¿Qué fue de…? o, mejor dicho, ¿quién es… Dolores Hart?

Querido primo Teo:

Hace algo más de una semana que se celebró la 85ª edición de los Oscar. De los premiados no te voy a hablar, no voy a ser tan cruel, pero sí que te voy a hablar del miembro más peculiar que tiene la Academia, Dolores Hart, que desde un convento ejerce su derecho al voto.

Dolores Hart, o lo que es lo mismo Dolores Hicks, nació en Chicago hace 74 años. Estaba relacionada con el mundo del espectáculo, su padre era el actor Bert Hicks, y una de sus tías estaba casada con Mario Lanza. Los padres de Dolores se separaron cuando ella tenía tres años y la pequeña quedó a cargo de sus abuelos, hasta que su madre se la llevó a Beverly Hills. Dolores ya era una gran aficionada al séptimo arte ya que su abuelo trabajaba como proyeccionista y era bastante habitual que se la llevara al cine, pero cuando visitó uno de los rodajes en los que participaba su padre decidió que quería ser actriz. Con el nombre artístico de Dolores Hart debutó a la edad de 18 años con la película “Loving you” junto al rey del rock, Elvis Presley, con él también rodaría “El barrio contra mí” y comenzó a ser una intérprete muy solicitada, trabajando en títulos como “Playas de Florida” o “Los saqueadores”. La joven actriz no tardó en ser bautizada como la futura Grace Kelly por su parecido con la ya convertida en la princesa Gracia de Mónaco. Su debut en Broadway con la obra “El placer de su compañía” fue muy aclamado y recibió una candidatura al Tony.

En el año 1960 se trasladaría a Roma para rodar el film “Francisco de Asís” en donde daría vida a Santa Clara. Ahí mantuvo un encuentro con el Papa Juan XXIII y todo cambió para Dolores Hart ya que descubrió su vocación religiosa. Tres años después, tras rodar “Tres azafatas”, decidió dejarlo todo para ingresar en la abadía benedictina de Regina Laudis en Bethlehem, Connecticut. Dolores dejó plantado casi en el altar a su novio, el arquitecto Don Robinson, que se tomó con buen talante que su prometida le dejara para meterse en un convento, de hecho siguieron manteniendo contacto hasta que él falleció hace dos años.

Dolores Hart, que desde el año 2001 es la Abadesa del convento, renunció a la fama de Hollywood pero siguió manteniendo grandes amistades en la meca del cine, entre ellos Paul Newman, que fue bastante generoso con la comunidad, y Patricia Neal que, después de separarse del escritor Roald Dahl y abrazar el catolicismo, quiso seguir los pasos de su amiga e ingresó en el convento a finales de la década de los ochenta, pero no pudo aguantar más de tres meses. Hace veinte años que su día a día está dedicado a algo más que a sus oraciones, ordeñar vacas y recoger fresas. Fue invitada por la Junta de Gobernadores de la Academia a unirse a la institución, le instalaron un televisor y un reproductor de vídeo en el sótano del convento y, desde entonces, Dolores Hart se dedica a ver las películas que van en busca de la nominación al Oscar, con la única compañía de unos loros. A finales del 2003, la Academia expulsó de sus filas a uno de sus miembros después de que filtrara en la red una copia de “Cuando menos te lo esperas” y las distribuidoras plantearon la posibilidad de eliminar el envío de DVDs y centrarse exclusivamente en los pases. Dolores Hart, desde el convento, se quejó porque ella por razones más que evidentes no puede asistir a esos pases.

En 1997 se le diagnosticó una neuropatía idopática periférica y desde entonces se ha preocupado en concienciar a la población sobre este desorden neurológico. El pasado año volvió a la ceremonia de los Oscar como protagonista del cortometraje documental candidato “Dios es más grande que Elvis” que estaba producido por la HBO. Hacía 53 años que no asistía a semejante evento, ahí comprobó que seguía siendo una estrella.

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Saludos.
Mary Carmen Rodríguez