Querido primo Teo:
La protagonista de hoy es Rebecca De Mornay. Ella era una de las actrices con mayor sex appeal que aparecieron durante la década de los ochenta, y nuestro Antonio Banderas quiso definirla como el siguiente calificativo: “peligrosa”. Otro adjetivo no se le ajustaría mejor, ya que cuando la actriz aparecía en pantalla el espectador pensaba en que las cosas no iban a acabar bien. El encasillamiento, los fracasos y sobre todo el paso del tiempo le pasaron factura a la inolvidable protagonista de “La mano que mece la cuna”.
Rebecca de Mornay nació con el nombre de Rebecca George en California hace 50 años. Su abuela paterna fue la actriz infantil Eugenia Clinchard , y su padre, Wally George, se hizo un hombre dentro del mundo de la radio y la televisión. Aún así, Rebecca no quiso utilizar su apellido paterno y adoptó el De Mornay de su padrastro, que falleció cuando ella tenía cinco años. Se crió en Europa, principalmente en Inglaterra y Austria, en este último país fue donde completó sus estudios con excelentes notas. Ya establecida en la ciudad de Los Ángeles comenzó a formarse en el mundo de la interpretación en el Instituto Lee Strasberg.