El oso mitómano: Ovedito en la casa de los hermanos Lumiere

El oso mitómano: Ovedito en la casa de los hermanos Lumiere

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Querido diario:
Había que empezar por el principio. Y para Ovedito el principio de su pasión por el cine, el lugar donde todo comenzó, estaba en Lyón: Los hermanos Lumiere, la salida de los obreros de la fábrica… Y allí que se fue Ovedito, a visitar la casa de los hermanos Lumiere y conocer a fondo los comienzos del séptimo arte.

Así descubrió la mansión familiar de Don Antoine Lumiere, padre de los afamados hermanos Louis y Auguste que hizo su fortuna fabricando placas de nitrato de plata para fotografía y numerosos inventos mecánicos aplicados a la industria médica, y claro, de pronto Ovedito comprendió la inspiración de los hermanos de construir una máquina fotográfica capaz de reproducir la imagen en movimiento, obsesionados como estaban con el mecanismo de las máquinas de coser Singer y el negocio familiar de las placas fotográficas. 
Y aquí tenemos a Ovedito delante de la mansión familiar y dispuesto a visitar el museo Lumiere consagrado a esta familia.  El museo Lumiere combina la historia del nacimiento del cine con la historia de la familia Lumiere. Ovedito comienza con un recorrido por las habitaciones donde vivieron los afamados hermanos, decoradas al estilo de la época, el dormitorio, la cocina… los salones y pasa por salas en las que se repasa la historia del nacimiento de la fotografía y el cine. Del Auguste Lumiere fotógrafo, se exhiben cientos de placas fotográficas e imágenes de la época en las que se descubre el valor artístico y de documentación de las primeras fotografías; personalidades de la época, retratos familiares, paisajes exóticos, nada escapa a la lente de los hermanos Lumiere, antes de que su famoso invento les catapultase a la fama.
Ovedito con la primera cámara de cineOvedito es feliz descubriendo la primera cámara cinematográfica, fruto de la obsesión de los hermanos de fotografiar imágenes en movimiento, y entre diferentes artilugios precedentes al invento, descubrimos a Antoine Lumiere, industrialista e inventor, padre de Auguste y Louis, como que de casta le viene al galgo.
De pronto la famosa salida de los obreros de la fábrica toma sentido para Ovedito: No es una fábrica cualquiera. Es la fábrica de Antoine donde se manufacturaban placas fotográficas. Una maqueta muestra la magnitud de la empresa y Ovedito no resiste la tentación de fotografiarse con ella, en un modelo más de acuerdo con su tamaño. Pero, ¿y la famosa fábrica?...¿Quedará algo de ella?. A solo 200 metros de la mansión familiar se alzaba la fábrica en la que los hermanos hicieron sus primeros experimentos cinematográficos y que daría origen al amor de Ovedito por el cine. Ahora la fábrica en cuestión ha desaparecido y en su lugar se alza un centro cultural y un cine.
El edificio, de construcción moderna ha conservado la estructura de la entrada inmortalizada en aquellas imágenes de la que fue la primera película de cine, y un enorme cristal serigrafiado con la imagen icónica de aquellos trabajadores de principio de siglo, dirigiéndose a sus hogares después de su jornada laboral, se alza a la entrada superponiendo el pasado con el presente. De fábrica de material fotográfico a fábrica de sueños piensa Ovedito en un rapto filosófico-poético, nuestro oso mitómano es así.

El instituto Lumiere tiene su sede en este edificio y programa ciclos de cine, exposiciones y actividades culturales para dar a conocer la historia del séptimo arte, conservando virtualmente la misma estructura que el original y rodeado por un gran parque donde las nuevas generaciones disfrutan de la audacia de estos dos lioneses insignes. Ovedito se emociona cuando descubre que el instituto tiene programado para el verano un ciclo sobre François Truffaut. El quiere quedarse a pasar el verano en Lyón y verse la filmografía completa del maestro, pero se conforma con visitar la página web del instituto para babear con la programación. Lo cortés no quita lo valiente. 

Ovedito delante de la puerta de la mansión de los Lumiere
Ovedito en la famosa entrada del primer film de los Lumiere

Ovedito delante de una maqueta de los estudios Lumiere 

Anuncio del Festival Trufffaut en el cine del Instituto Lumiere

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