Diane Keaton, siempre joven y personal

Querido diario:

Diane Keaton se llama de nombre intermedio Hall, lo que deja muy claro el origen del título de una de las mejores películas de su "ex" Woody Allen. Los dos se conocieron en Nueva York, porque Diane se había trasladado allí para hacer teatro desde su ciudad natal, Los Ángeles, donde había nacido el 5 de enero de 1946. Nada más hacer sus primeras pruebas en el Off Broadway, enseguida se fijaron en ella. Tenía 23 años cuando el que se fijó fue Woody, al interpretar con ella la obra de teatro "Play it again, Sam" (Sueños de un seductor) en 1969.
Vivieron juntos durante unos años y protagonizaron la versión cinematográfica de la obra en 1972. Se convirtieron en la pareja newyorkina que todos querían conocer, Woody con sus opiniones humorísticas geniales y Diane posmoderna, liberada, nerviosa, un punto excéntrica, emparentada con Katharine Hepburn pero con personalidad propia.
Todo el planeta pudo seguir una parte de esa relación gracias al instinto autobiográfico de Woody en "Annie Hall" donde la Keaton se ganó un Oscar.

Diane Keaton: "Me mudo contigo, ése es el porqué".
Woody Allen: "Sí, pero tú tienes un bonito apartamento".
Diane Keaton: "Tengo un apartamento diminuto".
Woody Allen: "Ya sé que es pequeño".
Diane Keaton: "Eso es, y tiene malas cañerías y bichos".
Woody Allen: "De acuerdo, es cierto, tiene malas cañerías y bichos. Pero lo dices como si fuera algo negativo. Ya sabes, la entomología es un campo en rápido crecimiento".

y también en "Manhattan".

Diane Keaton: "Es un dachshund. Ya sabes, quiero decir que es un sustituto del pene para mí".
Woody Allen: "Oh, yo habría pensado que en tu caso sería un gran danés". "

Al mismo tiempo Diane marcó la moda de los años setenta para las treintañeras liberadas con su forma de vestir boinas, corbatas, abrigos largos, camisas flojas y pantalones dos tallas por encima de la suya. Diane demostraba su independencia interpretativa con el personaje de esposa de Michael Corleone para "El padrino". Y terminó de convencer a cualquier crítico con el retrato femenino duro de "Buscando al señor Goodbar".

Siempre ha demostrado que es capaz de fascinar si le dan el papel adecuado, como hizo en "Rojos", de periodista americana en la Revolución Rusa, que le valió otra candidatura a un oscar de las cuatro veces que ha estado en la lista a mejor actriz.
El reencuentro con Allen en "Misterioso asesinato en Manhattan" en 1993 nos devolvió a Annie Hall más aburguesada, con más kilos y arrugas, pero con el humor sensacional de siempre.
Ya tiene 60 años pero, aunque esté un poco "faisandé", sigue siendo un bocado para gourmets y aquí tienes cinco momentos inolvidables …
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