In Memoriam: Michelangelo Antonioni, la voz cinematográfica del proletariado italiano

Querido diario:

En un intervalo de 24 horas, la guadaña mortal que me trae restos de carne a mi fiambrera se ha cargado de un plumazo a dos de los mitos vivientes de la historia del cine. Primero Bergman y ahora Michelangelo Antonioni que murió ayer por la tarde a la avanzada edad de 94 años.

Si por algo se caracteriza Antonioni es por el hecho de que nunca se casó con nadie (artísticamente claro, ya que ha tenido dos matrimonios). Mientras todo el cine italiano defendía las bases del neorrealismo, Antonioni se desmarcó y situó su cine en cánones más convencionales alejándose de las clases altas y retratando las inquietudes y problemas del proletariado.

Nacido en Ferrara en 1918 en el seno de una familia de clase media, a los 17 años se trasladó a Bolonia donde se cultivó artísticamente cursando estudios de Ciencias económicas y comerciales, bellas artes, música, literatura y teatro.
Durante esos años, y como después pasaría en Francia con los directores que empezaron su interés en el cine escribiendo para Cahiers du Cinéma, Antonioni fue crítico de cine en prestigiosos medios en los que no dudaba en criticar el cine de propaganda y belicista que financiaba el gobierno de Mussolini.

Sus primeras experiencias en el cine fueron como guionista de algunos de los grandes realizadores del momento como Roberto Rossellini o Enrico Fulchignoni.
Innovó en el cortometraje con "Gente del Pó", un homenaje al pueblo italiano que se levantó frente a la dictadura de Mussolini y que no pudo ver terminado hasta 1947. Sin duda, para una persona con inquietudes políticas y enamorado de su pueblo, uno de sus trabajos más satisfactorios.
Es un género que nunca abandonó ya que después vendrían "La amorosa menzogna", y décadas después otros como "Ritorna a lisca bianca" (1983), "Roma" (1990) o "Noto Mandorli Vulcano Stromboli Carnevale" (1992).

Era de esperar que poco después saltara al largo en 1950 con "Crónica de un amor". Después, vendrían "El viento" (1952), "La dama sin camelias" (1953), "Tentato suicidio" (1953), "Las amigas" (1955) y "El grito" (1957).
La etapa madura de Antonioni empezó en 1960 con "La aventura", cinta en la que conocería a Mónica Vitti, musa de casi todas sus películas y con la que vivió una larga historia de amor.
Con "Blow up" en 1966 ganó la Palma de Oro de Cannes, además de conseguir la nominación a los Oscar como mejor director y mejor guionista, quedando como su película más genuina y característica en la que un fotógrafo descubre un crimen al revelar un carrete y ver una extraña imagen, y en 1982 se atrevió a hacer su primer largometraje elaborado con técnicas de alta definición procedentes de la TV, la electrónica y la cibernética.
Su romance con los Festivales de Cine tuvo su auge en su mejor década, la de los 60, ganando el Oso de Oro del Festival de Berlín por "La noche" (1961) o el León de Oro de Venecia por "El desierto rojo" (1964), siendo uno de los pocos directores que ha visto como algunas de sus películas triunfaba en los tres festivales más prestigiosos del mundo.

En 1986 un derrame cerebral amenazó con terminar con su vida. A pesar de la inmovilidad parcial y las dificultades para hablar con las que ha convivido sus últimas dos décadas, Antonioni no ha dejado de estar activo artísticamente siempre que las fuerzas se lo permitieron.
Con la colaboración de otros directores ha participado en proyectos compuestos por conjuntos de cortos como el realizado para el Mundial de Fútbol de Italia de 1990, algún largometraje de gran lirismo y romanticismo como el que rodó junto a Wim Wenders en 1995, "Más allá de las nubes", además de su último trabajo que data de 2004, el conjunto de tres cortometrajes llamado "Eros" que realizo junto a Steven Soderbergh y Wong Kar Wai.
A mediados de los 90 había recibido un Oscar honorífico por haber sabido retratar una voz, la del pueblo italiano en sus momentos de lucha y liberación.

Escucha este mp3 de Elio D´Oro sobre Antonioni...