de la Berlinale nos encontramos con la única representación española, “20.000 especies de abejas” de Estíbaliz Urresola, que espera repetir la hazaña de Carla Simón con “Alcarràs” que ganó en la pasada edición. El primer largo de Urresola se centra en un niño de ocho años que no se amolda a su entorno, porque manifiesta sentirse de otro sexo, y las consecuencias procovadas en su familia, dedicada la cría de abejas y la producción de miel, especialmente en su madre. El trabajo de Urresola ha sido destacado por su sutileza a la hora de abordar la transexualidad en un contexto rural y también por la excelente labor de sus actrices, Patricia López Arnáiz, Ane Gabarain y Sofía Otero.
La directora mexicana Lila Avilés ha presentado “Tótem” que también tiene como protagonista a una niña que trata de entender lo que le sucede a los adultos que tiene a su familia, especialmente a su padre, a quien le están preparando una fiesta sorpresa por su cumpleaños. Vamos asistiendo a los preparativos, al caos y a la desesperación porque no es una celebración cualquiera. “Tótem”, junto a “Vidas pasadas” de Celine Song, se ha convertido en una de las preferidas de la crítica de la Berlinale porque a través de la mirada de una niña de siete años nos adentramos en la intimidad de una familia que está sentenciada y que trata de aferrarse a la vida como único consuelo. Una película que podría ser un melodrama digno de una sesión de cine-cebolla pero que en manos de la directora, muy influenciada por el cine de Lucrecia Martel, apuesta por la naturalidad y el buen humor, siendo de esa manera efectiva en su propósito de conmover al espectador.
Joäo Canijo es el responsable de un díptico sobre la maternidad que ha estado presente en la Berlinale. La primera parte “Vivir mal” se ha presentado en Encounters y en la sección oficial compite con la segunda, “Mal vivir”. La historia se centra en cinco mujeres que dirigen un hotel decadente, las cinco son madres y son incapaces de querer a su hijas, que a su vez no pueden ser madres. Este melodrama con aires al cine de Douglas Sirk no ha terminado de convencer a la crítica, por impostado y por ensañarse con la angustia existencial de las protagonistas, solamente ha gustado a quienes querían ver un folletín con pretensiones “arty”.
Christian Petzold, uno de los valores del cine alemán en la competición berlinesa, ha presentado “El cielo rojo”. El cineasta vuelve a trabajar con Paula Beer, premiada con “Ondina. Un amor para siempre” (2020), que encabeza el reparto de este film en el que cuatro jóvenes pasan sus vacaciones de verano en una casa situada junto al mar Báltico y se ven sorprendidos por un incendio forestal que termina cercando la zona en la que están, pero a ellos no les asusta tanto el hecho de que puedan morir como caer ante el amor. Como viene siendo habitual en Petzold su película ha tenido una acogida que se eleva por encima de la media en Berlín, tanto de la prensa local como la internacional, destacando su ingenio a la hora de analizar una serie de personajes que son unos tarados a nivel emocional y que se ven en una situación extrema para asumir sus sentimientos.
El veterano Philippe Garrel ha presentado “Le grand chariot” en donde narra la historia de una familia de titiriteros a través de tres generaciones y centrándose especialmente en la última, la formada por los hijos. Garrel muestra a quienes ejercen el oficio con pasión, como si fueran magos, pero que son incapaces de subsistir con lo poco que ganan y eso no es esperanzador para quienes tienen que continuar con el legado familiar. La cinta no deja de ser una metáfora sobre la propia obra de Philippe Garrel que es consciente de que está ya en la parte final de su vida, de ahí que cuente con parte de su clan familiar y que le dé un papel especial a su hijo Louis que como cineasta está tratando de continuar con su legado aunque sabe que esa manera de rodar cine está en vías de extinción. Por un valor sentimental, y por la delicadeza con la que está narrada la historia, ha sido una película que ha conmovido a la crítica.
La alemana “Música” de Angela Schanelec es una versión libre de “Edipo Rey” en la que un joven adoptado acaba en prisión por haber matado a un hombre y termina enamorándose y teniendo un hijo con una de las trabajadoras de la cárcel que resulta ser su madre biológica. Un film convincente por su manera de interpretar el mito de Edipo en la Europa de nuestros días, una propuesta elegante e hipnótica, con un buen uso del sonido y de la música, pero que peca demasiado de ser muy consciente de su importancia.
La presentación de “Golda” de Guy Nattiv ha sido la excusa para que Helen Mirren se ponga unas extensiones dignas de las usuarias de la difunta “La posada de las ánimas”. La actriz ganadora de un Oscar por interpretar a Isabel II en “The Queen”, encarna ahora a la mandataria israelí Golda Meir durante la Guerra de Yom Kippur. Este film, que se ha visto fuera de la sección competitiva, no ha convencido a la crítica, básicamente por aburrida y superficial, porque en realidad no cuenta quién fue Golda Meir, por muy bien caracterizada que esté Mirren.
U2 ha estado presente también en la Berlinale ya que han sido los padrinos del documental “Kiss the future” de Nenad Cicin-Sain en donde se habla de la labor realizada por una organización clandestina que durante la guerra en los Balcanes actuó contra el nacionalismo, utilizando la música y el arte como arma para captar la atención y tras el fin de la guerra se organizó un concierto de U2 para celebrar el triunfo de la ciudad de Sarajevo sobre el nacionalismo étnico.
Mary Carmen Rodríguez