El tecnosociópata: Tecnología de crisis
Querido Teo:
Mi nombre es Romualdo Washington y soy un tecnoadicto. Mi terapeuta insiste en que no voy a superar mi problema si no reconozco públicamente que lo tengo. Por eso prefiero que quede claro desde el principio que los síntomas están ahí y que peor es robar. Muchas veces he intentado dejarlo, pero he vuelto a recaer. A pesar de la medicación, escucho una voz en mi cabeza que cada quince minutos me conmina a abrir el Outlook para ver si hay algún correo nuevo.
Susan, mi terapeuta, me ha dicho que es más fácil curar a un drogadicto que a un tecnoadicto porque sin drogas se puede vivir, pero ¿quién puede aguantar sin teléfono móvil?. Seamos realistas y digamos las cosas como son: donde esté una nueva versión de Windows que se quite una raya de coca.
Hecha esta declaración de principios, se me ha ocurrido que la crisis puede ayudarme con lo mío. Una encuesta del nunca suficientemente alabado Pew Research Center ha preguntado a los ciudadano de este país una cuestión simple: ¿a qué aparato o tecnología están dispuestos a renunciar para ahorrar un poco de pasta en tiempos de crisis?. Permítanme aclarar que por “este país” hablo del lugar desde el que escribo, que es, no nos engañemos, el único que realmente importa, Estados Unidos. Lo que piensen los panameños, por poner un ejemplo, es pura morralla.
La encuesta revela que la recesión ha cambiado el concepto de lo que uno considera “una necesidad”. Ejemplo número uno: el microondas. Hace sólo cinco años el microondas era un aparato obligatorio e innegociable; ahora el concepto “calentar” está pasado de moda y se ha caído del top ten. Lo más interesante es la conclusión final: el teléfono móvil y el acceso a internet están por delante de la televisión en la lista de tecnologías irrenunciables. La gente prefiere incluso que le quiten la calefacción y el aire acondicionado, pero que no se lleven Internet, por favor.
Yo puedo vivir sin nevera, sin bidet, y hasta sin agua corriente, pero si me levanto y no hay conexión me doy a la bebida en cuestión de minutos. ¿Cuáles son tus prioridades?.
Romualdo Washington