
Colgados de la plataforma: Semana del 07/06/2021 al 13/06/2021
Querido primo Teo:
Ahora que estamos acercándonos a la celebración del centenario del nacimiento de Luis García Berlanga lamentamos que el que ha sido el mejor cronista de la España del siglo XX ya no se encuentre entre nosotros porque nos debe una película sobre lo que está sucediendo en estos últimos tiempos. Material habría tenido de sobra para inspirarse, y dispararía tanto a los proveedores de libertad como a los buenistas que ven signos del fascismo en las señales de tráfico. Berlanga, que se definía a sí mismo como un anarquista burgués, despreciaba tanto a la derecha como a la izquierda. Le guiaban su libertad e ingenio. Pero de seguir vivo el cineasta valenciano habría comprobado que en estos tiempos dominados por la corrección política no podría estrenar esa película que creemos que nos debe. No podría retratar la podredumbre de nuestra sociedad sin que se ofendan los grupos de presión, no podría plasmar las obsesiones en torno a la figura de la mujer sin ser condenado por los movimientos feministas, probablemente le denunciarían si le regalase a una periodista un juego de ropa interior (como hizo en su día con Pilar Miró que le hizo ganarse su enemistad y que le cesaran como director de la Filmoteca Nacional) o si atara a una actriz para una escena por el mero placer de verla en esa situación como hizo con Bárbara Rey en “La escopeta nacional”. Berlanga no dejó de sufrir los hachazos de la censura y fue lo suficientemente habilidoso para que los supervisores del Franquismo no se dieran cuenta de determinados detalles de sus películas pero pudo rodar y estrenar sus películas. Hoy en día sería imposible estrenar cintas como “Tamaño natural” (sobre la relación entre un hombre y una muñeca hinchable), “La escopeta nacional”, que reflejaba la alianza entre los poderes económicos y la alta sociedad, e incluso una actualización de “¡Bienvenido, Mister Marshall!” sobre las ayudas para combatir los efectos económicos del coronavirus (COVID-19) y el endeudamiento de ésta y las generaciones venideras. Berlanga no obtendría financiación por el miedo de los inversores a cualquier cancelación.