A principios de 2008, en los principales canales de la televisión norteamericana, apareció esta casa de las afueras, de dos plantas, sumida en una sombra ominosa. El resplandor de las ventanas brilla como unos ojos que miran en la oscuridad. Alguien está en casa. El encuadre tiembla, baja en picado, bamboleándose, aproximándose, retrocediendo, sugiriendo que hay una amenaza fuera contemplando la casa. La pantalla funde a negro y un teléfono nos sobresalta. Suena y suena. Planos de una niña dormida en la casa, un primer plano de un bebé tranquilo. «Ahí fuera hay alguien», dice una voz profunda y rota. ¿Dónde?. El teléfono suena cada vez más fuerte, hasta que estalla la música, y una explosión de luz irrumpe en la pantalla. Este anuncio de medio minuto se convirtió en el centro de interés de la nación y pareció cambiar el rumbo de las elecciones para elegir al candidato demócrata a la Casa Blanca, porque en los últimos segundos una voz serena anuncia: «Soy Hillary Clinton y he aprobado este mensaje».
Título: “Sesión sangrienta”
Autor: Jason Zinoman
Editorial: T&B Editores